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Diana y Alfredo: Amigos de verdad (parte 8).

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Qué más puedo decirles, si ya todos ustedes que han seguido mis aventuras por esta red, saben de qué se trata todo lo que he venido confesando. Algunos saben que es solo una serie de relatos eróticos, en tanto, yo solo espero que mi amigo Alfredo, en algún momento, pueda descubrir esta serie y leerla con detenimiento, para que conozca cada línea de lo que aquí relato, y descubra si he develado algo ya realizado o si le estoy develando el camino que deseo siga.

 

Todo se inició con aquel relato llamado Diana y Alfredo, Amigos de verdad, donde sin pensarlo ni saber cómo, me vi envuelta en una infidelidad que nació de la mente de mi esposo y me hizo llevarla a cabo…….sin forzarme en lo absoluto, ya que yo misma tomé esa decisión y que por ello, me llevo a repetir otras veces más, debido a que comprobé en carne propia aquel dicho que dice: Cuando una mujer prueba la verga…..es muy difícil dejarla.

A lo largo de ésta excitante experiencia, llegó a mi mente una duda: Porque a mi esposo le excitaba imaginarme cogiendo con otro hombre? Y en verdad le excitaba imaginarlo o…….era un deseo que lo hiciera de verdad??  Y con esa duda me nació otra pregunta más: Solo a mi esposo le nació ese deseo o a todos los hombres les gusta imaginarse a su mujer echa un putón con otros machos?…..a algunos les gusta imaginarla o habrá quien les gusta verlas en acción, entregándole las nalgas a otro??

 

Bueno, todo este mar de dudas a la vez me generaba un enorme placer y que crecía día a día y como un día les decía, no sé en que vaya a acabar todo esto. Tal parece que se me está haciendo costumbre provocar a Alfredo mi amigo, para mandarle mensajes de que quiero que me coja. Lo cierto es que ahora, tenemos una relación rara, ya que no hay amor, no hay sentimientos….solo hay una buena amistad y un enorme deseo sexual. No hay compromisos ni obligaciones, solo entregas.

Resulta que ahora, nuevamente el destino me depara otra situación por demás morbosa y llena de infidelidad. Como sabrán el trabajo de mi esposo, le exige mucho viajar y ese día no fue la excepción. Mi esposo se iba de viaje por parte de su trabajo, y estaría fuera de casa, desde un viernes hasta el domingo siguiente. Mis hijos, ya estaban de vacaciones y sin haberlo previsto, ellos mismos decidieron irse a casa de unos primos, los mismos días en que su papá se iba de viaje. Entonces, a partir de ese viernes, me quedaría solita en mi Departamento.

En el caso de mi amigo Alfredo, como sabrán, su esposa trabaja en una Ciudad vecina a donde radicamos, y aun cuando está relativamente cerca (dos horas), ello le implica tener que quedarse allá durante la semana, aun cuando solo regresa a su casa los fines de semana. Igualmente, había decidido irse de vacaciones con sus hijos, y Alfredo los alcanzaría posteriormente.

 

En pocas palabras, el destino nos ayudó mucho y sin pensarlo, ya que mi amigo y yo, estaríamos solitos ese fin de semana.

 

Ese dia le envíe un mensaje a Alfredo y le avise que desde el viernes estaría solterita por el viaje de mi esposo y desde la tarde de ese día, recibí un mensaje a mi celular, enviándome una felicitación por quedarme solita, pero avisándome que él estaba en las mismas circunstancias.

 

A manera de juego, se me ocurrió contestarle el mensaje de manera sugerente: “Pues sí, estaré solita, y justamente en fin de semana!!..Espero no aburrirme mucho, aunque tengo muchas ganas de…….divertirme, pero…..solita?”.

Su contestación no tardo mucho y me respondió, igualmente sugerente: -Dianita, pues…….no tienes por qué aburrirte!!….yo estaré solo también!!…porque no me invitas a tu Departamento y vemos películas?…..mejor aún……te imaginas encerrarnos ese fin de semana?-

Cuando recibí ese mensaje, una tormenta de emoción, nervios y placer, me envolvieron sin saber que decir o contestar. Me estaba proponiendo ver solitos películas o……me estaba sugiriendo encerrarnos en mi Departamento todo ese fin de semana?

No le conteste porque no quería estar entendiendo las cosas de otra forma.

 

Solo hasta la noche cuando mi esposo e hijos se habían ido a dormir, me quedé un momento más despierta, sentada en el sillón, y no puedo negar que esa “propuesta”, me había gustado y me había dejado inquieta, pero no deseaba tomar una decisión acelerada; incluso no sería fácil meter a un hombre que ya conocen en mi Colonia, y sobre todo, como meterlo sin que nadie se diera cuenta?

Ya con calma y todos dormidos, se me vino una idea a la cabeza y abrí mi lap top, para enviarle un correo: – Hola amigo!!….no quiero entender mal tu invitación. Solo quieres ver películas?…..es que pensé en que podemos salir a comer, platicar, y hasta tomarnos unas copitas, y dejar que el tiempo corra, para que más noche, cuando estemos cansados, te invito a mi departamento a ver películas…..si se hace tarde….puedes quedarte en el sillón a dormir por seguridad!! Que te parece?

Al día siguiente, alistamos las cosas de nuestros hijos, y los llevamos con mi hermana, donde se quedarían por tres días; ahí estuvimos platicando un momento y nos despedimos porque mi esposo salía de viaje a las 2 de la tarde. Mis hijos se despidieron de su padre y lo fui a dejar al Aeropuerto. Cabe decir, que ese día quise darle gusto a mi esposo y me vestí muy sugestiva, con una minifalda volada y un escote frontal muy sensual. Mi esposo no me quitaba los ojos de encima y eso me encantaba mucho. Me gusta mucho que mi esposo me coma con la mirada, porque siempre los esposos caen en la monotonía, y ya ni admiran a las esposas, pero cuando un esposo aún se come a su esposa con la mirada y se pone lujurioso, es porque como mujer……aún tenemos una belleza suprema.

 

Ya en el Aeropuerto mi esposo no dejaba de ponerse celoso de solo ver como todos los hombres me volteaban a ver; en ese momento opte por decirle antes de despedirnos:

-Mi amor, quiero que te vayas a tu viaje tranquilo, y espero tus enojos conmigo, ya los elimines…..quiero que estemos bien y dejemos de lado tanta discusión por algo que sabes que no es ni puede ser!!!…Yo no puedo tener amantes porque te quiero a ti…te amo!!!….Yo te gusté como mujer porque siempre me dijiste que soy una mujer hermosa y que soy muy atractiva para los demás…..eso no puedo evitarlo y realmente me gusta saberme bella y quiero que siempre me apoyes!!!…..Yo sé que aun llamo la atención de los hombres pero eso no quiere decir que me esté metiendo con cuanto hombre me voltea a ver. Yo te amo y quiero que sepas que me encanta mucho cuando jugamos íntimamente y me encanta que me hagas volar la imaginación…….solo quiero que gocemos al hacer el amor y que nuestras mentes vuelen con lo que hacemos, con lo que podríamos hacer y con locuras que serían inimaginables…..que juguemos con sexo y que terminemos amándonos ,  sii!!! –

Mi esposo ya no dijo más y sonriéndome se subió a la sala de última espera. Di la vuelta y me dirigí al Estacionamiento y apenas estaba subiéndome a mi camioneta cuando recibo un mensaje a mi celular y era mi esposo quien me escribía-

-Mi amor, te quiero mucho, pero…..no se si me entiendas!!!!…..sabes lo que siento al verte tan hermosa, y a la vez, ver como todos los hombres te voltean a ver con deseo?…..sabes lo que siento cuando veo que le sonríes a un hombre?…..sabes lo que siento……cuando me imagino que puedes estar con otros hombre?…..sabes lo que siento y que no puedo controlar mis celos…..y….y…a pesar de lo que me digas, no puedo quitarme la idea de la cabeza de que ese amiguito tuyo, te tiene tantas ganas, que solo está esperando una oportunidad para cogerte ehhh. Pero tratare de no pensar más en ello, y me gusta la idea de que juguemos más tarde. Antes de dormirte te llamare y fantasearemos en que estas con otro hombre en la cama para que nos masturbemos juntos y podamos dormir tranquilos. Besos y te llamo-

Ese mensaje me dejo pensativa pero sonriente……que pasaría? No sé pero me gustó la idea.

Ya no le conteste a mi esposo, Antes de subirme a mi camioneta, tome mi celular y le mande un mensaje a Alfredo. Solo le dije que ya estaba solterita a partir de ese momento y que todo estaba listo. Quedé que pasaba por el a las 7 de la tarde y le dije dónde nos veríamos. Ya no le dije nada más, y ese día yo iba vestida como a mí me gusta, como a mi esposo le gusta y como a Alfredo le gusta….con esa Minifalda negra, volada y escotada para que descubra mis curvas poderosas, y un escote de locura, dejando mi espalda desnuda y mis senos casi visibles ante cualquier ojo. Esa cadenita dorada en mi tobillo, la cual es la señal internacional de toda mujer que gusta de ser una Puta Infiel.

No tarde mucho en llegar del Aeropuerto a esa Plaza conocida como Plaza Aragón, donde quedamos de  vernos, y apenas nos encontramos, ya estaba ahí mi amigo bajando del taxi, con una pequeña maleta, y apenas me estacioné, mi amigo se acercó con disimulo y yo al bajarme, abrí la parte trasera de la camioneta, haciéndome la que no lo había visto, y el rápidamente subió su maleta en la parte trasera, y nos subimos para salir de ese lugar y buscar un bar.

 

Estuvimos ahí charlando y bebiendo muy tranquilos sabiendo que por lo menos mi esposo no me llamaría hasta muy tarde porque iba en vuelo y mis hijos estarían con sus primos. En el caso de Alfredo, también sus hijos ya iban en carretera.

 

Nuestro objetivo no era emborracharnos sino disfrutar un momento ameno de charla, para relajarnos y platicar amenamente, pero también…..para que el tiempo pasara y pudiera con toda calma, meter a ese hombre a mi Departamento. Para ese momento ya le había explicado a Alfredo que hiciéramos tiempo divirtiéndonos para que al llegar a mi Casa, ya de madrugada, se eliminaran las probabilidades de que alguien lo viera llegar conmigo y más, que se metiera a mi casa, ya que se quedaría conmigo esos dos días.

Realmente esa aventura sonó muy muy morbosa y demasiado loca, pero muy excitante. El tiempo pasó muy rápido y sin ver el reloj, nos dieron las 3 de la madrugada, momento en que decidimos que había llegado el momento para partir a mi Departamento. Al llegar, en efecto, ya la Colonia estaba muy tranquila y sin vecinos deambulando por ahí, y el vigilante apenas abrió el portón y se metió a su caseta por lo dormido que aún estaba. Di vuelta en el estacionamiento para asegurar que no hubiera vecinos por ahí, asomándose por alguna ventanal y una vez que vi todo tranquilo, acerque mi camioneta lo más que pude hasta la entrada de mi Edificio y ahí, con unas copitas encima, salí con una enorme sonrisa de placer en mi rostro, con esa pequeña maleta de Alfredo en mis manos y me fui directo a abrir mi puerta dejándola abierta de par en par. Me asomé hacia el exterior nuevamente y al percibir que estaba todo tranquilo, me dirigí a la camioneta para cerrarla, momento en que aprovecho Alfredo para escurrirse entre los carros, y meterse a mi departamento. Me subí a mi camioneta y la llevé a su estacionamiento. Cerré todo y me metí a mi Departamento muy excitada.

Apenas entre y cerre perfectamente la puerta..gire mi cabeza y ahí estaba mi amigo ya sentado en el sillón ….nos quedamos viendo Alfredo y yo fijamente a los ojos, nos sonreímos bastante y él se puso de pie para abrazarnos y fundirnos en un beso prolongado……ya tenía a ese hombre conmigo y en mi territorio.

De inmediato le dije que me esperara en lo que me ponía cómoda, y en dos minutos me desnude para salir en ese baby doll, dejando entrever que debajo del mismo no traía ropa interior y que traía mis pezones bien parados como si quisieran explotar. Lo invite a sentarse en la sala. Apenas nos sentamos y nos volvimos a ver a los ojos por lo que le pregunte:

-estas muy caliente verdad Alfredo?

A lo que el solamente me contestó:

– Ya me quieres dentro de ti ?

– Todo el día estuve caliente por tu culpa Alfredo, ya que te extraño mucho y también estoy muy caliente por lo que estamos haciendo, por lo que vamos hacer y lo que te voy a dar….. tu estas caliente ?

El solo sonrió y yo me puse de rodillas frente a el, y le baje los pantalones, saltando del bóxer, esa enorme verga muy parada y lista para comérmela todita.

De inmediato y sin más preámbulo, me abrí de piernas y me senté encima de el, quien tomó su verga y la puso enfrente de mi cuquita, la cual comenzó a hundírseme poco a poco, haciéndome mover en pequeños círculos que terminaron hasta sentir esa masculinidad toda dentro de mi.

 

No tardamos mucho en comenzar a coger, y a partir de ese momento, esa morbosa situación comenzó.

-hhhhaaa que ricooooo….ya anhelaba este día,….este momento!!!! Ya tenía tres días sin sentirte dentro de mí, de tener tu leche dentro de mí –

Comencé a moverme más y más y de pronto me detuve abriendo los labios y deje escapar un pujido al momento que me mojaba todita bañando esa verga, en lo que sentía como bajaban esos fluidos por toda su longitud.

En ese justo momento, sonó mi teléfono…..eran ya las 5 de la mañana y realmente me desconcertó y sorprendió;  me puse de pie rápidamente. Al tener en mi mano la bocina y escuchar la voz de mi esposo en el otro lado, me acosté sobre el sillón más tranquila y  abriéndome todita deje ver todo mi coño abierto.

 

-Hola mi amor?- Dijo mi esposo

– Hola corazón, estuve esperando tu llamada!!- Mentí, pero tenía que hacerlo.

– Disculpa por apenas llamarte pero además de haber sufrido demora el vuelo, apenas llegue al Aeropuerto y me llevaron a cenar y a tomar unas copas, supuestamente para relajarme del vuelo, pero se nos pasaron las copas y en este momento, llegando al Hotel, pensando mucho en ti y muy motivado por tantas copas que tomamos!!!-

-Ohhh mi amor, no te preocupes, aquí estoy, como quedamos, en casita, esperándote desnudita –y volteando a ver a mi amigo, le clave mi mirada en sus ojos-, para que tu mente la hagas volar hasta donde quieras y veas que tan dispuesta estoy para que juntos hagamos esta noche,muyyyy…..muyyyy rica-

-Asi es mi amor….vengo muy caliente y en el vuelo te imaginaba muy sensual y caliente, ya que ese vestidito que te pusiste para despedirme, me dejó sumamente caliente….seguro saliendo del Aeropuerto te encontraste a algún cabrón que no perdió oportunidad para pedirte las nalgas verdad?

– Hay mi amor, que grosero eres ehhhh???….si me puse esa faldita es porque te gusta verme así y para que te llevaras en tu cabecita esa imagen de tu esposita hermosa, cachonda y caliente, y para que me imaginaras como tu quisieras –

-Así es mi amor, pero no pude dejar de admirarte cuando nos despedimos…..seguro uno que otro se te acerco verdad?-

-Bueno….eso si mi amor, en realidad fueron como 6 chicos que se me acercaron para preguntarme mil cosas y dos de ellos, me invitaron a tomar una copa. En realidad si me dijeron mil palabras pero solo eso mi amor.-

Estábamos en ese dialogo, cuando mi esposo comenzó a desviar la plática y lo note dispuesto a jugar, a fantasear y me atreví a dejarme llevar pero también a motivarlo en ese tema que él quería escuchar. Por ello yo misma comencé a dialogar con mi esposo, poniendo el tema picante.

– Umm mi amor, pero no olvides que esos chicos no son los únicos que me pueden buscar ehhh!!!…ya ves que hay muchos hombres que darían lo que fuera por tenerme con ellos una sola noche ehhh!!- Y en lo que decía eso, Alfredo comenzó a probarme a su gusto mi coñito, rodeando con su punta de la lengua, cada centímetro de mis labios vaginales, y cuando llegaba a mi clítoris, lo succionaba, mordía suavemente y mojaba totalmente, haciéndome estremecer y retorcerme en lo que tras el teléfono escuchaba a mi esposo hablarme.

– Es cierto mi amor, hay muchos que quisieran gozarte como te gozo yo, aunque hay un cabron que conozco que se muere por cogerte……aunque me inquieta saber que estas muy cerca de él y verte sonriente cuando están cercas…….pero quiero que sepas que no son celos…….es algo….raro!!!….me enoja verte cerca de él, pero mi verga se pone dura al saberte cerca de él……me excita ver cómo te come con su mirada –

– ohhhhh….eso no lo sabía mi amor!!!!!…..pero… porque te preocupa?….tu sabes que soy una mujer muy atractiva, y que me gusta verme atractiva!!!…..sabes que me gusta saber que soy aún guapa y solo me doy cuenta de eso, cuando los hombres me voltean a ver!!!……además a ti también te gusta que me vista atractiva o no?…..en lugar de inquietarte por si mi amigo tiene en su mente, cogerme, me gustaría que te sintieras orgulloso de que soy una mujer que atrae a los hombres y que además, me gusta hacer amistades pero además, debes sentirte orgulloso de que solo tu eres quien me mete su cosita en mi cosita, y que eres al único al que lo pruebo todititito mhhhhh!! –en lo que decía esto al teléfono, mis ojos veían directamente a los de mi amigo como diciéndole que a el es a quien le decía todo esto.

 

      Mejor mi amor, quiero que no te enojes conmigo y que si tu piensas que mi amigo quiere algo conmigo, que te parece si hacemos una terapia?……quiero que imagines que Alfredo, como mi amigo, me llama constantemente para ver si no se ofrece algo, o si estoy bien. Imagina que como buen amigo, en este momento viene a casa solo para asegurar que todo está bien y está dispuesto a darme todo lo que se me ofreciera; Imagina que estuviera conmigo en lugar de haberse ido de vacaciones con sus hijos……que estuviera aquí….imagínate que está a mis pies y listo para probarme mi coñito….ufff. que rico…te imaginas?- Estaba mi coñito casi en la boca de Alfredo y mi esposo tras el teléfono sin darse cuenta de nada y yo en medio de esa situación morbosa. Por eso me atreví a prenderle fuego al tema, para ver la reacción de mi esposo y afortunadamente resulto muy bien cuando lo escuche decir.

Ufff, aunque es el único que me enoja verlo cerca de ti, porque siento que te trae unas ganas enormes, me imagino que a cada momento te está buscando y no deja de seducirte!….siento que esta tan inquieto por ti, que a cada momento, busca verte tus hermosas nalgas y que incluso es quien te pide que te vistas atrevida para deleitarse la mirada cuando estas en el trabajo…….y es más!!…..hasta me he imaginado que ya no aguanta más para llevarte a un hotel y meterte una cogidota!!!!…….Me molesta verlo cerca de ti, porque además, es al único al que veo que le sonríes, y al que lo volteas a ver cuándo está cerca de ti!!……tal vez esa amistad que llevan le da la seguridad al cabrón de estar contigo, porque siento que le das entrada, siento que le pones la atención debida para que piense que si tiene oportunidad de darte una cogidita ……. pero así es mi amor…..juguemos a que no se fue con sus hijos y que aprovechando que me vine de viaje, estuviera contigo……estoy tan excitado que en este momento, su imagen contigo, me causa más placer que celos.
– Guau mi amor…así me gusta!!!….Entonces si…imagínate que esta probándome bien rico y que su lengüita la tengo clavada en mi…ahhhy que Ricooo! – Si mi amor……quiero imaginarte así…..que en tanto yo estoy de viaje, tu estas con otro hombre, dispuesta a coger y gozar como una puta!!!!! Me gusta escucharte….me gusta mucho oírte decirme cosas!!!….me gusta mucho oírte decir que otro cabron te está cogiendo y me digas que te gusta sentir una verga en tu cosita!!!!!! ……….pero dime…..imagina y dime…..y que haces? estas con él ? ya lo hicieron?Hasta ese momento, ninguno de los dos habíamos mencionado el nombre de Alfredo, pero ambos sabíamos que la persona de quien hablábamos, era el.
-si mi amor me acaba de sacar la leche de mi oso, y falta mucho mas.-
Yo hacía mención de diversas situaciones morbosas supuestamente imaginando que otro hombre me mamaba y estaba por cogerme, cuando en realidad, conmigo tenia a mi amigo Alfredo, en una situación por demás muy comprometedora y real. En tanto platicaba con mi esposo, le hacía señas a Alfredo, para que me la mamara todita y le seguí el juego a mi esposo, diciéndole que alguien me estaba metiendo su lengua lo más profundo que podía para después morder mis labios vaginales tanto internos como externos.
– hhhaayyyy mi amor me la está mamando!…… me la está mamando! mi vida, que rico.
– Siiii ?.si ? te gusta ? lo hace bien mi amor ? te gusta verdad ? – Ssi si sii hooo hooo hooo me esta mamando el botón el botón mi amor hhhhaa que rico que rico sigue mi vida sigue que me vació por favor hhhhhhhaaaaaaaaaa haaaaaaagggg toma cabrón toma mi leche, mi vida toma ! hhhhhaaaaa.
– Ya ya ya te viniste mi amor ya ? Me dijo mi esposo

Ssi llevo tres seguidos tres mi amor !
En eso Alfredo saco su lengua de mi vagina y puse mis piernas arriba de sus hombros, frotándome su verga entre mis labios.
Mi amor, me está frotando su deliciosa verga entre mis labios….entre mi coñito!!!! Que Ricooo !- Si ? que mas ? que mas ?Yo con los ojos en blanco solo escuchaba por un lado una voz y por otro lado como me saboreaban pero de pronto perdí la noción cuando sentí como me clavaron una verga en mi vagina, haciéndome pegar un grito de mi vida, haciéndome abrir los ojos tanto que pensé que se me saldrían. -Que pasa que tienes mi amor que te paso? -Te lastimó?- Me decía mi esposo pensando que todo seguía siendo un juego.Mi esposo comenzó a masturbarse del otro lado de la línea en tanto Alfredo me empujaba del abdomen y me ponía en cuatro puntos en la orilla del sillón, señalándome un tubo de lubricante y me dijo al oído muy lentamente en el oído para que no se escuchara su voz -ponme aquí en mi verga y llénate el culito por favor. -Que pasa mi amor, porque tanto silencio? que hacen ?- -Ahhhh que rico…..Siiii mi vida….si aquí estamos …..es que llegué a un increíble orgasmo!!!!!……Alfredo me puso en cuatro y me le metió mil veces y tanto placer no puede soportarse mi amor!!!!…..y me dice que quiere repetir esa cogidita nuevamente…..ahhhhhh me la va a meter …..me tiene tan excitada este machote!!!!- -Si así así despacio por favor que rico así despacio por favor.- -Me la va a meter muy rico por atrás mi amor.- -Más mas métemela más por favor toda hasta el fondo por favor que te siento muy rico.. Por primera vez, escuche a mi esposo decirme sendas palabras -Oye cabrona ! no te la esté metiendo por el culo hheee por que ese es solo mío he cabrona !- Sin embargo como decirle a mi esposo en ese momento, que Alfredo, en realidad, ya llevaba más de la mitad de su verga dentro de mi culito. Me regustaba ese momento…..i amigo atrás de mi, dándome con su masculinidad y yo ofreciéndole….el CULO!!!!….Mi cara de placer decía todo y solo pude tomar la bocina del Teléfono, para taparla con las manos y levantándome un poco para lograr dar vuelta a mi cabeza en esa posición de perrito, y mandarle un beso a Alfredo y decirle al oído: -Toma todo mi culo, métemela todita, y no dejes de hacerme tuya….te estoy dando lo más sagrado de una mujer así que aprovéchame y cógeme todita por el culo. – Alfredo se excito tanto que me dio un empujo y se mordió los labios para no gritar y solo se escuchó un hhhhhhuuuuuuuummmmmmm.Cuando me metió toda su verga en mi culo, sus ojos se posaron sobre los mios, en lo que me tenía de a perrito, y tras mirarme, aproveche para decirle:-Que pasa que pasa por que gritas así ? No podía más….volví a tapar el teléfono y volteando mi rostro le dije a Alfredo:
-Así, …. así ….dame….. dame así así me gusta Alfredo, fuerte fuerte sácame todo lo puta que estoy siendo contigo, así me gusta, dame más fuerte por favor.
-Nada mi amor…..solo que esto es tan….. tan rico esto, que me estoy viniendo de tan caliente que me tiene este hombre, hhhaag hhhaaaaag hhhhuuyyyyyyyy . mas por favor!!!.
– hhhhaaaaaayyyyyyy papito, que rico me la metiste!!!….. así quiero que me la metas siempre por favor – En lo que mi esposo tras el teléfono solo me dijo:

-Noooo mi amor como creeeeees!!!! Ese hoyito solo es tuyo mi amor,…. no te preocupes de nada …cuando vengas te lo daré solo a tiiiii!
En tanto mi esposo súper excitado y masturbándose me decía -Oye que hacen que hacen por favor que te está haciendo dime por favor. -Me le esta metiendo muuuuuy rico mi amor!!!…..Muyyy muyyy lentamente pero ya le falta poco mi amor para tenerlo hasta adentro hhhhaayyyyyyy que ricooo…..siento como centímetro a centímetro se me está metiendo…..es una sensación muy especial mi amor!!!!
Yo estaba excitadísima y me puse a cuatro patas, tomando esa verga dirigiéndola a mi ano, empezando a meterla muy despacio, ganado terreno centímetro a centímetro, haciéndome abrir la boca del gustazo que me estaba dando y a la vez, cerrando los ojos por lo rico que sentía, y mis caderas, se movían cada vez más hacia atrás, tratando de comerse todo ese macho……en tanto más lo sentía, más me empujaba hacia atrás!!!! Cada vez que me detenía para que se acostumbrara a mi ano, volteaba a ver a ese macho por encima de mi hombre y le decía.
-que te hace ese cabron mi amor, que te está haciendo….. dime por favor dime– Me preguntaba mi esposo tras el teléfono, pensando que todo seguía siendo un juego de fantasía sin saber que todo estaba siendo real.
En eso note que Alfredo me comenzó a poner gel en mi culito pero era tanta mi excitación que lo deje hacer…..con los dedos primero con uno y luego con dos cuando creí que tenía suficiente metió un dedo despacio para después meter el otro.
-¡!!hola hola estas mi amor?- me repetía por la bocina mi esposo.
En eso mi esposo, me pregunto:
-Si mi amor hhhaaaggg pero que rico se sienteeeee……esto es la gloriaaa!!!!!…. que rica es la verga mi vida hhhaaag ….estoy tan caliente que me estoy viniendo de nuevo mi amor……de nuevo hhhgaaggg siiii sssssiiiiii dame más por favor no te pares !-
-Huug huuugg hay mi amorcito……este amiguito mío me la metió de un solo golpe y me llego hasta el fondo hhhaaaaggg…..que delicia!!!!-
– Hhhhaaaaayyyyy cabrón que rico me la metiste!!!!…..así dame, .. dame así cabrón. que rico.!!
Yo estaba gozando como una puta, en lo que mi esposo hablaba y hablaba del otro lado de la bocina y Alfredo me comía mi coñito a pleno gusto.

Solo alcance a decir esto, cuando del otro lado del teléfono algo me decía mi esposo a lo que tome el teléfono para contestarle:

-Si amor yo también te quiero mucho si amor hhhhhhaaaaaaaaaggggg si hhhhhaaaaaaayyyyyyyy si cuidate mucho sssssiiiiii mas maaaaasss si déjame con Alfredo esta noche, que nos sabremos coger mucho hhhhhaaaaaayyyyyyyyy ……si amor …..adiós yyyyyyyyaaaaaaaaaaa por favor yyyyyaaaaaaa….Yaaaa Alfredo vente adentro por favor yyyyyyaaaaa me matas con esa verga que tienes!!!!!…..ssssssssiiiiiiiiiiii

 

Del otro lado del teléfono, solo escuche que mi esposo, me comentó: ¡Me vengo….me vengooooo!!! me vengo¡¡¡ así así, asiiiiiii!!! ahhhhhgggg.

Ya no pude más, apague el teléfono y lo avente al suelo, para dedicarme a moverme hasta que Alfredo comenzó a llenarme de su leche y yo sentía que me moría a ver tantos chorros y chorros de semen bañándome por mi culito hasta que termine por arrojarlo y tocarme yo misma para hacerme explotar.

Alfredo se levantó y se fue al baño a lavarse y en el pasillo me grito: – Gracias Dianita nadie me ha hecho lo que tú y no me arrepiento de esto que acabamos de hacer …..gracias.

Al regresar del baño me encontró dormida en un plácido sueño y una sonrisa pícara en la cara y después me comentó que por su cabeza paso la idea de que me había dejado sumamente rendida de tan rica culeada que me dio, pero que teníamos todo el sábado y domingo para hacer más cosas. Y así fue, ya que la pasamos el fin de semana cogiéndonos riquísimo, entre ellos, estar llamando a amistades por teléfono y a mi esposo en tanto ese hombre me la metía una y mil veces, así como recibirlo por atrás en lo que yo me asomaba por la ventana, o incluso en una ocasión, hasta nos tomamos un vídeo de como cogíamos, y lógicamente lo vimos y lo borramos para no dejar pruebas de esa infidelidad.

El domingo, siendo ya nuestro último día de estar juntos, Alfredo y yo aprovechamos en coger de mil maravillas, de mil formas, sintiendo que nuestros cuerpos ya no daban para más, por lo que paramos de coger a las 7 de la noche, y descansamos riquísimo, hasta que nos dieron las 2 de la mañana pero del lunes, y fue cuando rendidos, y concluyendo esa “luna de miel”, nos vestimos y cenamos rico, sabiendo que ese encuentro había llegado a su fin.

 

Siendo ya las 3 am, salí primero en mi camioneta sigilosa, para llevar a mi amigo a su casa, y aliste todo.

 

Me coloque nuevamente enfrente de mi casa, colocando mi camioneta de modo tal que cualquier vecino, no pudiera ver hacia donde estábamos y al ver todo oscuro apague la lámpara exterior para asegurar que no se viera nada y fue el momento en que Alfredo salió sigilosamente de mi casa y se subió a la camioneta para agacharse y no ser descubiertos.

 

Apenas arranque la camioneta y salimos de mi colonia, le pedí a Alfredo que el manejara para darle la mamada de mi vida, hasta hacerlo acabar en mi boca nuevamente, y bebiéndome toda su hombría. Apenas lo deje en su casa, y de ahí me fui a casa de mi hermana donde me dormí, para que en cuanto amaneciera, mis hijos y yo, fuéramos al Aeropuerto por mi esposo.

 

(Continuará…)


Diana y Alfredo: Amigos de verdad (parte 9).

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Sentimientos de confesión sobre su infidelidad

 

Mis queridos lectores, en ocasiones han sentido la necesidad de confesar todo lo que han hecho alguna vez, a la persona más querida?…..tal vez si….tal vez no…..no lo sé…….solo sé que a partir de éste relato, muchas cosas pueden suceder, y pueden detonarse muchas cosas, o muchos más relatos.

 

Ni ustedes ni yo lo sabemos, pero por lo pronto, agradezco sigan mis vivencias íntimas, y que haya servido para que me conozcan, sin conocerme.

 

Nunca me había puesto a pensar, en que probablemente algún día, alguno de ustedes, se haya cruzado en mi camino, ya sea en algún centro comercial, en algún restaurante, algún cine, incluso en la escuela de mis hijos, más aún, incluso en la calle de mi casa o……..peor aún…..que alguno de ustedes me haya saludado por la amistad que tenemos o como vecinos que pudiéramos ser.!!…..no lo sé….no lo saben tampoco ustedes. Tal vez, alguna vez me vieron cruzar en su camino, y tal vez quedaron impactados por mi forma de vestir y por el cuerpo que me gusta presumir; tal vez, incluso hasta alguno de ustedes me vieron platicando con mi amigo Alfredo, o en su camioneta o incluso hasta saliendo de un Hotel, y nunca pensaron que justamente esos a los que vieron, somos los protagonistas de ésta serie.

 

Probablemente alguno de ustedes, algún día en la calle, me lanzó algún piropo sin saber que iba o venia de algún hotel, para coger o ya llena de semen!!. Probablemente su piropo fue bonito y les sonreí, o probablemente su piropo fue morboso y vulgar y mi reacción no fue más que de indiferencia. Ni ustedes ni yo lo sabemos, pero si así nos vimos alguna vez en algún lugar……sepan que soy una mujer de carne y hueso y que está confesándose con ustedes ahorita en este medio, en donde la mayoría supone que solo son fantasías.

 

Por ello, iniciaré mi relato:

 

Mi amor, en este momento, estoy escribiéndote algo que siempre he querido decirte, pero las circunstancias me lo han impedido. Sin embargo, todo lo que a continuación quedará registrado, quiero que sepas, ha sido subido a internet, para sentirme tranquila de que he logrado desahogarme contigo y que mi conciencia esté tranquila de que yo ya cumplí en confesarte todo, y que a éstas alturas y después de 9 relatos, es muy seguro que hayas encontrado esta serie, y tal vez en tu mente, estén surgiendo algunas dudas, porque seguramente habrás detectado algunas situaciones que vivimos en nuestra intimidad y ello te haga pensar que la de éstas historias, soy yo. Si no ha sido así, estoy segura que algún día lo descubras por ti mismo, lo leas y me entiendas, pero sobre todo, sepas que algún día, te lo confesé y que nunca te oculté nada.

 

No sé si lo que leerás a continuación, aun cuando no sepas que se trata de mi este Relato, en algún momento hayas visto que coincide con mis actividades o mis comentarios, o incluso, tal vez hasta hayas encontrado alguna evidencia que por descuido, haya dejado yo por algún lado. Tampoco sé si alguien por ahí, te haya dicho algo, porque ya ves que nunca falta alguien comunicativo, pero lo que si se, es que cuando leas toda esta serie, sabrás que nadie más que yo, te estaré diciendo detalles de cada instante, y de todo lo que paso por mi mente en esos momentos.

 

Solo quiero que sepas que te amo mucho, y que nunca quiero perderte, y quiero que sigamos siempre juntos, pero quiero que me comprendas, en que así como ustedes los hombres tienen sus aventurillas por ahí, también nosotras las mujeres tenemos inquietud de saber que se siente estar con una persona ajena, y eso no significa que queremos dejar de lado nuestro matrimonio. Quiero que sepas que nació en mí también ese morbo, pero no por ello, quiero decir, que ya no te amo!…. En cambio, con mi amigo, desde que nos conocimos, nació una amistad bonita, sincera y confiable……eso quiero que quede en ti siempre mi amor……Alfredo y yo tenemos una amistad como pocas y tal vez por ello, y gracias a tu fantasía, sentimos la confianza de rebasar esa línea tan delgada que hay entre una amistad y un deseo, y en esa confianza, nació un deseo sexual que nos atrevimos a vivir mi amigo y yo, pero quiero que lo veas tu!!! No me he metido con cualquiera!!! Solo con la persona con la que tú y yo, podemos sentirnos tranquilos!!

 

A ti te amo, contigo me casé, contigo tuve a mis hijos, contigo quiero estar toda la vida, y contigo disfruto mucho hacer el amor, me gusta cómo me lo haces y me gusta cómo me llevas de lo normal a lo extraordinario, contigo me entrego sexualmente hablando, con amor y lujuria y tú mismo me has dicho que te vuelvo loco cuando soy yo quien te hace el amor; Pero eso nada tiene que ver con mi amigo Alfredo, ya que justamente es la amistad la que nos hace tenernos la confianza para vernos sin compromiso alguno, sabiendo que cada uno tienen lo propio por su lado, su familia, su espacio, su tiempo, y por ello nos consideramos absolutamente responsables, ya que nunca dejamos lo que cada quien tiene, por vernos nosotros. Quiero que sepas que Alfredo y yo, somos muy responsables mi amor, ya que cuando disponemos de tiempo y hay ganas, son justos esos momentos, los que buscamos convivir a nuestra manera, sin perder el piso de que hay alguien esperándonos en casa. No hay amor con él, solo placer y eso es muy distinto.

 

Por eso mi amor, te escribo este nuevo capítulo, tal cual sucedió el día de hoy:

 

Hoy es viernes, y te había llamado a tu oficina, para avisarte que hoy se celebró uno de los contratos más interesantes desde que estoy trabajando con Alfredo, y que la empresa con la que se firmó el mismo, organizó una cena para la presentación de los productos ante los medios de comunicación. Te había informado que llegaría tarde y tú me entendiste y me confiaste en que me cuidara muy bien, ya que tú también tendrías una reunión con compañeros de trabajo, y ambos podríamos convivir con esa tranquilidad. Solo me pediste encargar a los niños, por lo que llame a mi cuñada para que pasara por ellos a la escuela y por ser ultimo día de clases, le pedí que si podrían quedarse con ella a dormir, por lo que eso me hizo sentir muy tranquila.

 

Pues bien mi amor, son las 4:30 de la mañana, y el vigilante adormilado, abre la reja con el sensor electrónico, para dejar pasar la camioneta de Alfredo, que me lleva a mi casa; Te quiero confesar que varios factores se combinaron esta noche. Primero que Alfredo y yo, venimos con unas copas de más, sin caer en la borrachera inconsciente, más bien venimos muuuy motivados y segundo, es que afortunadamente el vigilante, estaba adormilado por la hora, y no hizo mucho por ver quien entraba. Alfredo lleva su camioneta hasta la casa y se estaciona en el lugar del vecino de enfrente y que para fortuna, en ese momento estaba vacío. Por ese lado no te preocupes mi amor, que el vigilante no se dio cuenta de mucho, además que los cristales de la camioneta, al estar oscuros, no permite ver hacia adentro. Al estacionarse el auto de Alfredo enfrente de casa, ayudó en confundir a los vecinos que pudiere asomarse por la ventana a esas horas, ya que pensarían que pudiere ser el auto del vecino justamente; yo aún dentro de la camioneta,  tome mis cosas y estoy por despedirme, cuando me jala de mi brazo y me planta un enorme beso en mi boca, al que correspondí, sin medir las consecuencias de que algún vecino con insomnio  pudiere estar mirando tras las ventanas o alguno que estuviera saliendo temprano ese día, y lograra verme. Ese beso se prolongó tanto que encendió mi instinto, y mi piel se erizo de nueva cuenta por lo que las manos de Alfredo comenzaron a recorrer mis senos y ahí fue donde perdí, porque mi mano se posó sobre su verga y la sentí tan dura, que entre beso y morreo, abrí su pantalón y se la extraje, y en tanto nos besábamos, mis manos acariciaban de arriba abajo ese pedazo de carne de macho al desnudo, sintiendo su tersura y su calidez. No sé cuánto estuvimos ahí, pero el auto con la luz apagada y estacionado no despertó sospechas, y en un momento, me separé de él, dejándolo de besar, para mirar hacia afuera y a todas direcciones, para asegurarme que todas las ventanas de los vecinos estuvieran cerradas y con las luces apagadas, sin embargo solo una casa a unos 30 metros, tenía una ventana con luz, lo que me dio la seguridad mi amor, de que lo que iba a hacer, nadie lo sabría y nuestra reputación, no se vería afectada, por lo que sin pensarlo, me agache y le puse una mamada de ensueño a Alfredo, quien no esperaba esa reacción mía. Era tanto mi deseo que no deje de mamársela, enrollando con mi lengua su piel, y toreándole el capullo, una y mil veces, sintiendo como se retorcía de placer, y mis manos, acariciaban sus huevos, dándoles un masaje como para excitar todo su líquido seminal, y así continué, por varios minutos, hasta que derramo todo su semen en mi boca, al que no deje que se escurriera absolutamente nada y me comí todo ese líquido de vida. Así, sin decirle nada, le sonreí a mi amigo, dejando su verga fuera de su pantalón, y lanzándole un beso al aire, me salí del auto, para dirigirme a casa sin voltear a verlo, en lo que sacaba mi lengua, para repasarla sobre mis labios, saboreándome ese líquido masculino. Solo escuche como encendió su motor y arranco el carro.

 

Tomé las llaves para abrir la puerta, y siento aun mi corazón latir con fuerza por la adrenalina que traigo conmigo en ese momento; abro la puerta, dejo mi bolsa en la sala, me dirijo a nuestra habitación y te veo ahí dormido. Voy al baño y me refresco un poco la cara, enjuagando un poco mi rostro para eliminar cualquier olor a sexo, y enjuago mis dientes para eliminar el sabor a semen. Me despejo un poco de ese olor a sexo infiel y mis ojos se quedan clavados en ese enorme espejo frente a mi…..pasan los minutos y sigo viendome-.

 

Este día mi amor, después que llegue, y verte plácidamente dormido, me fui a la sala y me quité los zapatos, para descansar un poco. No sabía que hacer!! Un sentimiento encontrado aún estaba en mi!! Placer, Infidelidad, necesidad de confesarme, y un sabor a sexo en mi!!! Tenía unas ganas enormes de confesarte que te he sido infiel por más de una vez con mi amigo Alfredo.

 

Quiero que sepas que tenía unas ganas enormes de ir a la recamara, hablarte y decirte al oído muy suavemente, que Alfredo me había cogido muy rico!! Te lo quería confesar mi amor y de eso puedes estar muy seguro!. Me sentía muy motivada de decírtelo porque eso es lo que me pedias cada que me hacías el amor y además porque esa noche estaba muy motivada por el vino que estuve ingiriendo!!. Hasta ese momento, todo era una suma excitante de fantasía, pero solo yo sabía que esas fantasías tuyas…….ya eran realidades mías!!!!!

 

Por eso quería confesártelo, pero me atreví solo de la siguiente manera. Di dos vueltas a la sala, entré a la recamara otras dos e incluso me acerque a tu oído y muy suavemente, te dije: “Mi amor…..ya llegue bien co……ya llegue…….vengo hecha toda una mujer!……vengo ……” y al notar que no te moviste ni hiciste un gesto de haberme escuchado, solo te dije con voz aún más baja que antes: “vengo con sabor a macho…….”, y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo al notar que ni te moviste…..en eso percibí en ti, un olor a alcohol lo que me hizo suponer que también venías alcoholizado!!…Te di un beso en la mejilla y salí de la recamara para dirigirme a la computadora y me estoy atreviendo a escribírtelo en este relato, esperando con todas mis ganas, que algún día encuentres esta confesión y deduzcas por lo que escribiré, que en efecto se trata de nosotros.

 

En cuanto concluí de escribir, me sentí un poco descansada esa madrugada, me quité esa minifalda de locura que me había puesto para la ocasión, así como esa blusita escotada y entallada. No traigo ni mi tanga ni mi brasiere en este momento mi amor!!!.

 

Mi Tanga, no puede estar más que en un lugar: En la camioneta de Alfredo.

 

Y mi brasiere, pues…hoy no me puse esa prenda para lucir mis senos y mostrarme muy provocativa. Me sentía cachonda y tome la decisión de mostrarme más atrevida.

 

Es toda la ropa que traigo conmigo, y una vez desnuda, me voy a la cama a dormirme contigo. Al acostarme veo que sigues sin moverte, lo que me da a entender que estas perdidamente dormido…y no es para menos!!!….tu viaje anterior aún te tiene muy cansado y con tu fiesta, pues estas rendido, y yo te dije que llegaba a las 2 am y ya son casi las 5 am!!.

 

Me deslizo a tu lado, en la cama, nuestra cama y me acuesto muy sigilosamente para que no veas la hora en que llegue, pero con sutileza, me pongo a tus espaldas y te abrazo para no despertarte.

Tú aun duermes, mejor así, ya que no tengo cabeza para inventar una mentira, mejor dicho otra, ya que te había hablado por celular para decirte que me había encontrado a Maritza en el cocktail y que, estaría con ella. Después te volví a llamar para decirte que ya nos íbamos del lugar porque quería platicar conmigo y que me iba a la cafetería de 24 horas donde tu acudes con periodicidad, y que llegaría más tarde a casa.

 

Pero esa era una mentira más……..La verdad mi amor, he estado con mi amigo Alfredo……. Si, así como lo lees…..he estado cogiendo con mi amigo Alfredo!!!…, Siii….con ese hombre con el que tanto fantaseamos tu y yo cuando hacemos el amor, …….si….con ese hombre que tanto te genera celos y excitación a la vez, tan solo de imaginarlo cogiéndome, porque es el único hombre con el que me has visto distraída e inquieta!.

 

Es el único hombre con el que me has visto en tu mente cogiendo, y que a la vez, ha generado en ti, esos celos, sin saber que ya me ha venido cogiendo en repetidas ocasiones, en diferentes lugares, a diferentes horas y de manera muy osada ……para que negarlo…..hoy he estado con ese hombre, que me ha cogido muy muy rico!!!! Pero no temas mi amor…. Coge muy rico el cabrón, y me hace gritar como una puta perra, pero de algo puedes estar seguro……mi corazón, mi cuerpo y mi amor es tuyo, y quiero que sepas que a ti te amo!!!…y para tranquilidad……no me quejo de cómo me coges tu……coges de maravilla y me haces volar cada que hacemos el amor………pero no debo negarte que el morbo de que otro hombre me toque, me bese y me meta su verga como semental, es intenso….seguro tú lo sabes mi amor, porque casi estoy segura de que me has sido infiel también con alguna putilla que te ha dado las nalgas también y tú me debes entender que es una rica experiencia, cuando se coge con otra persona y no por ello, se deja de amar a la pareja…..verdad que no!!

 

Quisiera decirte que ya Alfredo me ha cogido a su gusto! Y me ha dado un gustazo el cabrón!!….cuando lo veas, quiero que sepas que ese hombre, me ha abrazado, ha tocado mis nalgas, mi culo, mis senos, me ha lambido toda la piel, ha saboreado mi chocho y sus dedos han entrado en mi cuca y en este culazo que muchos hombres desearían también tocar!!!….esta mujer que vive contigo, le ha dado las nalgas a Alfredo y he gozado como loca, …………. este cuerpo que piensas que es solo tuyo….ya no tiene exclusiva……porque otro hombre sabe el sabor de mi cuerpo y me ha gozado también mi amor!!!…………..tal como lo he venido diciendo en todos los previos relatos, se han dicho detalles y situaciones reales, para que solo tú y mi amigo Alfredo, sepan y conozcan lo que he vivido.

 

Mi amiga, la que me ayuda a escribir estas vivencias, me ha dicho que cada día soy más arriesgada  porque cualquier otra persona puede verme o descubrirme algún día con Alfredo, o  relacionar fácilmente cada relato conmigo, pero me ha dicho que ese morbo es lo que hace de esta fantasía – mensaje, algo muy rico y lleno de lujuria.

 

Recuerdo con detalle ese primer relato al que llame solamente “Diana y Alfredo: Amigos de verdad”.

 

Ahí inicio toda mi infidelidad mi amor!!!.

Pues bien, continúo confesándome contigo: Me acuesto a tu lado, desnuda sintiendo aun mi piel, vibrar por haber estado hasta hace unos minutos, con mi amigo…..ese amigo al que conocí desde que nuestros hijos entraron al colegio. Ese amigo al que vi como un amigo, pero al paso del tiempo, comencé a ver, sin retorno,  como un macho.

 

Recuerdo que tu mi amor, me llenaste de fantasías sexuales entre él y yo, y sin saber en qué momento, lo que era un enojo, se convirtió en una posibilidad. Fue cuando comencé a sentir una necesidad invisible por atraer las miradas y atención de mi amigo, y buscarlo tener cerca de mí.

 

Todas las mañanas al dejar a nuestros hijos en el colegio, trataba de mostrarme atractiva para que me viera y admirara. No sé si se dio cuenta que siempre debajo de mis ajustados jeans, una inquietante tanguita abrazaba mis caderas!! Espero que si haya visto mi culito con esas tanguitas-.

Sabes mi amor?….me costó trabajo que ese hombre se me acercara con las intenciones que yo buscaba!!!!. Una cosa es que te busquen como amiga y  otra, que te busquen como hembra.

 

Me costó trabajo, porque yo estaba siempre rodeada de amigas, y no me dejaban muy sola y cuando me lograba acercar con él, todas las miradas se ponían sobre nosotros. Incluso una amiga llego a comentarme muy discretamente si Alfredo tenía algunas pretensiones conmigo, porque habían platicado entre ellas, que lo veían muy atento conmigo. Sin embargo notaba a Alfredo algo tímido ya que aunque platicábamos, no se atrevía a romper esa barrera de amistad…..era muy respetuoso conmigo y eso se lo agradecía en un principio, más después, me llenaba de coraje que me tuviera respeto porque yo buscaba que su mirada de amigo, se convirtiera en mirada de hombre.

 

Es por ello que, comenzamos mi amigo y yo, a platicar y mensajearnos por celular, y también comenzamos a comunicarnos por correo electrónico, para tener comunicación más directa y discreta. Recuerdo que al paso del tiempo, cuando un buen día me decidí a darle entrada como hombre, porque ese día yo amanecí muy cachonda,  le comencé a mandar varios correos sugerentes pero en ocasiones, cuando razonaba más tranquilamente,  me apenaba porque sentía que me estaba viendo muy lanzada con él. Por eso le mentí al decirle lo primero que se me ocurrió: Le comenté que alguien estaba usando mi correo y mi celular para enviarle mensajes a mi nombre….perdón mi amor, pero …..tenía que culpar a alguien para no verme muy dispuesta hacia el….por ello …..te culpé a ti!!!

 

Claro que todo eso era mentira, ya que en verdad la autora de esos mensajes (correos y celular), era yo ¡!

 

Realmente a este momento no me he atrevido a decirle que en efecto era yo la que le estaba mandando esos correos con la idea de que se animara a acercarse a mi, pero con otras intensiones…..intensiones….sexuales!!!

 

Pero finalmente logre lo deseado mi amor y ya no fue necesario decirle nada!….y Alfredo ya me ha probado como mujer y lo he probado como macho…..me ha dado unas cogidas riquísimas y en correspondencia, le he dado unas mamadas fenomenales….unas mamadas como te las doy a ti!!!! El me ha dado su leche y yo le he dado las nalgas…..estas nalgas hermosas que todos los hombres desean y todas las mujeres me celan, pero que solo tú y el, las tienen cuando las pidan!!!

 

Hoy mi amor…..Siiiii !!! ….justamente hoy, hace unos minutos, mi cuerpo ha sido de él nuevamente, y me ha regalado las caricias y besos que tú hace días me niegas por tus enojos; Alfredo me ha regado con su saliva y se ha corrido en mi coñito. Debería sentirme culpable, avergonzada, y una puta verdad?? pero nada de eso sucede.

 

Ahorita te veo dormido plácidamente a mi lado, y muy calmado y eso me hace sentirme increíblemente viva y en paz; Tu tranquilidad me dice que todo está bien!!!…Tu tranquilidad es mi tranquilidad mi amor!!!…. Si pudiera te despertaría para contarte que fui feliz en sus brazos, que me sentí de nuevo deseada, que tuve de nuevo un orgasmo como hace días no lo tenía, y que por ello me siento….Una Mujer plena!!!!.

Quiero que sepas mi amor, que mi cuerpo viene en este momento, con el olor a cama de Hotel, ….con olor a ese lugar donde solo entran quienes quieren coger prohibidamente!!…..solo sé que a esos Hoteles entran personas que quieren entregarse la una a la otra sin otro objetivo más que sentirse plenas!…..y ahí mi amor…..ahí entré hoy con Alfredo. Sabes dónde?…..quisiera dejarlo en el anonimato pero quiero que sepas que vengo justamente del Hotel ABCentral…..si, el Hotel que está aquí en la Avenida…..está muy cerca de aquí??, si así es …..está muy cerca, y eso le puso más sabor al momento…. pero esa adrenalina no tienes idea de lo excitada que me tenía.!!! Siempre que pasamos por ese Hotel, veo tu mirada, como si quisieras entrar en él o quisieras que me metieran ahí, o imaginándote que ya he estado ahí……no sé qué pase por tu mente cuando pasamos por ese Hotel………por eso pedí a Alfredo que quería entrar nuevamente ahí y sin dudarlo me llevó ….y de ahí vengo mi amor!!! Y vengo con semilla de otro  macho en mi piel, porque no he tomado ni el tiempo de bañarme. Ahorita, aquí en casa, me he metido un dedito en mi coñito y sabes?……aún salió mi dedo bañado de ese hermoso líquido de macho!!!…mhhhh…..me meto el dedo de nueva cuenta para bañarlo aún más y lo meto en mi boca para no olvidarme de esa noche!. Aun vengo escurriendo mi amor!!!. Quiero prolongar la sensación de sentirme bien follada, porque hace días que no me sentía  así. Tus enojos y celos, te distanciaron de mí, y aun cuando traté de provocarte y seducirte para que me hicieras el amor, lo único que logré fue incrementar mi deseo,  y eso me llevó a coger con Alfredo con más ánimo, y desear  que unos brazos de macho me abrazaran.

En sus ojos vi el deseo de un macho y en ti, solo veía enojos…..sabes lo que ello significa mi amor?…..que tu no querías nada conmigo en esos momentos y mi amigo, por el contrario, quería todo conmigo!!!.

Quiero que sepas que hoy. En ese Hotel, Alfredo me ha llamado puta, ¿te imaginas mi amor? Sabes lo que esa palabra significa en esos momentos para mí, cuando estaba con él??  Sabes lo que esas palabras significan en este momento cuando estoy contigo? Yo, a quien tú tienes en un altar como una mujer bonita, de buen cuerpo y respetable, …para Alfredo, hoy además de ser su amiga,  he sido una puta y lo peor ……… me ha resultado divertido, excitante…..y  para qué negarlo……lo peor es que me ha gustado que me llame PUTA, que me vea como una PUTA!!!. Siiii, con descaro lo admito, he sido una puta en una cama de alquiler, porque seguro, cuando mi cuerpo estaba desnudo y acostado sobre esa cama, mi piel estaba en contacto donde muchos hombres han rozado sus pieles y han vaciado su semen, y por ello, cuando Alfredo me puso encima de la cama, para el subirse encima mío, recordé que también muchos hombres han estado encima de muchas mujeres……. en esa misma cama, donde muchos hombres llegan a coger. Por eso, no le he negado nada a Alfredo. Por ello mi amor, me he dado cuenta de que ahora, ninguna parte de mi cuerpo te pertenece ahora en exclusiva. Todo lo que en mi veas, todo lo que de mi toques y todo lo que de mi te guste……hoy mi amor…..todo lo ha visto, tocado y me ha dicho que también le ha gustado!!!  Todo lo que en mi ves como tuyo…. lo ha probado Alfredo!!! Todo lo que yo te daba solo a ti……también se lo he dado a Alfredo.

 

Me he excitado sabiendo que en efecto, he sido la puta de mi amigo, porque que me ha hecho sentir que cada agujero de mi cuerpo le pertenece, porque ya lo ha invadido cuando él ha querido.

Te preguntarás por qué, y quizá no lo sepas, quizá no entiendas las razones. La verdad es que razones tengo y muchas, pero dejaste de darte cuenta de la mujer que tenías al lado, comenzaste a estar muy seguro de tu esposa. Abusaste de mi confianza. Primero, porque estoy segura que cuando me cogías, en tu mente estaba bien fija la idea de que era mi amigo quien me estaba cogiendo, o me equivoco?? Cuantas veces, aunque estuvimos tu y yo cogiendo, en realidad yo estaba cogiendo con mi amigo en tu mente?, cuantas noches has pasado lejos de casa, cuantas noches me has dejado esperando para hacer el amor? hace meses que somos extraños, que no soy tu mujer, que no eres mi marido, y todo por tus celos…..primero me hiciste volar imaginándome cogiendo con otro y después me bajaste de esa nube, con tus celos al ver que mi amigo en verdad demostraba interés por mí. Cuando te diste cuenta que en efecto ese hombre me veía con deseo, tu actitud cambió!.

Pero además quisiera decirte mi vida, que Alfredo me ha dado algo que tú me dabas antes y que poco a poco fuiste quitándome. Eso que me quitaste es la adrenalina de lo prohibido, de lo incorrecto, del pecado, de la posibilidad……recuerdas cuando me pedias vestir muy provocativa? Recuerdas cuando me pedias mamártela cuando venias manejando? Recuerdas cuando hacíamos el amor en la calle, en los parques, en los cines!!! Recuerdas cuando me pedias quitarme la tanga estando en un Restaurante?…..Recuerdas cuando nos metíamos en un baño de algún centro de diversión para hacer el amor ahí!!!……y ahora?….solo quieres hacérmelo en nuestra cama!!!!……Tu sabes si en mi mente paso algún día que repitiéramos aquellas aventuras??  Verdad que ya no !!  En cambio él, me ha dejado ser indecente y libre de todo; ahora me siento de nuevo la mujer que era contigo, de la cual te enamoraste. Ahora Alfredo es quien me pide salir provocativa, bella!! Ahora le he mamado la verga en su carro, hemos cogido enfrente de la casa a altas  horas de la noche, nos hemos tocado en algún restaurante y no paramos de mandarnos mensajes candentes……me deja chorreando y con muchas ganas!!!!….Antes me pedias ser una putita contigo, y ahora que lo soy y que quiero ser, ya no me lo pides……pero el si!!!

 

Querrás saber si quise evitarlo. Sí. ….Si trate de evitarlo pero también no estaba muy convencida del todo!!!. Te oía fantasear imaginándome con él, y a él lo veía como me miraba; me sentí inquieta por saber que era ser infiel, pero no tenía con quien y en un momento, pensé que nadie mejor que con mi mejor amigo!! Para eso son los amigos o no?.

 

Traté de evitarlo? claro que sí mi amor!!!, hice muestras de templanza, te busqué, ¿recuerdas?, busqué actividades juntos, te puse citas pero no había espacio en tu agenda para mí. Más de una vez me cancelabas, dejando toda la cancha, para que Alfredo ganara terreno y llenara tu puesto y me llenara a mí.

Creo que lo sabes!! Creo que, lo sospechas!!! . Últimamente, yo creo que por mis actividades, te he visto mirar mis mensajes con alguna excusa. Lástima que casi siempre borro todos los mensajes que me manda Alfredo, pero te he de confesar que hubo ocasiones en que deseaba dejarlos para que tu revisaras mi celular y encontraras algunos de sus mensajes cuando me escribía:: “te extraño encanto”, “deseo tu cuerpo a mi lado”, o algunas de mis contestaciones que le mande, como: “Si me dices que soy tu preciosa tuya, acepto estar contigo”, Etc., pero no estaba segura en esos momentos, y borraba toda evidencia de mis comunicaciones con mi amigo.

 

A ti te he dicho que Alfredo y yo solo somos amigos, y como tales, nos hablamos así con esa confianza, pero estoy segura que no te convencía con esas palabras. En ese momento era cierto, lo que no sabes es que, mientras te enojabas conmigo y te alejabas de mí, no se por qué, pero el me buscaba con uno u otro pretexto y al verme, me halagaba y me consentía. No, no pienses tan mal, que hasta ese momento, no había sido suya, ni había malas intenciones, pero hablábamos, chateábamos, y tal vez tus mismas fantasías, me generaban un tipo de nervios ante el, y tus deseos comenzaron a tomar vida, por lo que comenzó a darse  en un momento, el deseo que nos llevó a lo que somos ahora: Amigos con Derechos!. Sabía que no debía entrar en ese terreno y en nuestros juegos, recuerdas que te lo dijo varias veces, en que si se diera algo podría salirse de control. pero tanto me insistías con tus fantasías y la constante presencia de Alfredo, generaron que ahora este escribiéndote todo esto.

 

Con él, he repasado nuestros primeros encuentros, nuestros momentos felices, ¿recuerdas? Cuando me vestía de puta para ti y te motivaba a hacerme el amor?, recuerdas el corsé negro y las media con liguero. Cuando me sacaba las braguitas en tu auto o en alguna comida importante y después follábamos como locos. Qué lástima que ahora no intentes repetir esos juegos mi amor……que lástima que ahora sea Alfredo quien me lo proponga!!!.

 

Te quiero comentar que ahora soy yo quien tiene ganas de todas esas locuras, yo aún siento ganas….muchas ganas!!!!….tus ganas de antes son mis ganas de ahora. Pero no hay problema, que por parte mía, no he dejado de limitarme como tantas veces me lo repetiste….ahora el que se limita…eres tu mi amor!.

Hoy cuando estuve con el, me hizo todas las guarradas que tú me hacías. Ha sacado a flote una parte de mí que tú no conoces. Una parte salvaje, perversa e irreverente. Estoy segura que Alfredo queda muy feliz cada que terminamos de coger, tanto que, hoy me ha repetido que soy una mujer muy candente y que cojo muchísimo mejor que su esposa…..hoy me ha dicho que con su esposa solo cumple una necesidad, aunque no deja de amarla,  pero que conmigo, desata toda esa furia que trae dentro y que quiere coger conmigo como hasta ahora, con todas las perversiones que se le ocurran……sin compromiso, pero a cada momento!!!. Me ha repetido que ama a su esposa pero que reconoce que el calor que ella le ofrece, no lo cobija como hombre y que no se atreve a pedirle todo lo que me pide a mí, y que en mi, ha encontrado ese sabor que no le da su esposa…..pero que la ama como su esposa, como yo te amo a ti!

 

Aunque no lo sepas te hemos convertido en un cabrón porque era tu deseo…..y yo me he convertido en una puta, porque fue el deseo de Alfredo.

 

Pero quiero que sepan ambos, tú y Alfredo, que en algún momento, sentía un placer al imaginarme hecha una puta, y me llegue a imaginarme cogiendo contigo y jugando a que tu eras alguien desconocido, pero mira!!……quería ser una puta……., pero tuya y no de otro,  pero así son las cosas mi amor y abriste el terreno lo suficiente como para que fuera justamente Alfredo, quien entrara en nuestras fantasías y me motivara a ser puta, pero de él!!! .

 

Por eso mi amor, quiero que sepas, siempre quiero estar contigo y quiero que si te enteras algún día de todo esto, tú también quieras estar siempre conmigo, también quiero que sepas que seré tuya siempre y si quieres, también seré tu puta al nivel que me lo pidas, y no te fijes en que puedes herir mi orgullo!…..he probado la miel del pecado y ahora te entiendo cuando me decías que tu nunca harás algo que me dañara y ahora veo que tu fantasía me llevo a un placer enorme. Por eso quiero ahora, ser tuya en todo nivel y lo que me pidas, puedes estar seguro que lo hare sin cuestionar!!

 

No te mortifiques amor, no ha sido tu culpa, no es un reproche, por el contrario, es un gusto que mi amigo, ahora me vea como su putita….no me hace sentir mal y por el contrario, me excita que me vea así. Si algún mérito tengo es que yo misma tomé la decisión de serte infiel y ser su puta.  Ahora sí, fui yo quien tomo la decisión.

 

Justo antes de que él se ensartara en mí la primera vez y hasta ésta última, pensé mucho en ti, pero también recordé mucho tus fantasías, y en ese instante, me preguntaba si serte infiel sería malo, pero justo en ese momento, sentí sus manos levantar mis caderas, y sentir riquísimo como me metía su verga hasta el fondo……mis dudas quedaron al aire….no pude pensar más……esa verga dentro de mí, entrando y saliendo, hizo que esa melancolía del recuerdo se esfumara y dejé de ser yo, para convertirme en esta que respira a tu lado, que huele a otro hombre y que se siente feliz de haber roto la promesa de fidelidad…..finalmente los tres estamos más que contentos.

He estado acostada en todo momento a tu lado con los ojos abiertos y pensando todo lo que te escribí, y así veo como afuera, comienza a amanecer, y tú continuas dormido; yo te he sido infiel y créeme, mi amor, no siento el menor remordimiento.

 

Me acercó a ti, te abrazo nuevamente, ya no tengo el resentimiento por no sentirme una mujer exclusiva para ti, así que mi abrazo es sincero. Finalmente, me duermo muy feliz, con mi coñito lleno de la leche de mi amiguito y absorbiéndose en mis entrañas en tanto me mantengo abrazada a ti!!!

Al despertarte, me arropas, me besas la frente, me preguntas si todo está bien y te vas al trabajo, sin esperar mi respuesta.

No notas que he cambiado y siento deseos de decirte, “mi amor, te he sido infiel”, pero ibas muy apurado. Quisiera que lo supieras, ver tu cara de sorpresa. Saber si aceptarías una infidelidad mía o no, y confirmar si tu fantasía quedaba solo en eso o realmente es lo que deseabas…….también quiero que sepas….me entrego a ti con placer, con gusto y me pones a mil cuando me tocas y te metes en mi…….pero debes entender que no es lo mismo coger con mi esposo que coger además con mi amigo ehhh!!!!. Gozo contigo y con el es un morbo…..estoy haciendo algo prohibido mi amor!!! Ese es el sabor de la diferencia!! Pero te quiero repetir….jamás te he dejado de amar…….y a el no he dejado de desearlo…..son dos cosas diferentes ehhhh!!! Cuando deje de ver algún día a mi amigo, tú y yo seguiremos juntos, con una historia dentro de nosotros.

Un beso cariño, que tengas buen día. Te amo mucho. Y nuevamente te vas de viaje,  sin saber lo que quise decirte……

 

(continuará…)

 

A la discoteca se va follada

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Mientras salíamos de la discoteca, se paró a saludar a unos antiguos amigos. Yo me solté de su mano y fui directa a la chica del guardarropa, para que me dejara mi abrigo. La chica no aparecía así que permanecí allí hasta que un chico de muy buen ver, se acercó a mi lado y me preguntó si llevaba mucho esperando.
– No, sólo unos minutos
– Vaya, parece ser que cuanta más prisa tiene uno por irse, más impedimentos le ponen.

Yo me limité a sonreír con educación, pero este gesto fue bastante para provocar los celos de mi acompañante. En seguida, se acercó por mi espalda y se limitó a tocarme el culo descaradamente y a hacerme susurros por el cuello dejando claro que estaba marcando su territorio de macho.

Su cadera se acercó a mi trasero y pude notar que nuevamente tenía una erección de caballo. Sabía que le excitaba la situación de tener el dominio, de que hubiera otro macho intentando accederme y que era él quien tenía el coto de caza. Bastante claro que me lo había dejado antes de salir.

Porqué? Les explico:

Media hora antes de salir de casa camino a la discoteca, me encontraba totalmente arreglada, a falta de enfundarme en mis tacones. Como toda mujer, me aseguré ante el espejo de estar bien puesta, y me miré varias veces cómo me quedaba ese vestido, que se ajustaba perfectamente a mis curvas. Él me miró desde el sillón y me dijo que si tenía pensado ir así de explosiva.
– Yo me encuentro fantástica, no crees?
Le fastidiaba bastante que le saliera con este tipo de contestaciones de chula engreída, pero es lo que había. Yo sabía que la seguridad en mí misma es lo que hacía que este hombre estuviera a mi lado.
– Fantástica? – me responde – Yo creo que estás algo más que fantástica. ¿tu qué quieres que se te estén acercando todos esos moscones en la discoteca, a ligarte delante de mis narices y tenerme toda la noche como un puto perro faldero a tus pies?
– En absoluto. Usted es libre de dejarme ligar con quien quiera, si lo que no le apetece es cuidar de mi.
Esto le debió calentar como nunca porque se levantó del sillón, se puso frente a mí con cara de furia, de hombre con ganas, y pegó su frente a la mía, amenazante, como si se quisiera pelear en la calle.
– Que te deje ligar con quien quiera dices??
En ese instante, haciendo fuerza con su frente, me hizo retroceder hasta la pared, me empotró contra ella y estampó todo el peso de su cuerpo contra mí. Empezó a besarme de una forma bruta, a morderme el cuello a la vez que sus manos buscaban mis nalgas para abrirme las piernas en esa misma posición.
Yo llevaba unas medias que se ajustan al muslo y aún le calentó más encontrarse mi culo de una forma tan accesible debajo de la minifalda. A pesar de eso, hizo tanta fuerza para separarme las nalgas que me hizo abrir las piernas hasta abrazarlo con ellas. Me quedé totalmente colgando entre la pared y la fuerza de su polla contra mí
– Encima sales con estas pintas como las zorritas que andan sueltas, con medias y el tanga – me dijo
El muy cabrón empezó a simular embestidas contra mi coño, con su mano me separó el hilo del tanga, pero él tenía el vaquero puesto y me estaba haciendo daño. Le dije que los botones del vaquero me hacían daño.
– Así que tienes dos opciones – le dije – o apretas más flojo, o te bajas esos pantalones y me haces algo con fundamento de una vez.
– Serás zorra… bájamelos tu si no quieres que te reviente el coño con ellos puestos
Así que por mi bien, obedecí y le quité el cinturón, y le bajé los pantalones. Yo con esas palabras ya estaba realmente excitada, quise en ese momento agacharme y pasarle la lengua por esa pedazo de polla hinchada, desde que le vi las venas reventonas alrededor de la punta de la polla, pero no me dejó. Se limitó a cogerme del pelo obligándome a mirarle fijamente a los ojos, vi su deseo de hacer una ruindad.
El muy cabrón me volvió a levantar las piernas hasta que lo rodeé, y sin más, me penetró su larga y gorda polla de una sola embestida, asegurándose de hacerme gritar como si fuera una virgen. Detrás de la primera embestida, vino la segunda, y la tercera y yo con cada una de ellas limité mis gritos de dolor a gritos de auténtico deseo, a auténtico placer. No me dejaba bajar las piernas hasta el suelo para controlar la fuerza con la que me lo hacía y no poder tener el control de la situación me excitaba aún más. Con una de sus manos me sacó una teta que ya estaba a punto de alongarse por el extenso escote del vestido y con el tamaño de estas tetas, no le costó mucho llegar hasta el pezón. Se ensañó con mi teta izquierda, la más grande y me succionó y mordió el pezón hasta hacerme retozar de placer y quedarse él casi asfixiado.
– Eres una puta guarra, esto es lo que estabas esperando que te hicieran esta noche eh? Era algo así? Creías que te iba a dejar salir de casa con este cuerpazo y con ese calentón de puta que tienes encima? Ni hablar… Córrete… córrete hija de puta que tu de casa sales bien follada.

Joder, en mi vida diaria soy bastante correcta, pero que me hablara de esa forma me ponía todavía más caliente, por alguna extraña razón, me excita muchísimo saber que alguien me considera lo suficientemente sexy como para llegar a ser una puta a su disposición. Siguió embistiéndome de una forma descomunal, yo seguía gritando mientras le clavaba las uñas en la espalda, y él seguía diciéndome: CORRETE PUTA… CORRETE YA PEDAZO DE ZORRA MAL FOLLADA… no había acabado la frase y yo ya me estaba corriendo como una reina. Ahora sólo ansiaba sentir su corrida dentro de mí. Cuando él se corre, saca bastante leche, la suficiente para que se pueda salir de mi coño y escurrir por mis muslos. Pero no lo hizo así.
Se limitó a sacar ese pollón, con los huevos gordísimos de tanta leche y descargarse a lo largo de todo mi clítoris.
– Ahora quiero que te lo estregues. No quiero que te limpies.
– Que??
– Hazlo.
– Pero…
– QUE LO HAGAS, JODER.
Y ahí me estregué toda esa leche que ya estaba escurriéndome, por mi coño, el clítoris, hasta que se colara por mi escasísimo vello púbico.
– Por tu culo también
– Pero si es que no me veo
– A ver… date la vuelta… – me volteó y se encargó de esparcir bien su leche por todo mi culo. Con sus dedos incluso m eintrodujo algo de semen, tanto dentro del culo como de mi coño.
– Y ahora no quiero que te laves. Vas a ir como una perra a la fiesta, dando olor al macho que te acaba de follar, para que si alguien se te acerque, sepa que ya tu tienes dueño. Eso me evitará tener que estarte vigilando toda la noche.

Yo quedé exhausta… me temblaban las rodillas.
– Termínate de arreglar, que llegamos tarde.
Volví a entrar en el baño con la intención de arreglarme, ajustarme el vestido, peinarme de nuevo y por supuesto, volver a maquillarme. Salí sólo 5 minutos más tarde, y cuando me volvió a ver no le pareció correcto mi color rojo de labios.
-Ese color no es un poco de zorra barata?
– puede ser. De todas formas, a ti no es que te esté saliendo muy caro echarme un polvo no?
– te gustaría? Te gustaría que te pagara?
– no hombre. Por hoy, sólo me basta con que me pagues la cena. Porque comeremos antes de salir a bailar no?
– tu sí que vas a comer
-y tu no?
– no… yo lo que más me voy a comer es ese culo, pero cuando lleguemos de casa. Joder, pero es que con ese color de labios te debería de dar la cena antes de salir
– de qué hablas??
– chúpamela.
-que? Ahora? Pero no decias que llegábamos tarde.
– si, pero tu tienes hambre. Asi que te voy a dar la cena. Agáchate puta.

Me agarró de nuevo de los pelos, y me hizo bastante daño. Le grité, en contra de volver a tener sexo, pero es bastante bruto y tiene más fuerza que yo. Con una sola mano en mis pelos, me obligó a sentarme en el suelo y de nuevo, en l amisma pared, me apoyó la cabeza contra ella. Con la otra mano, se volvió a bajar los pantalones. Ahí volvía a estar esa polla delante de mí totalmente erecta. No me dejó tiempo ni de lamerla, ni de calentarla aún más de lo que ya estaba. Directamente, entró hasta el fondo de mi garganta y permaneció allí los segundos suficientes hasta hacerme asfixiar.
– Chupa zorra. Cómetela como tu sabes, como si se te fuera la vida en ello.
Empecé ahora a lamerla con todas mis ganas, pero me era bastante difícil porque él no paraba de metérmela hasta el fondo, como si mi boca fuera un coño. Era su segunda corrida en menos de 10 minutos, así que le costaría mucho más volver a sacar esa leche. No tiene piedad conmigo. De nuevo, me cogió por los pelos y él mismo dirigió mi mamada, me obligaba a abrir la boca y él directamente, penetrarme sin contemplación alguna, llegara hasta donde llegara.
Con mis manos le acariciaba esos huevos, que parecían de un toro para excitarlo y que acabara pronto, pero él seguía y seguía… y yo cada vez me sentía más y más excitada… hasta el punto, sin saber porqué, de que cuando me dio permiso para respirar, sentí la necesidad de que aún estuviera dentro de mi boca, así que le escupí directamente al glande.
– Hija de puta… por más caña que te doy tu vas y me das más motivos para seguirte follando, es que lo de puta se te queda corto. NO tenías con tener mi leche en el coño que encima también quieres que te llene la cara de lefa. Jodida perra
Dios sígueme follando la boca por dios. Tu olor a macho me tenía de nuevo excitadísima.
– Córreme la cara, por favor.
– Por favor? Tu pidiéndome algo por favor?
– Si… de veras… es una necesidad ya, lo necesito, quiero sentir esa leche caliente… anda porfa, córreme toda la cara… y déjame comerme algo… si quieres, me puedes correr hasta las tetas que tampoco me las lavaré, iré dando olor a tus corridas toda la noche.
Y así fue. Unas descomunales penetraciones orales, una tras otra, con sus respectivos gritos de placer, conseguí que se me corriera en toda la cara.
– Come putita, come… cómete tu lechita antes de salir, que no quiero que estés buscando cena esta noche.

Y hasta aquí es lo ocurrido en la discoteca.
Para qué contar, que una vez llegados al coche tuvimos una fuerte discusión a cuenta del amable caballero del guardarropa. Según mi acompañante, me había mirado el culo sin que yo me diera cuenta. Así que ahí lo tenía a él para dejarme claro quién es el macho que se folla mi culo.
Y créanme, que me lo reventó.
En una misma noche alcancé leche por todas partes y el muy cabrón, no me dejó lavarme hasta el día siguiente por la noche.

Diana y Alfredo: Amigos de verdad (parte 10).

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Una vivencia de lo más extraña y de lo más excitante que he tenido

 

Mis amigos lectores….mis confidentes más secretos.

 

No sé si culpar a mi marido al haber abierto su boca y haberme confesado su fantasía sexual o culparme a mí, por haber tomado muy en serio sus palabras y haber cedido a un momento!

 

Después de todo lo que he pasado y que ustedes han tomado su tiempo para leer, en cada uno de mis relatos, donde incluso, describo como he intentado confesarle a mi esposo, que su fantasía, ya es una realidad, he repetido nuevamente mis encuentros con mi amigo, pero cada vez los encuentros se vuelven más morbosos.

 

Debo decir que en un inicio, no todo era sexo con mi amigo, y nuestros encuentros, aunque distanciados, alimentaban momentos de placer,  pero últimamente, nuestros encuentros íntimos, estaban siendo más recurrentes y sentimos que estábamos cayendo en un error, por lo que mi amigo y yo, tomamos la decisión de darnos un espacio.  Sin embargo, no era nada fácil, debido a que cada que nos veíamos Alfredo y yo, un hormigueo recorría nuestra piel, y nuestras miradas buscaban una invitación para sugerir un encuentro íntimo.

 

Todo ese tiempo, mi amigo y yo, tuvimos un trato por demás, de solo amigos.  En mi caso, trate de recuperar mi sexualidad con mi esposo aunque su cansancio y falta de respuesta en la intimidad, me hacía sentirme necesitada.  Alfredo me confeso  que le paso lo mismo, ya que su esposa, al trabajar en otro Estado, le generaba que a su regreso a la Ciudad, llegara cansada y sin más ánimos que los de estar con sus hijos y descansar.

 

Fue entonces que ese martes, estando en el trabajo, y Alfredo fuera de la oficina concretando más clientes, me llamó para pasarle un domicilio que estaba anotado en su escritorio, y al estar ahí, encontré una tarjeta de un centro nocturno ubicado en la colonia Lindavista y la tomé para verla y llevarla a mi escritorio.   Más tarde llegó Alfredo y después de cerrar pendientes laborales, regrese a mi escritorio y ahí encontré la tarjeta y se la lleve para que la guardara, pero sin decirle nada Alfredo me dijo: -Guárdala Dianita, es que un cliente que me comentó que ojala algún día lo visitara. Guárdala y si se ofrece, me pasas los datos-.

 

Así paso la semana y el viernes por la mañana, Alfredo me habló cerca de la una de la tarde, para indicarme mis tareas para ese día, y solo me informó que se había encontrado a un cliente, quien lo invitó a ver sus oficinas y después a comer. Debo reconocer que las actividades de Alfredo fuera de la oficina, estaban ayudando mucho, porque nos generaba un distanciamiento, que nos sabían a gloria por el hecho de que las tentaciones se alejaban de ambos.

 

Estaban ya dando las 2 de la tarde de ese viernes, y estaba por salir por mis hijos a la escuela, cuando mi esposo me llamó, para decirme que acababa de hablar a la escuela y que una de sus hermanas pasaría a recogerlos. Le pregunte el motivo y solo me indicó que quería que ese día nos fuéramos a tomar una copa y disfrutar la noche con algo de música que nos permitiera platicar. Me comento que quería que disfrutáramos la velada y que le gustaría verme mucho muy guapa –yo ya sé que cuando me dice eso, quiere que me vista muy provocativa-.

 

Cuando le pregunte a qué hora pasaría por mí, me sorprendió su respuesta:

 

– Mi amor, quiero pasar a las 9 a tu oficina, porque ya sé que todos los viernes sales muy tarde. Ahí paso a recogerte, Dile a tu amigo si no tiene problemas en que dejes ahí la camioneta en su negocio y después pasas por ella-.

 

 

Para ese momento, mi esposo no sabía que Alfredo no había ido ese día al negocio, y jugando pero previniendo cualquier otra oportunidad, le comenté:

 

-Ok mi amor, espero no se moleste Alfredo ya que como sabes, todos los viernes, hacemos corte y aunque ahorita hay mucho trabajo, me acercaré con el para pedirle ese enorme favor……aunque es casi seguro mi amor, que este favor, me llevara a quedarme otro día más tarde ehhh…..seguro me lo va a cobrar, ……. le pediré a Alfredo me deje salir a las 9 cuando tu llegues, pero……..en lo que voy a casa a arreglarme…..a lo mejor perdemos tiempo no crees? -.

 

Y nuevamente mi esposo me sorprendió con su comentario:

 

-Mi amor, te propongo lo siguiente. Aprovecha ahorita en el horario de recoger a los niños, pero no le digas nada a tu amigo que otras personas recogerán a nuestros hijos, y aprovecha ese tiempo para pasar a la casa a arreglarte, tan bella como a mí me gusta verte….siempre muy bella…..siempre muy atractiva. Pero sabes?………..lo único que no me gustará es que tu amigo te vea llegar bastante atractiva, y no pare de comerte con los ojos……..eso me tendrá muy inquieto mi amor……..tu sabes porque ……. -.

 

Al decir esto mi esposo, y sin saber la ausencia de Alfredo en la oficina, mi mente en ese momento respondió muy atinadamente.

 

-Ok mi amor, …. Tu solo disfruta imaginarme…….echa a volar tu imaginación y disfrutame en tu mente…….yo sabre arreglarme para gustarte….solo a ti mi amor!!!!……si te comen los celos, solo piensa que solo tu me gozas como tu deseas. Lo demás, déjamelo a mi….. nos vemos a las 9 aquí. Besos!-

 

Desde ese momento, mi mente brillo y en efecto, tome el teléfono y llamé a Alfredo, para decirle que ya estaba toda la producción concluida y que si tenía inconveniente en permitirme dejar la camioneta en su garaje, después de explicarle que mi esposo pasaría por mí al trabajo para llevarme a cenar. Lógicamente no tuvo inconveniente y solo me pidió que asegurara cerrar todo bien, ya que el seguía con el cliente y que su esposa ese día le habló para decirle que llegaría hasta el sábado en la tarde, por problemas en la carretera y que por ello, su cliente lo había invitado a tomar unas copas en su bar.

 

Ya todo estaba listo y sin problema, así que se cerraron las actividades y me fui a casa a arreglarme a las 6 pm. Ese día quería volverme loca y volver loco a mi marido, y como ya sé que le gusta exhibir la belleza de mujer que soy y más le gusta que me muestre coqueta, pues me dedique a un arreglo especial para ese día.

 

Después de ducharme, y asegurar tener mi conchita totalmente depilada, me perfume el cuerpo con ese channel número 5, y buscar como impresionar a mi marido. La temperatura en esas fechas, eran más que cálidas, por lo que me maquille con profesionalismo, y me coloque una tanguita sumamente pequeña, que incluso parecía no traía nada. Yo se que las minifaldas le encantan a mi marido – creo que a todos los hombres- y me coloque una minifalda blanca, que parecía pintada a mis caderas y la hacían lucir poderosamente en cada curva y línea de mi cuerpo. Arriba no me puse sostén y me coloque una blusa color roja semi transparente, con un escote pronunciado que develaba la unión de mis senos pero a la vez, la falta de sostén. Me puse unas zapatillas muy altas y blancas que hacían juego con mi minifalda y lo complementé con…..una pulserita en mi tobillo.

 

Estaba coquetísima y muy muy atrevida!!! No debo negar que me guste yo misma al verme así. Al mirarme al espejo, pase mi lengua por mis labios, ya que en verdad, me mire como toda una mujer que era una tentación y una  invitación a ser cogida por cualquiera!!.

 

Estaban dando ya las 8:40 de la noche cuando le hable a mi esposo para ver donde andaba con el pretexto de que lo estaba esperando en la oficina. Me indicó que estaba en camino y que llegaría muy puntual por mí, y que estaba muy nervioso porque no le gustaba mucho saber que yo estaba vestida muy atrevida y sola con mi amigo en la oficina. Lo tranquilice y le hice saber que Alfredo estaba encerrado en su oficina, y sin dudarlo más, salí rumbo a la oficina de nuevo y como traigo el control remoto, abrí el garaje y metí mi camioneta, para esperar adentro a mi esposo. Justo estaban dando las 9 cuando mi esposo me llamo al celular para decirme que ya estaba afuera.  No tarde mucho y rápidamente salí y ahí los ojos de mi esposo quedaron asombrados al verme y en cuanto me subí a su auto, me plantó enorme beso y me repitió mil veces que estaba hermosísima.

 

Cabe mencionar que la verdad no soy muy buena para tomar, lo que si es que el alcohol me pone muy caliente, y por eso creo que soy una excelente inversión con cualquiera que me invite unas copas, ya que con poca bebida, mi marido puede tener una excelente puta sin necesidad de gastar mucho. Por el contrario mi esposo es muy bueno para tomar, pero también le genera ir mucho al baño.

 

-Te ves bellísima mi amor!…..me encanta verte así de hermosa!- comentó mi esposo.

 

-Gracias mi amor, ya te esperaba con ansías, y temía que Alfredo no me dejara salir porque me estaba llamando a cada momento a su privado para pasarle unos informes y llegue a pensar que me pediría algún trabajo especial- Le comete a mi esposo con premeditada mentira, para encenderle los celos y hacerle pensar que mi amigo estuvo admirándome a cada momento.  Creo que logré lo esperado porque de inmediato noté un cambio de gesto en el rostro de mi esposo, y se puso más serio. Para romper el hielo, abrí mi bolso y extraje la tarjeta del bar que había tomado del escritorio de Alfredo y se lo entregue a mi esposo:

 

-Mi amor, mi amiguita, me dijo que me recomendaba este lugar, para disfrutar una buena velada…..me llevas ahí?? –

 

-Claro mi amor- y volvió a quedar en silencio.

 

Como mi marido disfruta mucho en exhibirme y a mí me encanta hacerlo, pues aprovecho estas ocasiones para vestirme sexy y captar miradas; para ser sincera me sentía bien buena y me sentía muy segura de mostrarme ese día ya que iba con mi esposo y mi objetivo era putearle muy fuerte a él……..quería putearle para que algún día, si mi esposo se llega a enterar de mi infidelidad, no pueda decirme que fui más puta con otro que con él.

 

Así, entre miradas ocasionales de mi esposo a mis piernas que se lucían con esa minifalda blanca, y su silencio lleno de celos hacia mi amigo, llegamos al lugar que le propuse, justo a las 9:40 pm y en cuanto bajamos, de inmediato el mesero nos pasó en medio de una luz muy tenue,  al interior del Bar y cubierto con algunas lamparitas en las mesitas.  Desde que nos sentamos, notaba que seguía la seriedad de mi esposo y yo no le quitaba la mirada, últimamente, me he sentido demasiado puta con todo lo que he hecho, y por mi mente pasaban algunas preguntas, sobre si habrá descubierto algo en algún momento o si seguía viva la fantasía de verme coger con otro hombre.

 

Comenzamos con unas copas y mi esposo sabe que me gusta el Brandy, y me pidió una botella, la cual comenzamos a beberla. Poco a poco y gracias a la bebida, la actitud de mi esposo comenzó a tomar calor y la plática comenzó a ser amena y hasta muy abierta, y empecé a pasármela muy bien con mi esposo, ya que me gusta mucho su platica, y tal vez entre sonrisa y sonrisa, comenzamos a tomar más, porque en un momento, vi que el mesero me sirvió las ultimas gotas de la botella y mi esposo pidió otra botella más. Me la estaba pasando ya muy bien y ya medio tomada estaba entrando en ambiente. Estaban dando ya la media noche y me sentía muy caliente de la sangre por las bebidas que llevaba ya tomadas.

 

A mi marido le encanta que use ropa interior sexy, por lo que siempre uso tangas por lo mismo. Hay ocasiones que incluso le gusta que se me noten los tirantes de mi tanga por encima de mi pantalón o falda, o incluso me motiva a usar tangas con jean a la cadera, asegurando con ello, que la tanga se luzca en mis caderas.

 

Así que casualmente a medida que avanzaba la noche y de repente me daba algún beso, me tocaba el culo y sacaba mis tirantes de la tanga por encima de la minifalda, para que estuvieran a la vista, yo me dejaba hacer y me encantaba porque esos momentos, son justos los que me encienden y más cuando estoy con mi esposo porque me siento muy segura.

 

Tampoco puedo decir que soy tonta, porque me doy cuenta cuando estoy siendo blanco de miradas y ese día no fue la excepción, porque justo en la mesa de enfrente,  había mucha actividad, ya que habían llegado tres hombres, bastante ruidosos.

 

Como les decía, casi no había luz y de hecho vi llegar a ese grupo de hombres pero no les preste mucho la atención porque llegaron de un lado de nosotros y mi esposo justo estaba en el baño cuando llegaron y yo revisaba mis mensajes. Pero a la 1 de la madrugada, elevaron un poco la luz y ya las personas se veían más claramente. En ese momento los dos hombres de enfrente clavaron sus miradas en mí y más que decentes, se veían sumamente indecentes y llegó a incomodarme como me veían constantemente. Desde donde yo estaba, la mesa de los vecinos me quedaba de frente, mi marido les daba la espalda, así que ellos aprovechaban la oportunidad de dedicarme constantes miradas, pero justo en un momento, la sangre se me heló de una manera muy intensa!!!. Esa sonrisa tan conocida, me enchino la piel. Y en un momento, el tercer hombre, el que estaba dándome la espalda, volteo y ……..era el!!!….era Alfredo!!!!. Nos vimos y nos comimos en nervios y no supimos que hacer!!!. El se puso serio y regreso su mirada a la mesa y yo hice lo mismo.

 

No escuche que le haya dicho a sus amigos y yo tome mi copa para casi vaciarla hasta el fondo, tratando de no decirle nada a mi esposo. Quise que mi esposo se fuera al baño y tratar de hablar con Alfredo pero no se podía.

 

En un momento dado tuve que ir al baño, y mi esposo me dijo que me acompañaba, ya que el lugar estaba lleno y el llegar al sanitario, y regresar era toda una odisea, sobre todo para ir al sanitario de las mujeres, el cual tradicionalmente se llena aún más. Como pude llegué, y me metí, dejando a mi esposo afuera. Y al salir el pasillo,  estaba lleno y mi esposo  me tomó de la mano entre la multitud y el juego de luces que no permitía distinguir mucho a la gente. En un momento mi esposo me soltó de la mano pero no le tome la importancia,  y fue cuando me topé de frente con Alfredo, quien me miró y me sonrió, yo lo ignoré llena de nervios pensando en que mi esposo lo descubriría y me armaría un problema. Sin embargo, trate de pasar, como si no lo hubiera visto, pero el no se movía y yo lo tenía de frente, a pesar de que el pasillo estaba lleno. Alfredo pudo pegarse a la pared para cederme el paso y con un esfuerzo de su parte, fácilmente podíamos haber transitado él y yo sin problemas, pero no lo hizo, así que tuve que pegarme de espaldas a la pared y de frente a él, lo más que pude y tratar de pasar.

 

Así lo hice, pero el tamaño de mis senos me jugaron una mala pasada, así prácticamente le embarré mis tetas contra su pecho, quedando nuestras caras muy cerca. El sintió a la perfección la textura de mis senos y solo se limitó a sonreír, y a mí esto me causó mucho coraje, porque me estaba poniendo en una situación muy complicada, y al final no puede salir de la situación como lo hubiera querido.

 

Sin embargo al pasar algo me llamo la atención. Porque no pasó nada más? Porque mi esposo no replico nunca nada?? Porque Alfredo se mostró muy seguro de todo?  Con el rostro agachado seguí mi camino hacia la mesa y al poco rato claramente vi a Alfredo, riéndose con sus amigos, supuse con certeza que estaba presumiendo lo que acababa de suceder, lo cual me hizo hacer un coraje mayor, porque nunca pensé que el pudiera hacerme esto, y pasó un poco más de tiempo y volví a mi asunto cuando vi que mi esposo estaba tomando asiento. Me quede extrañada y  dejé de lado el tema y me volví a concentrar en pasármela bien, para solo preguntarle donde había estado. – Mi amor, justo estábamos pasando por el baño de hombres cuando tuve la necesidad de pasar y te solté la mano para meterme y aunque te trate de decir, no me escuchaste y me meti de inmediato-

 

En ese momento, tuve que levantarme para contestar una llamada que estaba esperando de mis hijos, así que le avise a mi esposo y me dirigí al baño, ya que ahí se podía escuchar mejor. De regreso, otra vez la misma historia, Alfredo enfrente de mi y la misma situación, lo miré con enojo porque sentía que estaba poniéndome en una situación muy incómoda al estar ahí mi esposo, pero por lo mismo, cambié de estrategia y traté de darle la espalda como si no lo hubiera visto y pasar de frente a la pared, pero fue peor ya que al pasar, le di la espalda a mi amigo y entre la gente, la oscuridad, y la música, me ha metido una manoseada descarada mi amigo, ya que sentí claramente sus mano sobre mis nalgas por debajo de la minifalda e incluso alcanzó a rozarme con su verga; su triunfo era completo, primero con mis tetas y luego con mi culo.

 

Estaba roja del coraje con Alfredo, y a mi regreso a la mesa, y mi marido me preguntó si todo estaba bien y yo contesté que no había problema, que solo es que había mucha gente y no podía escuchar bien.

 

El problema fue que mi marido una vez que va al baño por primera vez, tiene que ir constantemente; sucedió su primera visita y con ella vinieron varias.

 

Mi marido se levantó al baño y en cuanto me quedé sola en la mesa, las miradas de los tipos que acompañaban a Alfredo, continuaron más intensas, y de repente mi amigo se levanta y se acerca a mí

 

–          Hola Dianita

–          Que tal-le dije muy enojada.

–          Quiero decirte que mis amigos no saben que nos conocemos, y me sorprendió mucho encontrarte aquí!!…Me he acercado para decirte que estas bellísimas y por mucho, la mejor mujer de todo este lugar

–          Es todo Alfredo?? Te puedes retirar?? mi marido no tarda en llegar.

 

Alfredo solo sonríe y regresa a su mesa, yo me quedo verde del coraje esperando a mi marido. De pronto mi marido aparece y seguimos platicando, pero como el Brandy se acabo (la segunda botella),  se me ocurrió pedir, una margarita. Las margaritas me encantan por su sabor y porque tradicionalmente son muy ligeras y frescas y para esa hora, el calor ya estaba muy fuerte al interior. Al retirarse el mesero, veo  de reojo que la gente de la mesa de enseguida le llama al mesero, el cual compartíamos ambas mesas y Alfredo le dio algunas instrucciones.

 

Seguimos tomando y mi marido me besaba esporádicamente, me encantan sus besos, realmente me la estaba pasando bien, me relajaba y sentía el efecto de las margaritas en mi cuerpo, poco a poco me estaba desinhibiendo y porque no decirlo, sentía un morbo de tener enfrente a mi amante, y mi esposo agasajándome como me gusta, ya que esa noche quería dedicársela a mi esposo. El morbo corría por mi sangre ya que en mi enojo con Alfredo, trataba de darle celos con mi propio esposo, y me dejaba besar, tocar por mi esposo como el quisiera.

 

Nuevamente mi marido, en un momento se levanta al baño y otra vez la misma historia:

 

–          Hola otra vez Dianita

–          Hola

–          Te he dicho en los últimos minutos que estas buenísima?

–          Si gracias

–          Porque tan enojada conmigo? Que te hice?..

–         Tu lo sabes mejor que nadie no?

–          Sabes Dianita……no aguanto más……este distanciamiento que nos hemso dado, me tiene muy inquieto…….quiero verte fuera de la oficina….me entiendes?

–          Soy casada Alfredo, y lo sabes!

–          No te pregunté tu estado civil!!!……..te estoy comentando que un dia de estos, puedes acompañarme a una reunión con algunos clientes!….una reunión de trabajo no crees?

–          Alfredo…….ya se el final de esa reunión con clientes tuyos ……ya te dijo que por favor te retires porque esta por llegar mi esposo y por eso estoy enojada…..me estas poniendo en una situación muy compometedora ehhh!!!……además solo salgo con mi marido y con mi Jefe pero en horas de trabajo

–          Entonces tendré que buscar la manera de estar contigo a espaldas de tu marido? O pedirle a tu Jefe que me lleve a una reunión para estar contigo?

 

En eso noto que le hacen una seña a Alfredo y se para y otra vez la misma dinámica. Mi esposo llega, me tomo mi margarita de un trago y mi esposo me pide otra Margarita, algunos besos y yo me empezaba a calentar cada momento más, nuevamente mi esposo debe levantarse al baño y Alfredo se vuelve a parar de su silla para venir conmigo.

 

–          Deberías de estar más contenta, salir y bailar, así todos podríamos ver mejor tus encantos no Dianita

–          Si como no, por favor ya déjame en paz, no quiero problemas con mi esposo

–          Sólo quiero decirte Dianita, que tu y yo sabemos que te encanta la verga y que la mía, además de volverte loca, está estallando nada más de verte

 

Me quede helada, ya que su lenguaje me sorprendía porque nunca lo había escuchado hablarme así, y solo alcance a decir:

 

–          Que te pasa Alfredo??, no te me vuelvas a acercar o dirigirme la palabra por hoy!! Has tenido suerte de tener una mujer como yo pero eso no te da derecho a hablarme así ehhh!!!, que te pasa??….estas muy borracho o te estás dando valor enfrente de tus amigos???

 

–          Tal vez

 

Y se marchó, sin inmutarse y tan tranquilo. Mi marido regresa y seguimos platicando. Yo ya no se cómo sentirme, porque realmente me estaba poniendo muy enojada pero mi piel me descubría que estaba poniéndome muy cachonda, no sé si por el alcohol o por las caricias de mi marido pero caliente ya estaba.

 

Eran ya las 3 de la madrugada, y yo con seis margaritas dentro de mí, y mi esposo lleno de vino por lo que a la siguiente vuelta al baño de mi marido, otra vez lo mismo, y sinceramente yo pensaba que después de mis palabras me había deshecho de Alfredo, pero parecía no tener límite y una decisión a toda prueba.

 

– Oye Dianita, discúlpame pero te puedo preguntar algo?

– Mmmh

– Sabes porque no fui a trabajar hoy?…..es que fui al doctor porque me sentía muy mal y me dijo que me estaba haciendo falta tomar más leche? Crees que puedas ayudarme?? Es una noble causa, puedo morir por ello ehhh……me compartes de la tuya?

 

La verdad es que no sé si sean las copas pero el comentario me causó gracia, me encantan los piropos, traté de mostrarme molesta pero no pude evitar esbozar una sonrisa y darle un sentido formal al tema al hablarle de usted a mi amigo:

 

–          No gracias, tendrá que buscar otra candidata Señor!

–          No me diga eso señora, usted puede salvarme de esta situación……se lo pierde ehh….tal vez mas tarde piense distinto

–          No creo

 

Y nuevamente noto que le hacen señas y se para para dirigirse a su silla y al poco tiempo mi esposo regresa y ahora tenía que ser yo la que tenía que ir al baño, pero para estos momentos, ya no había preocupación por acompañarme, y me iba sola al sanitario, por lo que traté de aguantarme pero era imposible, y me levanté, pero de inmediato Alfredo se levanta de su asiento y aprovechando la oscuridad, el juego de luces y la cantidad de gente, y me topo con el nuevamente, situación que en todo momento mi esposo jamás se dio cuenta, porque estaba siempre de espaldas a ellos y yo hice todo por atraer su atención y evitar que volteara; entonces, en el pasillo de los sanitarios, me encontré a Alfredo quien se paro enfrente mio por lo que tuve que tomar una decisión al pasar……. y ahora? Por adelante o por atrás?? Que espectáculo le voy a dar??

 

Instintivamente le di la espalda, no se si la calentura, la simpatía de su ultimo piropo o porque realmente creía que el menor daño se daba dando la espalda. Nuevamente, en medio de la oscuridad, paso dándole la espalda y siento como sus manos me toman de las caderas, para hacerme pasar muy lentamente, y me restriega su paquete en toda su plenitud, el cual ya sentía un poco duro, sólo que esta vez el sentimiento no fue de enojo porque muy a mi pesar me gustó, y la verdad es que no sé si en algún punto paré un poco mis nalgas.

 

Regresé y le pedí a mi marido que nos fuéramos, la situación no me gustaba porque por primera vez me di cuenta que comencé a ceder a ese juego y corría el riesgo de que esa velada se echara a perder al dejarme llevar por un juego enfrente de mi marido, y la verdad yo ya estaba lista para coger, así que no tenia  caso seguir ahí? Porqué no mejor ir a casa y coger como merecíamos mi marido y yo y no caer en un juego tonto?

 

–          Por favor vámonos, estoy caliente y quiero verga mi amor-mi lenguaje también se torno vulgar.

–          Espérame tantito amor, ya te pedi otra bebida y para mi otra……nos las tomamos y pido la cuenta, mientras voy al baño

–          Otra vez?? No puedes ir en la casa

–          Ya sabes como me pongo cuando tomo

 

Nuevamente mi “amigo” regresa a escena

–          Al parecer tu marido quiere que te siga buscando

–          Eso parece Alfredo!!!….Le he pedido que nos vayamos y tuvo que dejarme otra vez sola.

–          Me encantas toda tu Dianita…..sabes que me encantan tus nalgas, y no he dejado un solo instante de admirarlas y mis amigos están locos por verte…..los traes locos sabes???…..quisiera que me enseñaras tus nalgas sin mirar a quien más vas a darle ese espectáculo!!!…..Quiero que me des ese gusto si??? no me las quieres enseñar??

–          Y para que quieres que te las enseñe, si ya las conoces a la perfección y hace un momento te diste la agasajada de tu vida, al rozarme todita??

 

No sé porque dije esto, y Alfredo suelta una carcajada en lo que me dice:

 

–          Mira vamos haciendo algo, vamos a aprovechar la oscuridad y el juego de luces, y quiero que te desabroches un botón de la blusa, y créeme que dejo de molestarte y no regreso, solo por el gusto de verte mejor y que me excites al excitar a los que te están viendo si??

 

Nuevamente la señal y mi amigo se retira para que al medio minuto, mi marido regrese y yo me quedo pensativa, si me desabrocho el botón será bueno o malo? Le quiero dar un panorama mejor de mis tetas? Cumplirá su palabra o solo está jugando conmigo? Quiero que me deje en paz??

 

Al final decido, realmente sigo caliente y enfrente de mi esposo, simulo mucho calor y me suelto un botón, la blusa además de semi transparente, era traicionera y ese botón hacia toda la diferencia, con esto daba un panorama excelente de mis senos, y entonces vi la mirada de mi esposo totalmente excitado, así como las miradas de Alfredo y de sus amigos…..sentí un escalofrío y ese momento me gustó.

 

Nuevamente una luz de cordura me invadió y me di cuenta que estaba cayendo en un juego peligroso, y le pedí nuevamente a mi marido que nos fuéramos, quería intentar que no me gustara lo que estaba pasando y lo que estaba sintiendo mi cuerpo, porque algo raro estaba pasando. Mi marido pidió la cuenta, pero al llegar el mesero y al querer pagar, el mesero nos dice que no estaba funcionando la terminal bancaria y no pasaban las tarjetas de crédito. Mi esposo se molesta pero no hay nada que puedan hacer por él, por lo que la situación era por demás desagradable, y ahora que hacemos?? Me comento si no traía conmigo efectivo pero aun asi no alcanzaba la cantidad.

 

El mesero nos dice que puede uno de nosotros ir a un cajero, sacar dinero y pagar, no hay otra opción y mi marido nunca me dejaría ir sola a una cajero en la madrugada a sacar efectivo, por lo que con mucho coraje me pide que espere y mientras pida una bebida más, ya que no sabe donde encontrar un cajero seguro a esas horas, y prefiere que vea el espectáculo del lugar en lo que el llega.

 

La situación me preocupa, ya que si con mi marido enfrente, Alfredo mostró que no tiene límites, que va pasar ahora que mi marido tenga que salir por un tiempo ilimitado? Mi marido me da un beso y voltea y llama al mesero a quien le dice que no deje de servirme mas margaritas en lo que el llega y sin decir más, se retira, y yo me quedó con una sensación combinada entre caliente y asustada, creo que lo segundo más que lo primero.

 

En cuanto me quedo sola, Alfredo regresa y se sienta en la mesa

 

–          Quien te invitó a sentarte? No me dijiste que no ibas a regresar? Yo cumplí, tu no

–          Tienes razón, pero lo he hecho por una cuestión de principios

–          Principios??

–          Claro, una mujer como tu no puede estar sola, hay aquí muchas cabrones que pueden querer abusar de ti, así que estoy aquí para defender los intereses de tu marido, no por gusto sino por una obligación de caballero

 

No pude evitar volver a sonreír

 

–          Ah si, y de ti quien me cuida?? Si eres el peor de todos

–          Es un riesgo que debes de correr, o no Dianita?

–          Eso si pero por favor vete, no es correcto que este aquí. Déjame por ahora si?…..finalmente estas frente a mi mesa y yo se defenderme sola!!

–          Me voy pero ahora si con una última condición y ya no regreso

–          Y cual es?

–          Que vayas al baño y te quietes la tanga

–          Estás loco

–          Tu dices

 

Se levanta y me quedó sola, caliente y con ganas de que llegara mi marido. Me segui tomando mi Margarita y de reojo veía a Alfredo como seguía sonriendo con sus amigos. No sé porque pero me levanté al baño, en el baño pensé en quitarme la tanga, fui fuerte y no lo hice, pero a la salida nuevamente mi amigo estaba donde antes, pero ahora no hubo corajes ni dudas de parte mía, y en cuanto lo ví, le di la espalda y pasé dándole la espalda, solo que ahora justo cuando estaba en la posición ideal para que su verga rozara con mi culo, me detuvo con sus manos en mi cintura y me pregunto la hora, y así duramos algunos segundos, en lo que yo, trataba de ver la hora en mi reloj, dejando pasar segundos en esa posición, en tanto  yo sacando las nalgas y él arrimándome su verga.

 

– Disculpe pero no alcanzo a ver la hora…….ahhh si….son las 4:15……

 

–          Gracias Dianita……ahora…..regresa al baño y quítate la tanga……

 

Dudé un poco, y así repegados, voltee mi rostro a verle el suyo, como recriminándole su orden, y me zafe de el, para meterme de nueva cuenta al baño y sin saber como ni porque, me quité la tanga, y al mirarme al espejo, también noté, como mis tetas se veían hermosas, grandes y mis pezones evidenciaban mi calentura, por lo que totalmente desnuda por adentro, salí y ya no lo ví en el pasillo por lo que regresé a mi mesa y me decepcioné un poco al no ver a mi amigo en mi mesa como esperaba, sino en la mesa de sus amigos y me desconcerté, pues qué no se había sentado conmigo?? Por qué regresaba con sus amigos, y ahora que hacía??

 

Regrese a mi mesa, y ya tenía otra margarita lista, y para mi sorpresa, mi amigo ahora no me hacían caso, justo ahora que estaba hecha una puta sin ropa interior y habia hecho lo que me pedía y ahora cuando tenía avances conmigo, me dejaba así!, Sería capaz de dejar a su presa justo cuando ahora tenía una posibilidad de cazarla??

 

Pasaron unos diez minutos y yo estaba enojada pero ví que Alfredo se paro de la mesa y regresó a la mía, y en ese momento, el corazón se me vino encima

 

–          Ahora será al revés Dianita…… si quieres que regrese a tu mesa tendrás que levantarte y comenzar a bailar para nosotros…..no tengas temor…..los señores que están conmigo no saben nada de ti y solo piensan que te estoy conquistando,………si no te paras y bailas… no regreso

 

Seguí desconcertada, pero yo no pensaba mucho…… había pedido una última margarita para esperar a mi marido y me sentí mareada y cachonda. La Margarita se acabo y pedi otra más. La música estaba estridente y muy cachonda por lo que deje pasar unos minutos y finalmente me levanté y empecé a mover el culo, me agachaba y ofrecía una excelente visión de mis tetas y de mi culo a quienes podrían verme.

 

Mi amigo se levanta de su silla y acercándose a mí, solo me dice: -Ven Dianita-. Me toma de la mano y me lleva a una oficina justo en el segundo piso del bar, al subir las escaleras me hace pasar primero y sé que al subir tiene una excelente visión de mis nalgas, no me importa y yo las muevo lo más que puedo. Estoy que ardo.

 

Llegamos a la oficina y me pide que me desnude y en esos momentos, ya no pienso y así lo hago…. no vuelvo a decir palabra.

 

Alfredo se saca su verga, y yo estoy fuera de mí.  Yo ya conozco esa verga y me sentía muy excitada, y más por la situación que se creó esa noche.

 

Sin recibir invitación, me acerco a Alfredo y comienzo a mamársela con fuerza y él solo gime y me dice:

 

–          No que por hoy, no tendría oportunidad contigo Dianita?. Pues aquí te tengo hecha una puta y lista para que te coja; quieres verga??

–          Si

–          Si que?

–          Si quiero verga, cógeme por favor Alfredo¡¡

 

Al poco tiempo, Alfredo se sienta en un sillón, y lo que desea, es que yo haga todo el trabajo, no sé si sea por su jerarquía o poder o porque me quiere tratar como una golfa, y entonces el ahí sentado, me espera y yo  me acerco y me pongo de frente a el con las piernas abiertas y comienzo a sentarme y a meterme lentamente su verga y cada centímetro me vuelve loca y mis ojos se ponen en blanco y mis labios son lambidos por mi propia lengua. Primero lo cabalgo de frente, siento su verga gruesa dentro y me excita bastante, me vuelve loca volverlo a sentir después de un prolongado tiempo, y muevo mis caderas lo más que puedo y él toma fuertemente mis tetas con cada una de sus manos. La sensación es deliciosa, a pesar de que su verga no es tan grande no importa porque el grosor compensa muy bien el tamaño, estoy demasiado caliente, un orgasmo tras otro, no se que me pasaba, me sentía mojadísima

 

–          Ahhhh que rico, más¡¡ mas¡¡¡

–          Así te quería tener Dianita, echa toda una putita!!

–          Siiiii que rico, Alfredo…..no se que hubiera hecho si no me insistes………me hubiera sentido mal……..que bueno que no dejaste de buscarme……..que rico me estas dando¡¡

–          Te gusta??

–          Me encanta ¡¡¡ no puedo dejar de terminar¡¡

 

Con sus manos me toma de las caderas y me coge fuertemente; yo busco su boca y lo beso con pasión, su aliento sabe a hombre y a alcohol, no es un sabor particularmente agradable pero es perfecto para una  situación morbosa y llena de infidelidad. Todo en él forma parte de un mismo paquete, su aliento, su físico, su boca, su verga son excitantemente desagradables, son de macho, nada fino, nada elegante en ese momento y después de estar bebiendo por horas!.

 

Al terminar grito sin pudor

 

–          Mas¡¡, Mas¡¡ Así¡¡¡ Así¡¡¡ Eres un cabrón, que rico¡¡¡

 

Con una mano me jala el pelo y con la otra me da unas nalgadas durísimas. Este cabrón que apenas hace unos minutos me acosaba enfrente de mi esposo, y hace mas de tres semanas que no me cogía, ahora me da un placer extraordinario, me hace sentir humillada y sometida, ya que esa noche asi de caliente como estaba, podría haber escogido a cualquier cabrón del lugar si Alfredo no hubiera coincidido llegar a ese lugar, y justo ahora,  es el que me está sometiendo y tratándome como una puta vulgar….lo que es el destino!!! Yo lo evitaba y el me evitaba y ahora, el alcohol nos hizo coincidir en el mismo lugar, hora y silla…..y gracias a mi esposo!!!!.

 

Mi pide que me levante y que cambie de posición, me indica que ahora me quiere coger de espaldas, él sigue sentado en su misma posición y yo soy la que debo de cambiar, mover el culo e insertarme su verga.

 

Lo obedezco, al salir su verga de mi cuerpo, la veo, gruesa pero muy erecta y muy mojada por mis jugos, no puedo resistir la tentación de metérmela a la boca

 

–          Te la puedo mamar antes corazón? Quiero limpiarla con la lengua antes de que me la metas nuevamente

 

Lo digo en el tono mas cachondo que puedo tener. Que hombre podría negarse a tal petición?, él solo asienta con la cabeza, su triunfo es completo…..me tiene para el completita¡¡ y yo que le gritaba hace unas horas que esa noche, no iba a tener una vieja como yo¡

 

La mamo por rato y me encanta, mientras la tengo en la boca gimo, él sigue sentado y yo de rodillas, la mamo ahora más desesperada, y al poco tiempo me retira y me pide que me la meta otra vez.

 

Me incorporo y me pongo de espaldas, para insertarme nuevamente esa verga que ya anhelaba, y comienzo a mover mis nalgas. Se perfectamente que este cabrón quiere una mejor visión de mi culo y no soy quien para negarle ese deseo, por lo que se lo voy a cumplir.  En ese momento, pienso en mi marido y me lleno de placer el solo imaginarme  que me gustaría que me viera así, ahí, en ese lugar, con toda la verga de Alfredo adentro  y gritando como loca. Me excito mas y ya no sé si es un solo orgasmo largo o se presentan uno tras otro, me considero muy caliente pero esto es demasiado

 

–          Te gustan mis nalgas verdad Alfredo?? Agárreme el culo¡¡ es tuyo mi rey¡¡ Así me querías tener cabrón??

–          Si Putita…..tienes unas nalgas hermosas y todos quieren cogerte ehhhh!!!…..ahhhh. que rica!!! – no se si el estar bebidos, nos hace hablar más vulgarmente pero además, ese lenguaje me está excitando ahora mas!!

–          Ahhhh……a poco si???…….no me he dado cuenta de eso ehhh!!!…..pero Como le haces cabrón?? Me has puesto súper caliente¡¡ Ahhh¡¡¡ Y mas con mi esposo a mi lado!!! Como es que nunca te vió??

 

Lo intenso de la seducción previa hizo que la cogida no durara particularmente mucho, pero eso no importó estaba tan caliente que estuvo delicioso, el morbo de que mi esposo y mi amante se encontraran en el mismo lugar, y finalmente mi amigo Alfredo, me tuviera de nueva cuenta con el, por lo que esa situación me hizo terminar y gritar como una perra.

 

-Ahhhhh…..cabroonnnnn…..que rico me cogessss…..mmmhhhh…..dame toda tu lechitaaaaa……damelaaaaa………quiero salir toda llena de tiiiii….ahhhhhhhhhhhh – y explote enormemente al sentir como disparo enormes chooros de semen dentro de mi, y casi nos desmayamos del placer……asi estuvimos largo tiempo sin medir minutos…….solo abrimos los ojos y nos paramos, nos besamos y nos depsedimos.

 

Al terminar me vestí rápidamente:

 

-Me voy, no tarda en llegar mi marido

 

Me dirigí a la puerta y antes de salir

 

–          Oye Dianita……tengo que confesarte algo

–          Que pasa?

–          Mi cliente es el dueño del lugar, y hoy no fui a trabajar porque me invito a estar en su Bar, por eso ando muy tomado Dianita…..si en algo te falte al respeto, perdóname…..pero estas tan buena que no puedo ser decente con tan semejante hembra!!!!……Por cierto……las tarjetas de crédito no tienen problema, pero no tenía otro remedio……tenia que alejar a tu esposo unos minutos…….…….tu me comprendes verdad?

 

Solo sonreí y alcance a decir

 

–          Cabrón

–          Otra cosa, me dijo mi cliente, que tus margaritas tenían una elemento “extra” que al parecer acelera el lívido, que conveniente no?

 

No sabía que decir, ni que hacer, al final solo salí corriendo y alcance a decir

 

–          A ver qué día de estos, tu cliente, nos invita y me das otra de esas margaritas….

 

Y lo mire con esa cara de puta que pongo cuando me pongo así de caliente, la verdad me había encantado, me fascina sentirme deseada y que alguien llegue a esos niveles para tener mis nalgas. Eso , es algo que me prende.

 

Al salir, apenas me senté en mi silla, y llego mi marido. Pago y el Bar le dio un importante descuento…..le argumentaron que por el problema de la tarjeta y mi esposo se puso feliz!!!……..nos paramos y nos fuimos de inmediato………no puedo negar que en el camino……le di tremenda mamada a mi esposo, hasta hacerlo venir en mi boca como nunca, en lo que le contaba lo que me paso en el bar, y en todo momento pensó que era parte del juego y fantasía……..sin saber que todo fue real!!!…..Por cierto…….mi tanguita, el cabron de Alfredo, se la regaló al cliente del lugar…..nunca le dijo que éramos conocidos!!!

 

(Continuará…)

En la playa con mi compañera de sexo

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Lo que voy a contar me pasó este verano, y desde entonces se ha convertido en un recuerdo recurrente que no deja de producirme excitación cada vez que me acuerdo.
Con un trabajo de horario bastante amplio, me gusta cogerme un rato a mediodía para salir de la oficina, comer algo y desconectar antes de volver a la vorágine. Una de las opciones para ese rato es acercarme a la playa nudista del Saler, que está escasamente a 10 minutos en coche de donde trabajo, y tumbarme a tomar el sol escuchando música. Dicho sea de paso que esta playa me ha proporcionado muchos momentos “alegres” en lo que a dogging se refiere… Normalmente me pongo alejado de la orilla, tras las dunas, porque se está más tranquilo además de protegido del viento que normalmente a esa hora suele girar y se vuelve un poco más incómodo.
Pues bien, aquel llegué como de costumbre y me puse en el sitio de costumbre. Me desnudé, me tumbé sobre la toalla y me puse los cascos para escuchar música, sin ninguna otra intención que pasar el rato tranquilo hasta que se hiciera la hora de volver a trabajar.
A los diez minutos de estar allí, calculo, porque creo que me quedé algo traspuesto, una sombra sobre mi cara que me tapó el sol me hizo abrir los ojos .

– Hola! – me dijo alguien

No pude reconocer a primera vista quien era porque el sol quedaba detrás de esa persona y mis ojos no se habían acomodado a la luz, pero rápidamente me di cuenta. Se trataba de Clara, una compañera de trabajo. Clara es pelirroja, con el pelo rizado, no muy alta ni muy agraciada pero simpática como un cascabel, lo que hace a cualquier mujer muy atractiva para cualquier hombre. Con poco pecho, siempre me había fijado en ella porque tiene un culo respingón y precioso, que normalmente acompaña con unos vaqueros ajustados y unos tacones altísimos. En fin, era la compañera de trabajo a la que miras de reojo que despierta ciertos deseos pero que no te tiene la mente absorbida permanentemente.

– Hola – contesté.

Mi primera reacción fue taparme. Reacción absurda porque se trata de una playa nudista y porque ella ya me había visto todo lo que tenía que verme.

– No te tapes, hombre! Que ya te he visto de sobra!!!! Jajajaja
– Pues tienes razón – contesté. – ¿Qué haces por aquí?
– Esta tarde no trabajo y he venido a pasar la tarde a la playa. He visto tu coche aparcado allá – dijo, señalando hacia la zona de parking
– Conoces mi coche? – pregunté un tanto incrédulo
– Pues claro!! Y también sé que vienes muchos mediodías a esta playa. Te importa si me pongo aquí?

Naturalmente que no me importaba, pero he de reconocer que la situación me resultaba un poco incómoda. La desnudez es un estado que me encanta, que no me incomoda en absoluto, pero estar de esa manera delante de una persona con la que siempre había tratado en entorno trabajo no era lo más confortable.

Extendió la toalla, dejó la bolsa que llevaba en el suelo y comenzó a quitarse la ropa. Intentando que no se me notara procuré no quitarle ojo de encima (las gafas de sol son únicas para conseguir ese propósito…) y lo que empezaba a ver respondía exactamente a lo que se intuía con la ropa puesta: un pecho escaso pero firme y un culo precioso.

Se quedó enfundada en un bikini de color ocre, con la parte de abajo muy pequeña, y se sentó en su toalla.

– No te quiero interrumpir, estabas escuchando música. Sigue, por favor – me dijo.
– No te preocupes, siempre es mejor tener compañía – respondí

Ahí iniciamos una conversación de lo más banal que incluyó trabajo, hábitos a la hora de comer, estado meteorológico, sequía y lluvias previsibles, etc. La cuestión es que estábamos hablando con plena naturalidad y yo estaba completamente desnudo. Me di cuenta que ella no miraba más allá de mis ojos en ningún momento, tal vez por prudencia o seguramente porque no le interesaba, pero a mi me hizo sentir cómodo ya que le dio una apariencia de normalidad a la conversación.

Al rato se levantó.

– Me voy a bañar. Estoy muerta de calor. Vienes? – dijo
– Creo que no, gracias. No me apetece – contesté
– Está bien, como quieras. Me voy al agua.

Se quitó el bikini y lo dejó en la toalla. Pude ver sus tetas pequeñas, con pezones pequeños y el coño depilado con una fina hilera de vello en vertical. Y efectivamente, el culo era perfecto. Respingón, grande, como a mi me gustan, y con un poco de celulitis. Vamos, perfecto.

Se fue a la orilla y mientras se alejaba me levanté y la miré. La melena rizada pelirroja le caía por la espalda. Mi polla empezó a animarse y comenzó a adquirir tamaño, pero decidí volver a la toalla porque no quería que me viera en ese estado cuando volviera del agua.

Al poco rato, chapuzón corto, volvió. Con todo el pelo chorreando y el cuerpo empapado daba una imagen más que agradable. Se sentó en la toalla y, con descaro, me dijo:

– Parece que se te ha animado! Jajajaja

Efectivamente, mi polla aún estaba grande, no con una gran erección pero sí grande.

– Eso no será porque me he quitado el bikini, verdad?
– No creas – contesté. “No poco”, pensé yo.
– Oh vaya!!! – dijo riendo.

Se tumbó en la toalla boca abajo, pero mientras lo hacía se puso a cuatro patas durante tres o cuatro segundos buscando las gafas de sol en su bolsa de la playa. La vista de su coño y su culo por detrás fue lo que necesitaba para que mi polla volviera a crecer y llegara a una buena erección. No sabía si esa maniobra había sido intencionada o no, pero por si acaso volví a tumbarme y a ponerme la música y cerrar los ojos.

Al poco rato noté como ella se movía en la toalla y abrí los ojos. Se había puesto de rodillas a mi lado y miraba mi polla con la vista clavada. Alargó la mano y la puso encima de ella.

– Me gusta, la tienes muy grande – me dijo
– Pues que sepas que ahora sí que es por tu culpa – contesté
– Me alegro y me gusta. Sabes una cosa? Desde que entraste en la empresa me fijé en ti – confesó
– No te creo, no bromees – respondí, algo azorado.

Entonces empezó masajear mi polla, primero con una mano, un largo rato, luego con las dos, subiendo y bajando mientras aquello ya se me había puesto como una piedra. Su cara reflejaba deseo de más y a mi me estaba volviendo loco, así que la moví hasta colocarla con su coño encima de mi cara para empezar un sesentaynueve. Su coño sabía rico, salado por el agua del mar, y estaba rezumando flujo. Me encantan los coños depilados, y aquel es una verdadera delicia. Mi polla se hundía en su boca mientras yo le lamía el coño y subía hasta mojarle con la lengua el culo. Me di cuenta que cada vez que se lo chupaba gemía con más fuerza, lo que indicaba que le gustaba especialmente, así que decidí concentrarme en el culo y chupárselo sin parar.

Como aquella posición no es la mejor para hacer una buena comida de culo, me levanté y le pedí que se pusiera a cuatro patas con las piernas separadas. La visión de su culo y su coñito desde detrás era excitante. Ella, con la espalda arqueada, pidiendo que se lo comiera. Me puse detrás y empecé a chupar su ano, que cada vez más mojado por mi saliva, recibía mi lengua entrando y saliendo. Sus gemidos aumentaban y con ellos mi excitación, así que me levanté y se la metí muy despacio por el coño, empapado y caliente. Poco a poco fui aumentando la intensidad de las embestidas. Tenía el coño pequeño y mi polla no le cabía hasta el final pero ella se movía y empujaba buscando metérsela toda.

Yo estaba detrás de ella, con los pies sobre el suelo, inclinado sobre su culo y su espalda y follándomela por el coño. Varios minutos estuvimos así hasta que empezó a gritar:

– Me corro, me corro, me corro!!!!!

Su orgasmo fue delicioso. Tuvo espasmos en el coño y en todo el cuerpo a la vez que soltaba chorros de flujo que pusieron la toalla perdida. Se quedó sin fuerzas durante aproximadamente medio minuto, hasta que se dio la vuelta y puso su boca a la altura de mi polla. Empezó a chupármela tragándose todo lo que podía y mirándome a los ojos diciendo:

– Seguimos? Me has puesto muy cachonda.

En ese momento se dirigió a su bolsa y sacó un bote de lubricante (el Durex del envase color naranja con efecto calor – una maravilla, por cierto – ). Lo abrió, puso una buena cantidad en su mano y me la extendió por toda la polla. Luego cogió más y esta vez se puso de nuevo a cuatro patas y se lo extendió por el ano a la vez que se metía un poco con dos dedos por dentro.

Me arrodillé detrás de ella y acerqué mi polla a su culo. Empecé a empujar despacio, no quería hacerle daño, pero el lubricante y sobre todo el trabajo previo con mi lengua hicieron efecto y fácilmente entró mi polla. Con el capullo dentro, busqué el lubricante y me puse más en la parte de rabo que me quedaba fuera y poco a poco fui metiendo el resto de la polla. Le entraba con facilidad pese al tamaño, se movía bien para encajársela y sus grititos de placer eran cada vez mas fuertes.

Una vez dentro, empecé a empujar, meter y sacar, cada vez más intensamente. Al principio solo una parte de la polla pero en seguida las embestidas fueron más fuertes. Ella gemía, se notaba que le gustaba, y mi polla entraba y salía con facilidad. Durante un rato estuve metiéndola y sacándola del todo de su culo, y cada vez que volvía a entrar ella daba un grito de placer hasta que volvió a anunciar que se corría.

– Sííííííííííí´!!!!!! Me corro otra vez!!!!!!

Esta vez no hubo el chorro de flujo tan enorme de la anterior pero sus espasmos fueron igualmente intensos. La excitación que siempre se me produce cuando una mujer llega al orgasmo en este caso se multiplicó por cien y no pude contenerme y saqué mi polla para correrme encima de su ano y por su espalda con una cantidad de semen que pocas veces había visto antes.

Caímos los dos sobre la toalla, exhaustos y satisfechos. Su espalda estaba llena de mi leche y su culo se veía abierto. Estuvimos sin hablar un buen rato hasta que miré el reloj y vi que era la hora de volver a trabajar.

– Me voy a la ofi. Te quedas?
– Sí. Voy a tomar un rato el sol, que al fin y al cabo es a lo que he venido, jajajaja! Mañana nos vemos.

Me vestí y me despedí de ella. Cuando me alejaba me dijo:

– Repetiremos?
– Claro que sí – le dije

Y hemos repetido, ya lo creo que sí!!!

Me follaron el culo tres pollas en un taller mecanico

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Bueno esta historia ocurrió hace una semana. Yo estaba de visita en el taller mecánico de Braulio, un amigo. Paso entonces por delante del taller una mujer de unos cuarenta años. Media aproximadamente 1.60 de estatura, tenía unas tetas muy grandes y unas caderas y nalgas de fantasía. Era muy bonita, su piel clara, y su cabello corto. Braulio me dijo que era la secretaria de un despacho de abogados que quedaba cerca. También me dijo que en un rato volvería a pasar, a la hora del almuerzo. Le dije a Braulio que inventásemos algún pretexto para hacerla entrar al taller e intentar follarla. Me dijo que ella llevaba el auto al taller y que la llamaría con la excusa de recordarle que le tocaba la revisión standard del auto. Que luego veríamos hasta donde llegábamos. Así lo hizo Braulio, y al volver ver pasar a Lorena, así se llama ella, la llamo y la hizo pasar al despacho del taller. Detrás de ella entre yo haciéndome pasar por un cliente.
Entonces me acerque por detrás de Lorena y me apoye ostensiblemente en su culo. Ella no dijo ninguna palabra y sé quedo inmóvil, algo tensa como si tuviera miedo. Entonces con mis dos manos la agarré de cada uno de sus glúteos. Braulio por su parte se acercó hasta Lorena, levantó suavemente la barbilla de ella para que lo mirase a los ojos, y se inclinó para darle un beso en la boca. Lorena, aún asustada, no rechazo mis manos ni el beso de Braulio. Entonces este le índico a Ricardo, su empleado, que bajara la cortina y, aprovechando Lorena estaba como paralizada por la sorpresa, entre los dos la subimos de espaldas sobre el mostrador. Entonces yo metí mi mano debajo de su falda, y de un tirón, arranque una pequeñísima tanguita. Ella solo dio un pequeño quejido, y yo metí mis dedos en su coño con decisión, mientras Braulio con maestría le abría cada uno de los broches de su camisa, dejando las grandes tetas de Lorena a su merced. Entonces Braulio succionó sus pechos y yo levanté sus piernas y metí la lengua en coño y me puse a jugar con su clítoris. Ricardo que hasta ese momento solo había sido un espectador se acercó con un taburete, se paró sobre él cerca de la cabeza de Lorena, sacó su polla y llevó la cabeza de ella hacia su polla con fuerza bruta diciéndole, devórala, muéstrame lo que sabes hacer. Lorena abrió la boca y comenzó a tragarse la polla. Lorena estaba súper caliente y llego al orgasmo gracias al trabajo de nuestras lenguas en su coño y sus tetas. Entonces el bruto de Ricardo se corrió dentro de la boca de Lorena, quien primero se sorprendió y se ahogó, pero luego sorbió toda la leche de la polla.
Al retirar la polla Ricardo, Lorena se incorporó, se lamió la leche de la comisura de los labios e hizo un amago de irse. Pero Braulio y yo que estábamos muy calientes, nos acercamos los dos hacia ella y la agarramos con fuerza. Yo intente quitarle la falda y ella se resistió. Entonces con Braulio la tiramos al suelo, le quitamos la falda, la camisa, el sujetador y los zapatos, dejándola completamente desnuda. Braulio la acostó en el piso, la sujeto de la cabeza y le hizo levantar el hermoso culo. Entonces, sin más, acomodó su enorme polla en la entrada del culo, mientras con una mano masajeaba el clítoris. Sin más preámbulos, y no dando tiempo a que Lorena reaccionase, él metió con fuerza su polla dentro del culo de Lorena. Así comenzó a follarla analmente y ella empezó a gritar y a gemir. Braulio rápidamente acabo de follarla y fue mi turno. Puse a Lorena sobre la parte delantera de un coche y empecé a follarla vaginalmente. Entonces ella me pidió que no le acabara adentro que no quería quedar embarazada. Yo entonces retire mi polla y opté por encularla. Comencé suave, pero fui subiendo de intensidad hasta darle por el culo con todas mis fuerzas. Así seguí hasta correrme dentro de su culo. Al mismo tiempo, Ricardo que se masturbaba viendo nuestra escena comenzó a correrse encima de las tetas ella. Lorena estaba gozando como una golfa y llego a un segundo orgasmo.

Después del orgasmo Lorena se limpió las tetas con un trapo, nos dijo que éramos unos brutos, que le habíamos roto el culo por la fuerza, que ella no era una puta que practicase el sexo anal, y que ahora el culo le escocia. Nosotros le dijimos que parecía disfrutar bastante mientras la enchulábamos. Y ella nos respondió que Braulio era un bruto que la había forzado y que conmigo ya la habíamos calentado tanto que prefirió que yo le rompiese el culo a que me corriera en su vagina con el riesgo de que la dejase preñada. Entonces Braulio dijo que era ella mejor que cualquier puta comiéndosela por el culo, que seguro había disfrutado con las enculadas, y que él tenía ganas de volver follarla. Que si ella quería le pagábamos 100 euros para que se dejase encular otra vez. Lorena se sorprendió, nos dijo que ella era madre de dos hijos, que tenía un marido al que amaba, y que no era ninguna puta. Luego intento comenzar a vestirse con la excusa de que ya se había ausentado mucho del trabajo. Pero Braulio la convenció de quedarse morreándola primero y besándole la cola y manoseándole el coño. En pocos minutos Lorena estaba caliente otra vez y la polla de Braulio estaba en completa erección. Entonces le dijo a Lorena, ven a chuparla. Ella sin más comenzó a chupársela dejando su hermoso culo completamente a disposición de los demás, en una vista que era una invitación irrefrenable a follarla. Inmediatamente yo acaricie el trasero de Lorena y le dije ¿ahora te vas a oponer que te encule otra vez? y ella entonces levantó las caderas en señal de que aceptaba ser follada analmente por tercera vez.

Mientras Lorena devoraba la polla de Braulio, yo le fui metiendo poco a poco mi polla hasta que la tuve completamente dentro de su culo. Lorena parecía estar muy caliente. Disfrutaba mamando una polla como una niña golosa, mientras yo por atrás le metía la polla a mi antojo en su culo. Mientras más duro yo la bombeaba, más chupaba ella a Braulio. Entonces yo retiré mi polla y comencé a meter y sacar únicamente la cabeza de la misma muy despacito en el culo de Lorena. Al tiempo Braulio la sujetaba de la cara y se la movía hacia arriba y hacia abajo rápidamente. Yo entonces volví a penetrarla hasta los cojones, y Braulio y yo comenzamos a llevar un compás enloquecedor que verdaderamente hacía gemir y gruñir de placer a Lorena. De pronto Braulio le lleno la boca con su leche caliente. Ella trató de tragarla toda, pero se le escurría entre los labios así que siguió mamándosela hasta terminarse toda su leche y dejarle la polla bien limpita. Entonces yo me senté en un banco y tomando a Lorena de la cintura la fui bajando hasta mi polla, se la acomodé entre sus nalgas dejándole sentir la cabeza en la entrada de su culo. Luego, empujándola hacia abajo le metí la polla hasta adentro de su culo ya dilatado. Entonces la fui bajando y subiendo lentamente. Esto la hacía jadear y gemir fuertemente. Ella misma además se abría sus nalgas con las manos cooperando para que yo pudiera penetrarla aún más profundo. Entonces la senté de golpe sobre mi polla, enterrándosela violentamente. Así me corrí otra vez dentro de ella, quien me pidió que la dejase enculada y comenzó a frotarse el clítoris con las manos hasta llegar a otro orgasmo.

Después de unos minutos Lorena se paró. Entonces Ricardo se le acerco con su polla bien dura, Lorena inclinó su torso desnudo y comenzó a lamerle la cabeza de la polla. Era excitante observarla en esa posición, viendo su tetas bambolearse y su culo sacado hacia afuera. Braulio entonces se acercó por detrás de ella y se puso a jugar con sus dedos en los orificios de Lorena. Seguidamente Braulio la hizo ponerse de perrito y empezó a meter su polla en la vagina diciéndole, puta no te preocupes que no me voy a correr dentro de tu coño, lo hare en tu culo. Entonces saco la polla y yo me apresure y en la misma posición se la metí pero por el culo. Ella así tuvo otro orgasmo mientras chupaba a Ricardo quien se vino nuevamente en la boca de Lorena. Entonces, Braulio con su polla enhiesta se tumbó de espaldas en el piso. Lorena, que también quería una polla dentro de su coño saco mi polla de su culo y se montó sobre Braulio, empezó a besarlo y me pidió que se la metiera por el culo. Con nuestras pollas en sus dos agujeros el cuerpo de Lorena temblaba de una forma que no se puede explicar con palabras. Ella estaba en completo éxtasis y le pidió a Ricardo que viniera para mamarlo otra vez. Ella mamaba a Ricardo, mientras los otros dos la follábamos. Braulio estaba a punto de venirse y nos pidió que lo dejásemos salir.

Los tres nos paramos y Lorena se colocó en posición del perrito, apoyando su cabeza en el suelo y levantando su culo invitando a que nuestras pollas lo perforasen. Las tres pollas apuntaron a su culo que abierto esperaba nuestras descargas. Primero fue Ricardo quien le lleno de leche el culo. Después fue Braulio, quien soltó sus jugos dentro del culo de Lorena. Por ultimo yo inundé su culo. En total fueron seis corridas dentro del culo de Lorena que habia quedado abierto en flor. Después de esto, Lorena quedó exhausta y nosotros nos quedamos viendo a esa mujer de ensueño con la habíamos disfrutado durante una hora como cosacos. A los diez minutos Lorena se incorporó y nos dijo siempre tuvo fantasías de que la follaran unos mecánicos. Por ello hoy algo le había hecho perder la cordura. Ella no se reconocía así misma follando con tres tíos, mucho menos por el culo, algo que siempre le había negado al pobre de su esposo porque ella consideraba que el sexo anal era de putas. La verdad es que a pesar de ser su debut, no tenia nada que envidiarle a muchas actrices porno. Ademas lo habia hecho sin dilatación previa y sin lubricantes. Claramente, Lorena esta especialmente dotada para el sexo anal y es muy puta a pesar de sus antiguos prejuicios que acarreo hasta los cuarenta años. Finalmente, Lorena nos pidió por favor que guardásemos el secreto de lo ocurrido ese día. Además nos dijo que esa noche para quitarse la culpa de lo ocurrido iba a hacerle una mamada completa a su amado esposo. Entonces se paró y nuestro semen comenzó a salir de su culo inundado, chorreando entre sus piernas. Ella se limpió con un trapo y se vistió delante de nosotros. Luego se fue a arreglar al servicio y se despidió de nosotros quienes le dijimos que se acordara que siempre que quisiera desde ese día tenía tres nuevos amigos. Ella respondió, que había sido la mejor hora dl almuerzo de su vida, y que con lo dilatado que le había quedado el culo no se olvidaría de nosotros por mucho tiempo.

Me follaron al aire libre y cumplí mi fantasia sexual

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Había oído hablar de aquel bosque como punto de encuentro, pero jamás había ubicado el punto exacto donde ocurría la acción. Quizás fuera que cada vez que visitaba aquel lugar iba acompañado, y por lo tanto no me animaba a investigar el lugar en el que sucedía todo. Era un tanto frustrante, si debía ser sincero, puesto que una de mis mayores fantasías era tener sexo al aire libre. Cada vez que visitaba aquel lugar me imaginaba que debía ser fantástico mamar una verga ahí, bajo el cielo azul, rodeado de la vegetación del lugar.

Aquella idea me excitaba de sobremanera, y afortunadamente llegó el día en que pude hacer mi fantasía realidad, aunque al principio no sabía que en realidad también se me cumpliría otra fantasía a la vez.

Aquel día no tenía nada que hacer. Había salido a dar un paseo con un amigo, pero tenía toda la tarde libre, puesto que mi amigo debía trabajar. Iba de regreso a mi casa cuando me quedé pensando que solo necesitaba desviarme un poco de mi ruta para ir a aquel bosque. No me lo tuve que pensar dos veces.

Llegué al lugar y me puse a caminar por el lugar. Primero paseé por las zonas que conocía perfectamente, aquellas donde la mayoría de los visitantes paseaban. Había familias, parejas, amigos… lo normal en un lugar bonito y en un día que se presentaba cálido sin llegar a lo bochornoso.

Después de un rato tomé una desviación que jamás había tomado. Yo solía pasear por la zona norte del bosque, pero bien sabía que la acción acontecía en la zona sur, por lo que me dirigí hacia allá. Al principio no me encontré con nada, solo con unos cuantos corredores que a pesar de ir en ropa sexy o mostrar músculos definidos no parecían buscar nada, pues ni siquiera volteaban a ver a los demás.

—¡Qué desperdicio! —me dije a mí mismo cuando un chico vestido con un short y una playera de color naranja fosforescente pasó junto a mí. Independientemente de la ropa llamativa, lo verdaderamente interesante de aquel chico era su rostro y su cuerpo delgado y definido. Si aquel chico me hubiera dirigido una mirada mientras se sobaba la entrepierna lo hubiera seguido hasta el fin del mundo.

Seguí paseando, aunque lo único que conseguía era frustarme cada vez más. No parecía haber ni la menor seña de actividad gay en la zona. Lo único que me topé aparte de los corredores al llegar al extremo sur de la zona fue a una parejita hetero (los cuales se estaban dando un buen faje que me hizo sentir celoso) y de un tipo al que no me le quise acercar, porque aunque se agarraba la entrepierna me asustó el hecho de que empezara a discutir con alguien invisible.

—¿Dónde será la zona de ligue? —me pregunté a mí mismo mientras atravesaba una zona especialmente agreste—. ¿O será que hoy no hay nadie?

La respuesta me llegó unos cuantos pasos más adelante, al bordear un árbol. Había un tipo que parecía contemplar el lugar sin mucho interés. No supe por qué, quizás por mi radar gay (aunque no creo en eso), pero se me ocurrió que ese wey estaba buscando lo mismo que yo. O quizás fuera que tenía la mano en su entrepierna, aunque no se veía que estuviera apretando nada. Era un chico de estatura promedio, vestido con ropa holgada: bermudas y playera.

Me quedé parado donde estaba, como si yo también estuviera observando el lugar con desinterés. Mi mirada se cruzó con la del chavo después de un rato, y mientras me observaba yo me animé a sonreírle. Estaba a punto de apretarme la verga sobre el pantalón para ver su reacción, cuando me di cuenta que él ya se me había adelantado. La razón por la que tenía sus manos frente a su entrepierna era porque el tipo tenía la verga de fuera. Era una verga de unos dieciséis centímetros, a juzgar por la superficie que su mano cubrió cuando la tomó entre sus dedos.

Mientras contemplaba al chico que se hallaba frente a mí este comenzó a masturbarse lentamente. Volteaba a ver su polla y luego a mí, como si me invitara a acercarme a él y tomar aquel pedazo de carne entre mis propias manos. No obstante, me dio algo de miedo, pues aún nos encontrábamos en una zona donde éramos perfectamente visibles desde la pista donde pasaban todos los corredores.

Seguramente el chico notó mi inseguridad pues volvió a colocarse las manos de tal manera que no se le viera el falo que llevaba de fuera y me hizo señas de que lo siguiera; cosa que hice sin dudarlo un segundo.

El chico no hizo más que internarse más en la espesura que era la maleza de aquel lugar, hasta que quedó en un lugar donde no podía ya ser visto desde la pista para correr. Volvió a mostrarme aquella verga, la cual se encontraba completamente rasurada. Tenía el mismo tono de piel relativamente claro que su dueño, como ya dije algo grande (a menos que sean fans de los tipos con más de 20 cm, de los cuales la mayoría solo salen en películas porno), no muy gruesa, pero eso sí recta y cabezona como a mí me gustan.

Comencé a acariciar mi propio pene por encima de mi ropa, aún manteniendo mi distancia. Si algo me gusta del sexo es el juego previo que puede haber. Odio a los chicos que en cuanto te ven te piden el trasero para penetrarte, o que al contrario te ponen el trasero para que los penetres. No hay nada mejor que iniciar el contacto de manera visual, observando lo que el otro tiene para ofrecerte y también mostrando lo que tú puedes dar; para después pasar a la etapa de las caricias y los besos por cada pedazo de piel disponible para finalmente conseguir la compenetración de las zonas más íntimas de ambos…

Pero me estoy desviando de lo que contaba. En aquel instante me puse a acariciar mi pene, resaltando su forma sobre mi pantalón para que el chico con el que me había encontrado viera lo que tenía para ofrecer. Él seguía masturbando su miembro de manera lenta, sin ninguna prisa, como si quisiera ofrecerme aquel espectáculo para que quedara grabado en mi memoria.

Con pasos lentos, y hasta podría decir un poco vacilantes, me fui acercando a ese muchacho que me ofrecía su verga. Fui saboreando cada instante mientras yo mismo desabrochaba mi pantalón. Cuando hube llegado justo al lado de mi acompañante ya tenía el pito de fuera igualmente. Ahora que estábamos uno frente al otro podía ver que efectivamente su pene era más largo que el mío, pero el mío tenía de ancho lo que el suyo tenía de más en cuanto a lo largo. Y mientras el suyo parecía hasta lampiño, el mío tenía vellos un tanto largos, pues hacía un par de semanas que no me rasuraba.

Decidí ayudarle a aquel chico con la erección que se cargaba, así que deslicé mi mano izquierda hacia su miembro. Él inmediatamente retiró su mano para que yo pudiera tomar su verga en toda su gloria. Era fantástico sentir aquel falo con su longitud y su cabeza que empezaba a destilar precum entre mis dedos. Formé un anillo con mi dedo índice y el pulgar y lo deslicé desde la punta hasta la base de aquel tronco moreno, sintiendo como mi acompañante casual disfrutaba de aquella caricia.

Esperaba que él me regresara el favor acariciando también mi pene, pero en lugar de eso el chico de la ropa holgada aprovechó para meter mano por la cintura de mis pantalones y de mis bóxers para comenzar a acariciar mi trasero. Aparentemente era de esos chicos que se las daba de solamente activo, pero por mí estaba bien. Tenía unas manos rugosas que producían un tacto excelente al deslizarse por la piel que recubría mis nalgas, las cuales he de decir que están bastante bien.

Para facilitarle las cosas al otro me ladeé un poco, de tal manera que quedáramos parados uno al lado de otro y yo pudiera seguir jalándole la polla mientras él acariciaba mi potito con más libertad. Sin embargo, al darme la vuelta pude ver a un chico que estaba más allá (del lado contrario a la pista para correr) que nos miraba atentamente. Bueno, aquello no era del todo sorprendente. Cuando visitaba un lugar de cruising estaba acostumbrado a los mirones, los cuales a veces me parecía que abundaban más que los hombres que iban a meter mano. El chavo que nos estaba viendo desde una distancia considerable era alto, delgado y moreno; atractivo, diría yo. Vestía ropa ajustada que dejaba ver un rico bulto que se estaba acariciando mientras nos observaba.

El muchacho de ropa holgada que me acompañaba vio que andaba mirando algo más allá, y notó al chico que nos observaba. El otro muchacho ni siquiera nos veía a la cara, más bien creo que estaba entretenido contemplando directamente como mi mano masturbaba aquella verga que sostenía. Aun así, mi acompañante llamó su atención con un gesto de la mano y después con la cabeza le indicó que se acercara. No tuvo que repetir ese gesto, pues inmediatamente el mirón sonrió y comenzó a caminar hacia donde nos encontrábamos nosotros (aunque tuvo que dar un rodeo pues la maleza era traicionera entre él y nosotros).

Le di un apretón con toda la mano al pito que sostenía a causa de los nervios. Jamás había estado con dos hombres a la vez, siempre había estado con uno solo. Claro que tenía ganas de hacerlo, pero estaba acostumbrado a que cuando quedaba con alguien fuera solo con uno, y cuando visitaba algún lugar de cruising como decía antes abundaban los mirones que aunque los invitaran jamás hacían nada. Cuando yo me encontraba en un lugar así solo un chavo se animaba a meterme mano, y los demás o se ponían solo a mirar o formaban sus propias parejitas. Varios hombres teniendo sexo en la misma zona, pero cada uno con su pareja, no era mi idea de orgía; ni tampoco la de irme detrás de otro cuando acabara con el primero.

El chavo que nos había estado observando en un primer momento llegó al lugar. No supe si fueron los nervios u otra cosa, pero aquel hombre me pareció bastante guapo. El de la ropa holgada no estaba mal, pero aquel chico de facciones afiladas, cuerpo delgado y piel morena me pareció aún más guapo.

—¡Qué onda! —dijo el recién llegado mientras veía como el de la ropa holgada me acariciaba las nalgas.

—¿Te animas o no? —preguntó el primer chico con el que andaba.

Por toda respuesta el recién llegado se desabrochó el pantalón y dejó su verga al aire mientras se paraba justo a mi derecha. El tipo de la ropa holgada se conformó con acariciar solo mi nalga izquierda, así que el muchacho delgado pudo acariciarme la otra mientras yo tomaba su miembro. Era un pene de tamaño similar al mío, pero no tan grueso, aunque quizás fuera ligeramente más largo debido a que estaba curvado hacia arriba. Me encantó apretar aquel pito entre mis dedos, acariciar la curva que formaba y sentir la suavidad de la piel que lo recubría al mismo tiempo que sentía las manos de dos tipos acariciando mi culo, una directamente y la otra por encima de la ropa.

—¿Eres pasivo? —me preguntó el chavo delgado.

—Inter, en realidad —le contesté entre gemidos. La verdad me prendía bastante el como me estaban acariciando el culo.

—Interesante —comentó el chico para después soltar una ligera risa, quizás por el juego de palabras que había hecho—. ¿Y tú? —le preguntó finalmente al chavo de la playera holgada.

—Activo —contestó el wey mientras dejaba que su mano se deslizara hasta encontrar mi agujero—. Aunque también la mamo.

—¿Estás pensando lo mismo que yo? —dijo provocadoramente el delgado.

Por toda respuesta el otro le dio una sonrisa. Yo no estaba seguro de en qué estaban pensando aquellos tipos, así que tuve que dejarme llevar por unos instantes antes de comprenderlo. La zona en la que nos encontrábamos era relativamente grande, extrañamente la maleza no había crecido en aquel círculo, por lo que teníamos cierta libertad de movimientos. Me sorprendió que el chavo de la ropa holgada se quitara inmediatamente las bermudas que llevaba, dejando a la vista unas piernas fornidas y cubiertas de un vello espeso. Mientras tanto, el otro chico se acomodó el pantalón para que su verga quedara por fuera sin problemas, se sentó en el suelo y me hizo señas para que me sentara a su lado. Estaba un tanto confundido, pero aun así le hice caso.

Mis dudas se despejaron cuando el otro muchacho se sentó de tal manera que los tres quedamos formando un triángulo en el lugar. Caí en la cuenta de lo que pretendían justamente cuando ambos se agacharon para agarrar verga de quien le había quedado a la derecha (la mía en el caso del joven delgado y guapo, y la de este en el caso del primero con el que me había encontrado). Me pareció una idea genial, así que me incliné hacia el hombre que se había quitado completamente el pantalón para poderme tragar aquella herramienta de dieciséis centímetros. Tenía un ligero sabor a precum que me agradó, aunque el verdadero placer provenía de tener al alcance de la mano aquellas piernas velludas. Era genial sentir la textura de aquellos vellos que se enmarañaban en contraposición con la carencia de pelo en la zona íntima que se encontraba dentro de mi boca.

Aunque poder acariciar aquellas piernas cubiertas de vello estaba genial, tampoco estaba mal chupar una buena polla mientras alguien más mamaba la tuya. Era una sensación diferente a la de un 69, quizás porque no se encontraban todos los cuerpos en contacto, sino que solamente sentías la cabeza del otro entre tus piernas, mientras que tú te hundías en la entrepierna de alguien más.

El chico guapo no se conformó solo con comerse mi polla, sino que además aprovechó para meterme su mano por detrás y comenzar a rozar mi pequeño agujero que se escondía entre mis posaderas. Me gustó la manera en la que su dedo delgado recorría los bordes de mi agujero para después perderse lentamente en él.

—Tienes un culo hambriento —comentó aquel chico cuando me empezó a meter un segundo dedo.

—Es que hace mucho que no come —le respondí con lujuria.

El chico de la ropa holgada dejó de mamar la polla curvada del otro, y aprovechando que ya nadie hacía sexo oral se quitó la playera, dejando a la vista un torso con una ligera panza, donde el pecho resaltaba gracias a los vellos que lo cubrían. Quizás no fuera un cuerpo de modelo, pero su visión me excitó.

—Quítale el pantalón —ordenó aquel mientras se apretaba la polla al chico que aún me estaba penetrando con sus dedos.

Pude haber protestado, pero no lo hice. Mi único motivo de queja podría haber sido el hecho de que el muchacho guapo me sacara los dedos, pero en cuanto vi al de la pancita hurgando en sus pantalones por un condón supe que aquello sería bueno. El tipo aún me estaba sacando el pantalón cuando yo ya me estaba acomodando de perrito, de manera que dejé mi trasero apuntando hacia el joven desnudo.

—Así que tu culo hace mucho que no come —comentó aquel chico mientras frotaba su glande por mi anito—. Pues hoy te voy a dar hasta que quedes lleno.

El chavo delgado no se quedó al margen de la acción, sino que tomó mis nalgas separándolas para ofrecer un mejor acceso a mi hoyito para el otro. Además me escupió en la zona, de tal manera que su saliva sirviera como una especie de lubricante.

El chico de vello en pecho finalmente se decidió a penetrarme. Su polla podía no ser muy gruesa, pero cada centímetro de los dieciséis que me metió me dolieron hasta el alma. Quizás porque lo hizo rápidamente, o tal vez porque en realidad hacía mucho que no me follaban por el culo. En cualquier caso, hubiera escapado de eso si el tipo no me hubiera sostenido fuertemente por la cintura. Pero lo hizo, así que tuve que aguantar aquel pedazo de carne caliente que parecía quemar mis entrañas mientras sentía dos pares de manos que sostenían diversas partes de mi cuerpo y me obligaban a permanecer inmóvil.

El dolor que sentí me obligó a soltar un quejido, un grito ahogado mientras la expresión de mi rostro se crispaba. Cerré los ojos con fuerza, como si de esa manera pudiera hacer menos agudo el dolor.

—¿Pues no que tenías un culo hambriento? Pues ahora te aguantas —dijo el tipo que me estaba enculando.

Mientras decía aquello me sacó su pene a medias para después volver a encajármelo con fuerza. Aquello solo me hizo soltar otro quejido, sin embargo, en realidad no quería que aquel hombre sacara su miembro de mi interior. Sabía que el dolor y el ardor provocados por su embate sería solo temporal, y después de aquello sería una delicia sentir aquellos dieciséis centímetros de carne horadando mi culo.

El muchacho atractivo no me dejó enfrentarme al dolor sin más. Sus manos soltaron mis nalgas, se coló debajo de mí y comenzó a acariciar cada centímetro de mi piel que quedaba a su alcance. Sus caricias me hicieron olvidar parcialmente el dolor de mi culo, especialmente cuando su boca se prendió de mi falo. Fue todo un alivio en cuanto sentí como mi glande tocó sus labios, como si aquel placer se expandiera por mi cuerpo y luchara con el dolor que sentía en mi trasero.

En tanto sentía aquellas manos que me acariciaban y como esa linda boca chupaba mi polla, me di cuenta que el pito de ese chico me quedaba justo al alcance de mis labios. Como ya había dicho, era una verga que se curvaba hacia arriba, con una longitud aproximada de trece centímetros, pues eso era lo que medía la mía. Estando en esa posición hice lo que me dictó el instinto, completar el 69 mientras el otro tipo seguía penetrándome el culo.

Poco a poco aquello se volvió una delicia. El placer de hacer sexo oral al mismo tiempo que lo recibía me ayudó a sobreponerme al dolor de la penetración, de tal manera que este terminó por convertirse en placer. Jamás en la vida había podido experimentar el gusto que implicaba tener una polla llenando tu boca, otra colmando tu recto y sentir tu propio pene en una húmeda y cálida cavidad. Había momentos en que el chico que se encontraba debajo de mí sacaba mi pene de su boca, pero solo lo hacía para con su lengua recorrer todo mi falo, pasar por mis testículos y continuar más allá, hasta lamer las bolas del tipo que me estaba penetrando. Suponía lo anterior porque cada vez que la lengua del chico atractivo perdía contacto con mi cuerpo el otro joven dejaba de mover sus caderas y soltaba un fuerte suspiro. Si no hubiera tenido la boca llena yo también habría soltado suspiros así cada vez que el tipo guapo lamía mis testículos.

Estuvimos un rato así, hasta que el tipo de abajo dijo que él también necesitaba sentir una buena verga en su culito. Fue muy excitante, pues mientras lo dijo pude ver claramente como metía su mano entre sus piernas y frotaba con sus dedos su ano.

—No quiero soltar a este wey —dijo el tipo del pecho en vello mientras me daba rápidamente.

—No es necesario que lo hagas —contestó el otro chico saliendo de debajo de mí.

Aquel tipo delgado terminó de sacarse la ropa frente a nosotros. Tenía un cuerpo delgado y definido, que me parecía bastante agradable incluso si me lo hubiera encontrado en un cuarto oscuro con la única guía de mi tacto. Sin embargo, bajo la luz del sol que arrancaba un brillo broncíneo a su piel morena, y con el verde amarillento de la hierba que nos rodeaba de fondo resultaba espléndido.

El joven delgado comenzó a guiarnos para que el tipo que me penetraba quedara tumbado boca arriba y yo sentado sobre de él, todo sin que tuviera necesidad de sacar su pito de mi recto. También aprovechó para con el movimiento sacarme la playera que llevaba puesta, de tal manera que en ese momento quedamos los tres prácticamente desnudos en el lugar.

—Ahora solo recuéstate tú también —me dijo amablemente el chico atractivo empujándome por el pecho para que quedara prácticamente recargado sobre el tipo que había vestido la ropa holgada, usando mis brazos para mantenerme ligeramente arriba.

—¿Sabes que así podríamos penetrarlo entre los dos? —comentó el primer hombre con el que me había topado aquel día.

Un escalofrío me recorrió la espalda al oír aquella idea. No sabía si en realidad estaba interesado en una penetración doble. La idea me parecía atractiva hasta cierto punto, pero considerando que ya me había dolido que me había penetrara un solo miembro quizás no fuera muy buena idea tener dos. Seguramente dolería más y entonces ni siquiera el placer compensaría el dolor.

El chico delgado frente a mí pasó uno de sus dedos por mi perineo, como si estuviera planteándose seriamente el penetrarme. Primero miraba la zona por la que deslizaba su dedo, el cual llegó hasta los límites de mi ano, pero posteriormente volteó a verme directamente al rostro. La sonrisa que se dibujó sobre su rostro me quitó el aliento, y no fue porque me gustara mucho, sino porque estaba convencido que se había decidido a realizar la doble penetración. Ni modo, me tocaría aguantarme e intentar disfrutar a pesar del dolor.

—Lo haría si no fuera porque en realidad me muero por tener esta cosa hasta el fondo —dijo el muchacho moreno agarrando mi verga entre sus manos.

Aquella declaración me hizo respirar nuevamente. La idea de penetrar a ese atractivo muchacho no me provocaba dudas: quería hacerlo. Aunque el joven no tenía mucho trasero (casi nada, en realidad) estaba seguro de que disfrutaría de cada centímetro de mi miembro que se perdiera dentro de aquel cuerpo.

—Pues tú te lo pierdes —opinó el chavo que se encontraba debajo de mí al mismo tiempo que movía su cadera para reiniciar el mete y saca que habíamos interrumpido al cambiar de posición.

Sin embargo, tuvo que detener su movimiento otra vez para que el otro pudiera montarse sobre mí y clavarse mi herramienta tras haberme colocado un condón. Me sorprendió la rapidez relativa con la que lo hizo, pues solo puso sus piernas a mis costados, tomó mi polla con una mano apuntándola hacia su ano y comenzó a sentarse sobre mis caderas. Sentí como las paredes de su recto apretaban mi falo, demostrando que ese era un agujero muy estrecho. No obstante, a pesar del grosor de mi pene el chico no se detuvo en ningún momento hasta que sus posaderas se asentaron sobre mí. Además, su cara no expresó ningún dolor. Lo máximo que el joven hizo fue cerrar sus ojos e inhalar profundamente

Tal como lo supuse, penetrar ese culito era delicioso. Sin embargo, no había tenido en cuenta que yo también estaba siendo penetrado al mismo tiempo, por lo que el placer era el doble. aquella era la sensación más maravillosa que había experimentado en mi vida. Al estar en medio era yo quien movía las caderas, y era riquísimo sentir como mi pene se perdía en el culo del moreno cada vez que me movía hacia delante y como el pedazo de carne del chico de la panzita se me enterraba cuando la movía hacia atrás. No había instante en que no sintiera placer en aquella posición.

Sabía que no sería capaz de aguantar mucho tiempo en esa posición. Mi respiración comenzó a acelerarse casi al mismo tiempo que mis movimientos de cadera. El hombre debajo de mí movía igualmente sus caderas para lograr un mete y saca más profundo, y el chico sobre mí comenzó a mover sus caderas en círculo mientras me sonreía coquetamente. Era sumamente excitante ver su cuerpo delgado cubierto por una ligera capa de sudor, moviéndose mientras las paredes de su recto masajeaban mi pene.

—¡Me vengo, me vengo! —exclamé cuando sentí mi orgasmo aproximarse.

El joven debajo de mí pareció arreciar sus movimientos para hacer el mete y saca más rápido del encuentro, mientras que el muchacho sobre mí hizo algo que no me esperaba: me dio un beso. Aquellos labios delgados contra los míos me llevaron literalmente al cielo, y sentí como mi pene se vaciaba mientras esa boca se frotaba contra la mía. Por el otro lado, me di cuenta que el tipo de vello en pecho también había alcanzado su orgasmo, seguramente como consecuencia de las contracciones de mi recto. Lo noté porque el tipo metió su miembro lo más adentro que pudo y ahí lo dejó mientras suspiraba ruidosamente.

Nos quedamos un momento así. El chico que se encontraba sobre mí me daba besos que yo correspondía y frotaba su nariz contra la mía mientras el éxtasis del orgasmo se desvanecía lentamente. Finalmente el joven se puso de pie, sacándose mi polla de su interior y yo hice lo mismo con el tipo que se encontraba bajo de mí, aunque yo no me puse de pie, sino que simplemente me levanté solo lo suficiente para liberar aquel pito de mi trasero y volverme a sentar, pero esa vez sobre el pasto.

Me quedé contemplando al chico moreno que se encontraba frente a mí. Su cuerpo era realmente bello. Su único defecto era la falta de trasero, pero con aquel torso con los músculos ligeramente marcados y aquella verga que se alzaba elegantemente sobre su cuerpo rodeada por un vello bien recortado lo de las nalgas pasaba desapercibido.

Mientras contemplaba aquel cuerpo moreno perfecto, recordé que él no había llegado al orgasmo como el otro tipo y yo.

—¿Quieres venirte? —le pregunté.

—Solo si me ayudas —respondió el chico con aquella sonrisa coqueta que me empezaba a gustar.

Por toda respuesta me acomodé de rodillas justo frente a su entrepierna y me lleve su miembro a la boca. Disfruté cada milímetro cuadrado de la superficie de aquel miembro curvado, y a juzgar por la expresión del rostro de aquel chico él también estaba gozando con la mamada que le estaba dando.

El otro tipo se puso de pie y comenzó a vestirse sin decirnos palabra. Yo no podía decir nada con la boca llena, y aparentemente el muchacho moreno se encontraba muy entretenido con el sexo oral como para prestarle atención al otro. Una vez que el chavo de la ropa holgada terminó de vestirse se retiró, dejándonos al joven moreno y a mí solos.

—Eres muy guapo —me dijo él acariciando mi cabeza.

—Gracias —le contesté mientras tomaba su polla con mis manos para masturbarlo—. Tú también lo eres.

Continué masturbándolo al mismo tiempo que pasaba mi lengua por su glande. Él empezó a gemir con fuerza, e instantes después su falo comenzó a lanzar chorros de semen justo hacia mi cara. La mayoría de aquel fluido cayó dentro de mi boca abierta, aunque hubo un par de chorros que cayeron en mi barbilla y mi mejilla derecha.

Disfruté del sabor alcalino de la sustancia que tenía en la boca. No había nada que disfrutara más que deslechar a un hombre y después tragarme sus líquidos eyaculatorios.

El tipo bajó para quedar frente a mí, para luego obligarme a recostarme sobre el césped mientras él hacía lo mismo sobre mí. Recorrió mi rostro con su lengua limpiando el semen que tenía sobre la piel. Posteriormente me besó, compartiendo conmigo el sabor de su leche. Nuestras lenguas se enredaban la una con la otra al mismo tiempo que nuestros cuerpos desnudos se frotaban entre sí.

—Eres fantástico —me susurró él al oído cuando nos cansamos del beso, lo cual tardó un rato.

—No más que tú —le contesté estrechándolo entre mis brazos.

Aquel era un momento sencillamente perfecto. Me encontraba abrazado a un guapo chico tras haber cumplido dos de mis fantasías sexuales al mismo tiempo.

Mi vecina se desmayo de la follada

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Vivo en un barrio de monoblocks, entonces yo tenía 19 años, era virgen y venía de mi primer rechazo amoroso, tenía ganas de olvidar y fue entonces que Florencia se mudó a mi edificio. Florencia tenía 18 años, era bajita, morocha de pelo largo, y por sobre todo dueña de las tetas más descomunales que había visto. Era verano así que constantemente la veía en ropa insinuante, remeras sin mangas con la palabra Sexy escrita en el escote, shortcitos ajustados y polleras sensuales. Incluso una tarde de mucho calor la vi volver a su departamento en pollera y corpiño de bikini, ni ella ni las primas con las que vive tienen mucho pudor.

Cada vez que nos veíamos, en el palier, en la escalera, en la calle, nos saludábamos, ella me saludó por primera vez. Al poco tiempo de llegar al barrio todos los pibes de mi manzana estaban como locos, obsesionados con poseerla, sin embargo Florencia tenía una pose de inalcanzable. Me calentaba muchísimo, desde el primer momento que la vi quería agarrarla para partirla en ocho, pero no se daba la ocasión. Una tarde salí de mi departamento, a caminar sin rumbo, cuando al llegar al pie de la escalera la encontré y empezamos a hablar. En un momento me dijo:

–¿Te gusta mi pollera? –al tiempo que giraba para mostrármela.

A mí lo que me calentaba eran sus piernas fuertes, su culo superpoderoso y esas tetas descomunales. Florencia creyó que podía dejarme con las ganas como a los otros pibes, inmediatamente me abalancé sobre ella y le comí la boca. No lo esperaba, trató de resistirse y quería separarse. Aunque no soy alto sí le llevo algo más de una cabeza de diferencia, la sometí por la fuerza y me la llevé a la rastra al descanso de abajo de la escalera. Sin dejar de besarla pasé una mano por detrás de su espalda para apretarla contra mí, sentía la presión de esas tetotas contra mi cuerpo y quería hacerla mía; con la otra mano, totalmente abierta, le daba fuertes palmadas en su culo, para sentirlo en todo su esplendor y su gloria. Florencia me sacó la remera y comenzó a acariciarme la espalda. Metí esa mano en su concha y pude sentir cómo se iba poniendo húmeda. Al separarnos Florencia me miró con cara de viciosa y supe que estaba entregada, el momento que tanto esperaba había llegado. Se levantó la remera, no podía sacar mi mirada de sus tetotas, pesaban cinco kilos cada una y eran algo de no creer. Tenía un corpiño blanco, enorme y precioso, a medida que se levantaba la remera Florencia también levantaba las tetas, cuando terminó de levantarse la remera las soltó, se bambolearon dentro del corpiño de tan pesadas y movedizas, la sacudida me puso a mil. Volvió a acomodarse la remera, se desprendió los broches del corpiño, luego se sacó los breteles por los brazos y sin sacarse la remera se quitó el corpiño deslizándolo por una manga de su remera, con eso terminó de seducirme, me derretí.

Por debajo de la remera pasé mis manos para sentir esas tetas, no me alcanzaban para abarcarlas, eran muchísimo más enormes de lo que había pensado al verla vestida. De un tirón Florencia se sacó la remera y pasó al frente, tomó mi cara y la hundió entre sus tetas, me puso contra la pared y comenzó a asfixiarme, yo quería quedarme a vivir ahí para mandarme unas turcas infernales por toda la eternidad. Conseguí zafarme de sus manos y empecé a chupárselas, la abracé y la tiré al piso.

–No voy a parar hasta que te salga yogur –dije, sintiéndola bajo mi cuerpo.

Para entonces hacía rato que sentía algo descomunal molestándome en la entrepierna. Nos levantamos y Florencia me tomó de los huevos, quiso bajarme el cierre del pantalón pero la alejé. Comencé por sacarme las zapatillas y las medias, me saqué el pantalón y en mi boxer se vio sobresalir un mástil que pedía entrar. Florencia se pasó la lengua por los labios, no veía la hora de que le entrara. Pelé la verga, nunca antes me la había visto tan erecta, en cualquier momento me caía de boca por el peso. Florencia retrocedió asustada, pero al verse en ridículo se obligó a mantener la compostura, entonces tomó mi poronga con sus manos y la metió en su boca, la vi atragantarse, a duras penas logró meterla toda. La separé, era el momento de penetrarla. Entonces supe que tenía un problema, no tenía forros encima y no quería dejarla embarazada. Sólo tenía una solución, agarré a Florencia por la cintura y de un zarpazo la tiré boca abajo contra un escalón. Le levanté la pollera y me dejé deslumbrar, esas piernas potentes y ese culo increíble iban a ser míos. Llevaba un culotte blanco, de satén, que hacía juego con el corpiño. Sólo ese culotte separaba su agujero de mi pedazo, se lo bajé de un tirón. La lubriqué con la mielcita que tenía en la cabeza de la verga.

–Abrite un poco, negra, que te voy a entrar –le dije al oído y Florencia se abrió los cachetes del culo con sus manos.

Le entré de una. Ella pegó un rugido de dolor y de placer que debe haberse escuchado en todo el edificio, todavía no entiendo por qué ningún vecino salió a ver qué estaba pasando. A mí ya no me importaba nada, incluso quería que alguien me viera cogiéndome a la chica más descomunal del edificio. Su agujero era muy estrecho, podía sentir cómo me iba apretando la verga a medida que iba entrando. La sentí estremecerse bajo mi fuerza, a cada segundo todo el cuerpo de Florencia temblaba de dolor, la oía quejarse y más me alentaba. La vi aferrarse fuerte a las barandas de hierro de las escaleras, apretaba fuerte por el dolor que sentía, y entonces comenzó a llorar. Su llanto me puso como loco, todavía no se la había puesto toda, entonces se la mandé hasta el fondo, toda entera. Al hacerlo empezó a golpear las barandas, desesperada.

–¡Sacala, me duele muchísimo! –gritó.

Pero yo ya no oía nada, empecé a darle bomba sin piedad, quería perforarle un pulmón con mi pija, dejarla con dolor de costillas por una semana, inundarla de leche por dentro. Le amasaba las tetas, buscaba su boca para besarla sin dejar de bombearla, ella no dejaba de llorar y hasta me bebí una de sus lágrimas. La oía gemir y yo quería que no se terminara más, acabé con un rugido todavía más fuerte que el de ella, estaba por las nubes.

–Fue como un choque de trenes, ¿no? –le pregunté.

–Vos sí que podés dártelas de burro, me mataste, quiero más –dijo.

Si Florencia seguía en pie era sólo porque no había dejado de aferrarse a las barandas, pero la había destrozado por dentro. Intentó incorporarse como pudo pero no tardó en caer desmayada, con la pollera levantada y el culotte enredado en sus tobillos. Busqué las llaves de su departamento entre su ropa, y sólo con el boxer puesto la cargué en mi hombro, su cara contra mi espalda y su culo destruido al aire. Cuando despertó había pasado más de una hora, me encontró acostado junto a ella, en su cama. Se levantó y la acompañé a la ducha, la había dejado renga. Volví a cargarla en mi hombro al terminar de bañarse, la llevé a su cama y la dejé descansar. Antes de irme tomé su corpiño blanco y me lo llevé de recuerdo de mi primera vez, mientras escribo esta historia lo tengo sobre mi escritorio, lo veo y quisiera volver a repetir esa tarde.


Infiel por capricho

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Yo no hice nada por inducirla a ir conmigo a un motel. Ella solo me dijo- tengo ganas de acostarme contigo. Estas embromando-le conteste, recuerda que estas casada. Eso a ti no debe importante, estoy caliente y tu me gustas. Vamos ahi, hay un motel cerca. Le obedeci porque en verdad me gustaba. Tiene un bonito poto, lindas tetas y un cuerpo de modelo. Ya en la pieza se desnudo inmediatamente mostrado toda su belleza. Yo me calente de tal forma que me desnude en menos de un segundo. Nos abrazamos caimos en la cama y empezamos haciendo el sesenta y nueve. Tenia la zorra toda mojada pero no le tuve asco. Languetee y pronto llego a un orgasmo bestial. Me clavo sus uñas en mi trasero y yo le respondí con un mordisco en la chucha. Lanzo un grito y se lenvanto encaramandose encima de mi clavandose el pico hasta el fondo y empezo a cabalgar con furia. Volvio a tener otro orgasmo acompañado con gritos satanicos. La tuve que hacer callar. -Pueden escucharte y creer que te estoy pegando. Callo y otro orgasmo pero esta vez mas silencioso. La lucha habia terminado segun ella,pero yo le dije no. Me falta tu culito. Déjame devorarlo. La di vuelta y ella se puso mi penca en su hoyito, empuje y entro con poco esfuerzo. Cosa increible estando en esa posición ella vovio a acabar, con gritos mas silenciosos.

Ahora si termino la lucha erótica. Nos vestimos y cuando salimos de pronto me tomo del brazo y me empujo a una pieza. ¿Que pasa? le pregunto. Mi marido esta salidendo con una puta. Cielos digo escondamonos. Nos fuimos al patio y esperamos que el marido saliera. Marido y mujer en el mismo motel

Un viaje y unas buenas folladas

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Como esta historia es real, me tomé la liberad de cambiar los nombres y no identificar los lugares.

Mi nombre es Laura, conocí a mi marido, Pablo, cuando vine a estudiar a Buenos Aires, soy oriunda de un país Latinoamericano y el es de acá de Bs. As. Fuimos novios casi desde que nos vimos la primera vez, terminamos la carrera juntos y decidimos viajar a que Pablo conozca mi país. Recién terminada la universidad, no disponíamos de mucho dinero así que armamos nuestras mochilas pensando en viajar un poco en transporte público (ómnibus, tren o lo que sea, todo menos avión que no estaba a nuestro alcance) y no descartamos el auto-stop.

En uno de los tantos transbordo que hicimos nos equivocamos y terminamos en un paraje solitario a horas del lugar poblado más cercano. Lo único que había eran un puesto de policía caminera y una estación de servicio. Claro en lugar así los ómnibus pasaban una vez a la semana y tampoco había mucho tránsito. Hablamos con los agentes de policía y nos dijeron que lo más seguro era que viajemos en algún camión de larga distancia porque los demás seguro que desviaban en los caminos secundarios y nos íbamos a perder del todo. Ellos nos iban a parar alguno.

Así fue, al día siguiente nos recomiendan a un camionero que viajaba hasta la ciudad, no llevaba carga, sólo unos obreros que iban en la caja del camión bajo el toldo. Ahí pensábamos ir nosotros pero el agente les pidió si no me llevaban a mi en la cabina para que no me faltasen el respeto, los otros pasajeros llevaban varias cervezas en el estómago.
El camión era enorme, de esos con cabina para dormir y todas la comodidades para viajes largos, los choferes, dos, me miraron de arriba a abajo, medio me asusté pera como tenía la recomendación de la policía igual subí, me novio se despidió y subió a la caja que cerraron con el toldo para que no traguen tanto polvo, la mitad del recorrido era camino de tierra.
Arrancamos pero antes de salir de la estación de servicio nos hace señas uno de los agentes que estaba de civil, paramos y se sube a la cabina.
-Justo empiezo el franco, me acoplo al viaje.
Me miró con toda la lujuria que se pueda imaginar, me sentí totalmente desnuda e indefensa.
Arrancamos otra vez y todo era silencio. A los pocos kilómetros el poli dice
-Supongo que les gusta el regalito que les hicimos?
-Bueno… se ve bien… vamos a ver si sirve. -Contesta el que manejaba.
-Que decís nena, cómo te vas a portar? -El milico.
Se me paró el corazón, ahí entendí que el regalito era yo…
-Se va a portar bien… no le queda otra… siempre va a estar mejor acá con nosotros que si la bajamos sola y la encuentran los negros cosecheros, cierto ricura. -y me pasa la mano por encima de hombro el otro camionero acercándome hacia él.
Forcejeo tratando de zafarme
-Soltá, están locos, si me tocan los denuncio en cuanto lleguemos, en el destacamento saben con quien viajamos, ellos nos recomendaron.
-Sí mi amor, por que pensás que estoy acá… no pienso perderme la fiesta.
-Esto es muy fácil… o te sumás a la joda por las buenas o te violamos y te bajamos sola en el monte, al gringuito de tu novio lo bajamos cuatro o cinco horas después, cuando se encuentren otra vez vos ya habrás sido la mujer de diez o veinte cosecheros, nos ponemos de acuerdo?
No tenía escapatoria, me iban a cojer, me quedé muda, las lágrimas me corrían por las mejillas pero sin un sollozo.
-Por favor no me lastimen -fue lo único que atiné a decir.
-No es la idea lastimarte sino todo lo contrario… queremos pasarla todos bien. -El milico me seca la cara con la mano y me empieza a besar.
Todo fue muy suave, no se abalanzaron como bestias… eso me descolocó… yo pensé ahora me arrancan la ropa y me destrozan toda.
No… despacio me fuero besando los dos, la boca, el cuello, las orejas, las caricias fueron apareciendo de a poco… los hombros, la espalda, el vientre…
Cuando llegaron a los pechos yo no se si estaba excitada pero si entregada, no pensaba en resistirme.
-Ves que nadie te quiere hacer daño, dale, sacate la camisa… eso es, muy bien… ahora el sostén, despacio, no hay apuro… nos calienta verte.
Me lamieron los pezones hasta que los tuve duros, jugaban con sus lenguas alrededor de mis aureolas que cobraron toda la sensibilidad posible, no se cuanto tiempo así hasta que sentí la primera mano en mi muslo, de lado interno, subiendo lento a la entrepierna. Me empece a maldecir por dentro a mi misma, por más que me resistiese me estaba calentando, -no podés ser tan puta!- me decía, no hubo remedio… me calenté… traté que no se note, que ellos no lo vean pero ahí estaban mis pezones parados y mi conchita mojándose.
-Me das los pantalones por favor -no se quien lo dijo pero yo obedecí sin chistar y quedé con mi tanga negra ya toda mojada, no había forma de disimular lo que me pasaba.
-Me parece que todos lo estamos pasando bien, verdad? -me preguntan tocando los jugos que se corrían por mi pierna. Cuando rozaron mis labios se oyó mi primer gemido.
-Ahora sí! Ya empezó la fiesta! -dijo el poli y se agachó a lamer mi conchita.
-Todavía no me dijiste como te llamás -me dice el camionero.
-Laura -le contesto entre ayes y suspiros.
-Bueno Laura, yo soy Manuel, ahora le vas a chupar la polla a Manuel -y se baja el pantalón presentándome la pija totalmente parada y latiendo, parecía que ya iba a acabar, la tomo en la mano y se movía, no era muy grande pero si dura y con la venas muy marcadas. La llevo a mi boca y la voy lamiendo de la base a la cabeza hasta que la meto y chupo con fuerza toda su pija dentro de mi boca, grita de placer y me agarra la cabeza para sacudirme haciendo entrar y salir todo su poronga hasta mi garganta, lo dejo hacer, yo estoy más concentrada en mi conchita que está siendo lamida con una dedicación que me enloquece, es como si me lo hubiera hecho desde siempre, conoce todos mis puntos sensibles, la unión de mis labios en donde tengo ese único rulito de bello que mi novio no me dejaba depilar -no quiero estar con una nena, ese pelito dejalo- me decía. Bajaba la lengua casi sin abrir esos labios y volvía a subir justo antes de llegar al culito, al subir un poquito más de presión para llegar a los labios internos y terminar en el clítoris que queda atrapado entre la lengua y los dientes, para soltarlo con un beso sonoro que me hace largar otro montón de jugos.
Con esto ni cuenta me doy que estoy chupando la pija de Manuel como la más experta de las putas, tanto que me dice
-Para que no quiero acabar antes de cojerte -y saca su pija y me da un beso en la boca con toda su lengua que sumado a la chupada que me están dando me hace acabar. Me siento horrible pero no puedo contener la excitación.
-Dásela que te la chupe Juan, es una maestra, mientras yo quiero cojerla.
-Bueno, pero vamos a la litera, igual Pedro no ve por el espejo.
Me acuestan en la litera y Manuel se mete entre mis piernas a chuparme y meterme los dedos y Juan, el poli, se desnuda y me pone la verga en la boca, no la tiene muy parada pero parece grande, el es medio indio así que tiene poco bello y la tiene oscura, con mucha piel, cuando se le pare y llene toda esta piel va a ser muy grande, pienso mientras se la pajeo con mi mano y dentro de la boca le paso la lengua. Estoy rara, ya no se si me siento violada, no me doy cuenta de que pasa, estoy gozando… Que pedazo de puta! El pobre Pablo atrás siendo cornudo por pensar en mi seguridad.
Cuando Manuel me mete un dedo en el culito ni me doy cuenta que está haciendo, con Pablo hace rato que hacemos sexo anal, pero este no es Pablo y yo ni enterada con dos o tres dedos en la conchita y uno atrás sigo chupando a Juan que sigue creciendo y yo aumento mis gemidos y jadeos, ya ni intento disimular… estoy gozando y ya!
Cuando Manuel me apoya la cabeza en los labios para entrar en mi concha ya tengo concha y culo totalmente mojados y relajados, el culito ya recibió toda su lengua y creo que hasta tres dedos, entre saliva y mis flujos todo resbala y entra sin problemas. Al sentir la pija de Manuel dentro de mi concha, aprieto los musculos de mi vagina y Manuel se enloquece
-Ay que putita sos como me agarras con esa concha, quien diría con la carita de santurrona que tenías al subir al camión -y me da adentro y afuera con todo y como yo se cerrar todos los músculos de mi vagina, a pesar de no ser una gran pija con lo dura y venosa que es me pone de la cabeza y me hamaco al mismo ritmo que él.
Con el entusiasmo de la cojida ni cuenta del tamaño que tenía la de Juan, como para para película porno, que pedazo de verga y yo en lugar de asustarme me calenté más y perdí todo control.
-Quiero que me cojas, quiero saber si puedo con toda tu poronga, nunca vi algo tan grande.
-A ver Manuel, haceme un lugarcito que me quieren adentro.
-Que te monte ella.
-Eso, vení subite.
Y allá voy yo, arriba de Juan y su cañón.
Me senté sobre esa pija despacio, tratando de que se moje y corra suave pero lo mismo me hizo temblar… no de dolor, la excitación era muy grande y yo estaba bien dilatada y lubricada, me hizo temblar el sentirme tan llena, todo estaba ocupado, me parecía ver en mi vientre el bulto de su cabezota, ni bien sentí que tocó mi fondo acabé con un grito y me arqueé primero hacia atrás para derrumbarme sobre el pecho de Juan que me abrazó y empezó a besarme y a bombear dentro mio, suave pero firme.
Así yo pegada al pecho de Juan, mi culito a disposición de Manuel que no perdió el tiempo y con los dedos bien ensalivados me dilató y se acomodó arriba para cojer mi culito.
-No, esperá que salga Juan -dije.
-Yo creo que no, que mejor si estamos los dos adentro, sino es como si estuvieras con uno solo y cojer con dos es cojer con dos, no con uno primero y otro después.
-En eso tiene razón -dice Juan.
Antes de que la pija de Manuel me toque el culito, la sola idea de tener semejante pijota en mi conchita y además otra en el culo me excitó de tal manera que tuve un orgasmo tan largo que ni sentí a Manuel entrar a mi culo. Cuando tomé conciencia nuevamente nos estábamos moviendo los tres al mismo ritmo, sentía las dos pijas entrar y salir, las cuatro manos por todo mi cuerpo, las respiraciones agitadas… volví a acabar.
-Te animas a cambiar? -dice Juan sofrenando el ritmo.
-Vos en mi culito? Sos muy grande, me lo vas a romper.
-Tengo lubricante… y por otro lado con lo que llevamos no vamos a durar mucho… un mete y saca rápido y acabamos los dos.
-Los tres querrás decir, porque la muñeca no se queda atrás.
-Jajajaj- nos reimos los tres y nos separamos despacio, yo tengo miedo de que la pija de Juan me de vuelta como a un guante.
Me siento sobre Manuel que entra fácil después del ejercicio con Juan y este me pone una buena cantidad de lubricante y con los dedos me abre el culo más de lo que había hecho Manuel. Yo me muevo despacio sobre Manuel con miedo por lo que está por venir pero como no se apuran me excito de nuevo y me aflojo. Entonces Juan aprovecha y apoya mi culito… se va abriendo de a poco y siento que entra un mundo por él… me abre los cachetes con las manos y empuja otro poco…
-Dejame entrar nena… la cabeza ya está… empujá vos… así… vamos… vamos… aflojá… ahora…-y empujó todo hasta el fondo. Sentí que me desmayaba, un dolor como si nunca lo hubiera hecho… después se aflojaron mis piernas y claro también mi culo… empieza el pone y saca, suave… está todo lubricado y me excito… me olvido del dolor… por un momento pienso en Pablo… tomamos ritmo… entran…salen…entran…salen….Aaaahhhhh!!
-Voy!
-Y yo!
Con lo chorros de ellos dentro mio voy yo también!
-Hijos de puta… que cojida que se mandaron! -grita Pedro golpeando el volante.
-Nos olvidamos de Pedro -dije mientras trataba de recuperar la respiración.
-A Pedro no le importa… le gusta mirar… y ahora en un par de kilómetros se baja Juan, yo agarro el volante y lo cojes a Pedro.
Se bajó Juan, Manuel tomó el volante y yo cojí con Pedro, no gran cosa después de lo anterior pero él estaba tan caliente que lo gozó un montón y yo… y yo también…

Tardé varios años en contarle esto a Pablo, estaba planeando un viaje al África y ahí se lo conté, en África tampoco hay buenos transportes y mucho hay que hacerlo a dedo por lo que me pareció que tenía que saber lo que había pasado…

Otro día les cuento el viaje por África…

Laura

El bus de vuelta a casa, y un trio inesperado

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Sara se introdujo con sus amigas en el bus nocturno como puedo. El vehículo estaba lleno a rebosar en aquellas paradas cercanas a la zona de marcha de la ciudad.

A sus 30 años, había salido con varias amigas de marcha y volvían a sus casas tras una noche loca de fiesta. La joven lucía un vestido corto de verano color coral, muy ceñito y con escote en forma de uve. Sus largas piernas resaltaban, así como su culito redondito marcado por aquella prenda.

El grupo de amigas se percató en seguida de los comentarios de los chicos que poblaban el bus dirigidos hacia ellas. Los ignoraron, y pronto Sara se quedó sola cuando sus amigas se fueron.

El Autobús no estaba tan ello pero seguía sin haber sitio para sentarse.

De repente, notó que alguien le tocó el culo. Aquella noche, más de una vez se lo habían rozado, pero aquello era más un agarre a propósito que algo al azar. Se giró, y una chica rubia con un vestido azul le devolvió la mirada, levantando una ceja e inclinando la barbilla hacia un chico cercano. Sara se dispuso a decirle algo, cuando otra vez notó algo en el culo.

El bus se paró, y entró más gente, quedando la joven apretada entre los pasajeros. En frente tenía a un desconocido que debía de acercarse a los 40 años. Éste le sonrió, y ella desvió la mirada hacia otro lado. El bus se paró, y del ímpetu chocó contra el hombre. Sus amigas se despidieron sin poder llegar hasta donde estaba para darle un beso, y el trayecto continuó.

El desconocido no había hecho por apartarse y seguía pegado a ella. Sara no podía maniobrar hacia los lados o atrás, ya que estaba igualmente encajada.

De repente, notó como alguien le había metido la mano por debajo del vestido y le apretaba la nalga derecha. Se giró como pudo, pero no pudo descifrar quién había sido. El hombre que había tenido antes de frente, se apoyó sobre su culo. La chica pudo notar como el tío se rozaba al ritmo de los vaivenes del autobús. Aquel hombre debía de estar muy excitado, ya que notaba algo muy duro a la altura de su paquete.

El hombre, confiado, le agarró el culo. Ella le rechazó, pero él volvió a la carga insistentemente.
Aquella situación estaba empezando a pasar del agobio a la excitación. Sara rechazaba su mano con cada vez menos ímpetu. En la siguiente parada un asiento quedó libre, y ella, sin pensarlo, se lanzó a sentarse en él.

El hombre la miraba sonriente, y ella decidió concentrarse en el móvil.

Notó un contacto en la pierna y levantó la mirada furiosa hacia el hombre. Para sorpresa suya, éste la miraba sonriente con sus manos claramente visibles. Se giró hacia un lado y pudo comprobar que tenía una fina mano posada suavemente sobre su pierna desnuda. La mano no pertenecía a otra persona sino que a la chica rubia con el vestido azul de antes. Su pelo liso caía hacia un lado y sus rasgos inocentes la sonreían en ese momento. Sara estaba desconcertada. La chica se inclinó hacia ella y le dijo:

-          No te asustes. Hola, me llamo Clara.

Le dio dos besos y Sara apenas los lanzó al aire.

-          No me digas que en el fondo no te han gustado un poco los roces de antes.

-          Yo… – Sara se interrumpió cuando Clara desplazó la mano hasta su rodilla. – Verás, no sé si entiendo lo que está pasando.

-          Ja, ja, ja – Clara la miró con picardía. Su pulgar le acariciaba con delicadeza en el punto exacto con el que poner más nerviosa a Sara. – Es muy fácil. ¿Cómo te llamas?

-          Sara.

-          Pues verás Sara. Aquí casi todos van con una copa de más, y a los que veas solos, seguramente se habrán quedado con ganas de pillar cacho esta noche.

-          Sí, pero, ¿y tú?

-          Yo… ja, ja, ja. ¡Yo también! Seguro que todo esto te ha excitado.

-          Uff, no me puedo creer que esté teniendo esta conversación.

-          Bueno, no te pongas nerviosa. Mira lo que voy a hacer. Si te gusta lo que ves, luego te toca a ti.

Clara se levantó, y colocó delante de su nueva amiga. Su precioso torso estaba muy estirado, y más de uno en el bus se la quedó mirando; la chica estaba muy delgada, pero exhibía unos pechos grandes en comparación del resto del cuerpo.  “Operada”, pensó Sara.
Clara echó una ojeada atrás y pudo ver como el hombre mayor que antes había acosado a Sara estaba justo detrás de ella. Clara se inclinó un poco hacia atrás e hizo contacto con su culo contra el paquete del hombre.

Éste miró a Sara, y sonriendo apoyó ambas manos en las caderas de la chica. Se apretó contra aquel culito respingón, y Clara empezó a contonearse ligeramente hacia arriba y hacia abajo.

El desconocido bajó sus manos y apretó las nalgas de su nueva amiga. La escena era cada vez más caliente y justo cuando el tío ya estaba subiéndole la parte baja del vestido desvelando casi sus braguitas, Clara se retiró y se sentó.

-          ¡Vega, te toca!

Sara, sin saber muy bien qué hacía, se levantó. Miró a Clara, y antes de que tuviera tiempo de darse la vuelta, el desconocido se le echó encima. Pegó su cuerpo de frente contra el suyo.

Ella no se movió, pero notó la excitación de él pegada dura contra su vientre. Miró a Clara, y ésta le levantó un pulgar en signo de aprobación. El hombre le besó el cuello sin prisas, hasta llegar a sus labios. Al principio le rechazó, pero al final él terminó abriéndose paso dentro de su boca con su lengua. Los besos eran pasionales, y Sara se dio cuenta que estaba muy excitada. Contoneó su cadera al ritmo con en el que el desconocido movía la suya.

-          Soy Sara, ¿Cómo te llamas? – consiguió articular.

-          Delfín. Estás muy buena Sara.

El hombre subió sus manos hasta agarrar las tetas de la chica. Las juntó, las estrujó y las manoseó ante la atenta mirada de Clara.

-          Te follaría aquí mismo Sara.  – Delfín metió su mano bajo el vestido y empezó a masturbarla por encima el tanga.

-          Ufffff – dijo acalorada.

El autobús se detuvo en una parada.

-          Me bajó aquí. ¿Venís? – dijo Clara al pasar por delante de ellos.

Sin pensárselo, Sara la siguió, y con un bulto en el pantalón, también lo hizo Delfín.

Una vez fuera del autobús, Delfín y Clara se presentaron, y todos se encaminaron al piso de esta.

En el ascensor, la tranquilidad del paseo desde la parada del bus se rompió. Clara cogió a Sara de las caderas de frente y Delfín se pegó a su espalda. Volvió a sentir lo que sería el pene erecto del hombre en su culo.  El hombre le acariciaba los brazos y besaba el cuello mientras que se frotaba contra su culo. La rubia empezó a besarla con mucho morbo.

Entraron en la casa y mientras Clara iba a dejar las llaves y el bolso, Delfín atacó a Sara: la agarró por la cintura, la atrajo hacia sí, y la besó con fiereza. El impulso hizo que poco a poco aquella pasión derivara en que Sara acabara pegada a una pared mientras el lotazo continuaba. Las manos de él subieron desde la cadera a la cintura, y desde allí a los laterales de los pequeños pero bellos pechos de la chica. Estos se juntaron en el escote de su vestido de verano y Delfín hundió su cabeza entre ellos chupando sin parar.

-          Vaya nervios que me has hecho pasar en el autobús – le dijo Sara mientras le palpaba e paquete.

-          Pues ahora te los voy a quitar.

Delfín se empezó a bajar los pantalones y los apartó a un lado.

-          ¿No me esperáis? – dijo Clara con falsa indignación.

-          Sírvete tú misma – le contestó Sara.

Clara se acercó al chico, le bajó los calzoncillos y le agarró el pene. Le besó, y mientras lo hacía se la meneó un poco. La chica se agachó, y su sitio fue reemplazado rápidamente por Sara, quien continuó besándose con él.

La rubia se dedicó a dar lametones a aquella polla volviendo loco a su porteador.

-          ¿Por qué no chupas tú también? – le dijo el chico a Sara.

Ella le sonrió, se arrodilló junto a su amiga, la cual no paraba de chupar con la lengua. Sara se pegó más, y chupó los testículos del hombre, quien tenía en esos momentos los ojos en blanco de puro placer. Cada una empezó a chupar aquel falo por un lado, chocando más de una vez sus respectivas lenguas. Sara rompió aquel combate y  agarrando el pene por la base, se lo metió en la boca. Aplicó una lenta felación mientras que su amiga chupaba los huecos libres que encontraba.  Clara buscó con su lengua la de la otra chica, y ambas acabaron morreándose intercambiando lametones con el pene del chico. Finalmente la rubia se puso a mamar a toda velocidad mientras Sara le chupaba los pezones a Delfín.

-          Yo también quiero que me lo coman – dijo Clara.- Sara, desnúdame…

La aludida obedeció, y le quitó el vestidito azul. Delfín se ocupó del sujetador y dejó al aire unas preciosas y buenas tetas operadas. Sara empezó a bajarle las braguitas, y de repente se quedó quieta dando un gritito.

Ante ella, a medio salir, nacía un pene donde debiera de haber estado un coño en el cuerpo de Clara.

-          Qué… pero…. ¿Tú lo sabías? – preguntó a Delfín.

-          Me lo imaginaba…

-          ¿Y por qué no me dijiste nada?

-          A mí me da morbo, pensaba que tú también lo sabías.

-          Pues…

-          Bueno, ya tendréis tiempo de pensarlo. ¿Me la vais a chupar, o no?

Delfín agarró aquel pene, tan extraño en ese cuerpo tan femenino y se lo ofreció a Sara.

-          Las damas primero – dijo sonriente.

Sara lo agarró, y sin pensárselo mucho más, se lo metió en la boca. Delfín se masturbaba contemplando la escena.

-          ¿Y tú, no quieres probar?

Delfín, curioso, agarró el pene. Era la primera vez que lo hacía en su vida, y se notó extraño sosteniendo uno que no fuera el suyo. Lo notaba duro y pesado, pero a la vez suave en su mano.

-          Vamos, sin miedo.

El chico se lo acercó a la boca, y se lo introdujo lentamente en su interior. Fue muy extraño, como comer una salchicha pero con cuidado.

-          Así, muy bien, lo haces muy bien.

Sara le cogió la cabeza y empezó a movérsela más rápido, empujando con sus manos.

-          ¿Ahora entiendes lo que sentimos las chicas? Ja, ja, ja.

-          Me vengaré – dijo tras sacársela de la boca – te voy a hacer gritar como una perra.

-          Seguro que sí, y a mí también. Sara, arrodíllate aquí…

La chica obedeció, y Delfín y él se pusieron frente a ella.

Sara agarró ambos penes y empezó a masturbarlos en perfecta sincronización. Se metió el pene de Clara en la boca y lo mamó como una profesional. Cambió rápido al de Delfín, provocando un gemido por su parte.

La chica se con ahínco esforzaba en satisfacer a las otras dos personas.

Delfín se separó y colocó su cabeza entre las piernas de Sara. Tras un gemido de ésta, Clara supo en seguida que la lengua del hombre había entrado en funcionamiento de nuevo.

-          Para un poco, que se desconcentra – se quejó Clara.

-          Sí, le voy a dar esto, que le gustará más. – respondió el aludido con una sonrisa maliciosa mientras se agarraba el pene.

-          Vamos al dormitorio – dijo la dueña de la casa.

Una vez los tres en la cama, Delfín ayudó a colocarse  a Sara a cuatro patas. El hombre agarró aquel suave y terso culito y se pegó a él. Su polla rozó una zona extremadamente caliente y pringosa y empujó con la cadera. Sintió como hizo diana y poco a poco su pene se fue introduciendo en la vagina de la joven.

Sara se mordía los labios y miraba para atrás hasta que algo le golpeó en la cara. Sonrió a Clara, y agarró su pene llevándolo hasta la boca.

Se la mamó al mismo ritmo al que Delfín la estaba follando mientras Clara le acariciaba el pelo con cariño.

Delfín aceleró el ritmo y Sara tuvo que dejar de chupar.

-          Ahora me toca a mí, y te pienso follar bien duro.

Cuando el hombre paró, Clara ocupó su lugar. Se la metió muy lentamente, e inició un pausado mete-saca que la volvió loca. Delfín le chupaba las tetas al shemale mientras ésta le masturbaba.

Clara aumentó el ritmo y empezó a follar más rápido incluso que quien antes ocupaba su puesto. Desde su posición, al ver aquel cuerpo tan femenino, parecía más que estuviera cabalgando que no lo que estaba sucediendo.

Sara miró hacia atrás y pudo ver a Delfín de pies sobre la cama y a Clara chupándosela a buen ritmo. Había que reconocer que tenía buena coordinación.  Tenía que reconocer que en aquellos momentos Clara le estaba haciendo disfrutar más de lo que lo hizo Delfín.

-          Vamos a hacer una cosa – dijo Clara parando el ritmo del momento – Túmbate de lado Delfín, luego yo, y la última Sara. Así muy bien – dijo tras estar los tres colocados.

-          ¿Y ahora? – preguntó el hombre.

-          Ahora haremos una escalera de mamadas.

Todos entendieron la idea al momento y pronto Clara se la chupó a Delfín y Sara a Clara.  El hombre movía sus manos de las tetas de Clara hasta la cabeza de Sara disfrutando como un gorrino.

-          Pobre Sara, ahora mismo es la única que no está disfrutando.

-          No te creas, a mí me pone esto.

-          Ja, ja, ja. ¿Sí? Pues a ver si te pone esto – Clara se puso con el culo en pompa. – ¡Chupa!

Sin dudarlo, Sara obedeció y metió la cabeza entre aquellas nalgas. Encontró el ano y lo lamió tímidamente.

-          Más, más.

La chica sintió un frescor en su culo cuando su amiga profundizó más.

-          Eso es, así. Déjamelo bien preparadito… que quiero que aquí el amigo me la meta.

Clara se levantó y empujó a Delfín para que quedara tumbado.

-          ¡Fóllame el culo!

El shemale se encaramó, de espaldas, sobre el hombre. Con cuidado, introdujo el pene de éste en su culo. La chica empezó a cabalgar lentamente.

Sara observó cómo aquel pene tan extraño en ese cuerpo se movía como una rama mecida por el viento. Decidida, agarró aquella polla aún en erección y la masturbó.

-          Joder Clara, ¡qué culo tan apretado tienes!

-          Sí, mmmm, ¡rómpemelo!

El hombre aumentó el ritmo y Sara besó a Clara. Chupó sus tetas disfrutando de la escena, y tras volver a agarrarle el pene, lo dirigió hacia su boca. Era una locura chuparlo, porque el movimiento dificultaba las cosas.

-          Ufff, qué bueno. Ahora tú.

-          ¡Pero no por el mismo sitio!

Los tres rieron y Sara ocupó el puesto de Clara. Estaba muy excitada, y tras meterse el pene de delfín, empezó a cabalgarle rápidamente. Clara la masturbaba, la chupaba y mordisqueaba sus tetita y la besaba con mucha lujuria. En un momento dado, del ímpetu de la cabalgada, el pene de Delfín se salió, y antes de reenganchar, Clara lo agarró y lo chupó a toda velocidad. Las manos del hombre le estrujaron las tetitas con devoción.

-          Venga, no me dejéis así.

-          ¡Claro que no!

Delfín se levantó, y colocó a Sara tumbada boca arriba en la cama.

-          ¡Te voy a follar hasta que te corras!

Agarró su pene, se la metió de un empujón y empezó a follarla como si fuera el último polvo de su vida. Ella gritaba, y pronto sintió un cosquilleo que terminó en un gran orgasmo. Ella se dejó caer con la respiración entrecortada hacia un lado.

-          ¿Qué te parece sin nos corremos en su cara? – Preguntó Clara.

-          Ahora mismo creo que se dejaría hacer cualquier cosa.

Ayudaron a Sara a sentarse contra el cabecero de la cama y ambos se masturbaron en frente suya. De vez en cuando Sara les daba alguna chupadita.

El primero en correrse fue Delfín. Se masturbaba a toda velocidad y un gran chorro salió con fuerza impactando en la barbilla de la chica y salpicando a Clara. El resto se derramó sobre sus pechos. Clara se masturbaba más lentamente, y tras un gemido profundo, un hilo espeso de semen se derramó hacia abajo cayendo sobre los labios de la chica; un segundo sobre sus mejillas y el resto sobre su barbilla.

Los tres descansaron durante unos minutos, después se fueron a duchar por turnos.

Una vez todos vestidos, Sara le dijo a Clara:

-          Cualquiera diría lo que escondes.

-          ¡Gracias! Ji, ji, ji –respondió de forma coqueta.

Se despidieron, y cada uno se dirigió a su casa, con la promesa en los labios de volver a encontrarse otro día.

Una curiosa cena entre amigos

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Bueno os contare lo que pasó la noche que fuimos invitados a cenar en casa de Ana y Mario su esposo después de la fiesta de disfraces.

Mi mujer se vistió muy hermosa esa noche, como siempre, con una falda semitransparente corta, una blusa transparente con la espalda abierta a juego que dejaba entrever parte de sus pechos y el sujetador blanco de encaje que llevaba por debajo de encaje y un zapato de tacón alto. Le quedaba muy sexy todo.

Cuando íbamos en el coche se me ocurrió un juego para Vero, debía estar esa noche sin tanguita. Se lo dije y accedió a quitárselas. Se subió un poco la falda y se quitó la tanga que llevaba puesta y me la metió en el bolsillo de la chaqueta.

Pude echar un vistazo rápido a su lindo y hermoso coñito que durante unos segundos quedó a la vista y comencé a excitarme.

Llegamos a la casa y nuestros amigos nos estaban esperando con la mesa servida. Ana estaba preciosa, tiene algo que siempre me ha atraído aunque sea completamente lo contrario de mi mujer. No tiene grandes tetas pero sí un bonito culito. Es muy simpática y sus tetitas están siempre mirando hacia arriba.

Nos dimos los correspondientes besos y nos dispusimos a cenar.

Durante la cena no pasó nada, excepto que el vinito empezó a hacer efecto, se notaba en las risas de Vero y Ana. Yo estaba más caliente que un volcán pensando en que mi mujercita no llevaba puesta su tanguita y estaba loco por terminar la cena y ver lo que presentaba la noche.

Después de cenar seguimos tomando unas copas y el nivel de alcohol por ese entonces era muy elevado en los cuatro.

Ana me pidió fuego y le dije que buscara en los bolsillos de la chaqueta y aquello fue el origen de todo.

Al buscar encontró la tanga que se había quitado Vero y cuando la sacó sosteniéndola con dos dedos, tanto mi mujer como yo nos quedamos algo cortados y no sabíamos qué decir.

Ella, pícara, me increpó y me preguntó si era un trofeo de guerra a lo que Vero contestó que era de ella.

Ana entonces dijo que lo suponía y por qué no las llevaba puestas. Como mi mujer le dijo que las llevaba de repuesto su amiga rápidamente se le acercó y levantándole la corta falda que tenía puesta la dejo al descubierto de que no llevaba nada y nos reímos.

Le preguntó a Vero si toda la cena había estado sin ellas y al asentir con la cabeza, dijo que ella no quería estar en desventaja y procedió a levantarse su falda y quitarse también sus braguitas.

No pude ver nada pero esa imagen quedó grabada en mí para siempre.

Aquello no podía ser verdad.

Mario el hombre de Ana y yo nos miramos mutuamente. Nadie dijo nada hasta que nuestro amigo dirigiéndose a su esposa medio en broma le pidió que, ya que se había sacado la braguita se quitará también el corpiño y provocaba realmente a todos, como lo hacía con él cuando estaban solos.

Claro –contestó ella- y ustedes mientras siguen mirando. Solo me quitaré la ropa si todos lo hacemos.

Al oír aquello mi mente comenzó a funcionar a mil por hora, tenía que sacar provecho de la situación y con voz pausada me dirigí a los tres:

-Les propongo un juego, dije, un juego de cartas. El que tenga la más alta le quita una prenda al que tenga la carta más baja.

Hubo un pequeño silencio, Vero me miraba con sonrisa cómplice y nuestros amigos cruzaron sus miradas.

Nos sentamos en el sofá. Las chicas estaban muy excitadas y además tenían pocas prendas y vero no llevaba el tanga, como ya sabemos, y en igual de condiciones estaba Ana.

En menos de cinco minutos Ana había perdido los zapatos y la blusa, fue una delicia para mí desabotonársela. Lo hice lentamente y mis torpes dedos hacían que aquello durara más de la cuenta.

Mario estaba con el torso desnudo, pero conservaba los pantalones. Yo en cambio solo tenía puestos los bóxer.

Hasta ese momento todo había ido bien, nos habíamos reído y disfrutado del momento.

Ana volvió a perder a manos mías, le dije que se pusiera de pie, quería que fuera toda una ceremonia.

Me puse detrás de ella y le desabroché el cierre del corpiño. Antes de soltárselo le pedí que juntara los brazos al cuerpo para evitar que cayera al piso. Con ambas manos sujeté el corpiño por encima de las tetas. Nadie dijo nada en contra, por lo que me recreé con ello. Después de unos segundos de manoseo le pedí que pusiera sus manos detrás de la cabeza. Esto siempre lo hago con Vero para que sus tetas se muestren desafiantes ante mí. Una vez que tuvo sus manos detrás de la cabeza separé las mías de sus pechos y el corpiño las acompañó en el movimiento, mostrando ante mí ese par de tetas que tanto miraba.

Sus pezones estaban duros como rocas y miraban hacia arriba, desafiantes.

Ana bajó los brazos y nos sentamos. Cuando lo hice pude comprobar como mi verga había reaccionado y tenía una gran erección. Aunque era un poco embarazoso no me preocupé por ello, es más me gustó mostrarme así delante de las mujeres, sobre todo de Ana.

Mario por su parte pareció no darle importancia a que yo le hubiera sobado las tetas a su mujer, aunque fuera por arriba del corpiño y Vero seguía con esa sonrisa mezcla de excitación y complicidad.

La siguiente mano la perdí yo y ganó mi mujer. Hubiera preferido que fuera Ana, pero bueno que le vamos hacer, me levanté y me puse a su lado. Ella sin levantarse y sin cortarse lo más mínimo tiro de mi bóxer hacia abajo y mi pija saltó delante de su cara. Inmediatamente mi mujer se la llevó a la boca, le dio un par de lengüetazos, me tocó los huevos y me dijo que tenía bastante por ahora.

Mi verga parecía que iba a reventar. Cuando me dirigía a mi sitio comprobé que los ojos de Ana estaban posados en ella. Aquello me gustó. Miré a Mario que estaba embobado con Vero y aquella fue la ocasión propicia para mis planes y decidí jugármela.

-Con tu permiso, le dije a Mario y me puse al lado de Ana.

Mi polla quedaba a la altura de su cabeza, ella giró y no lo dudó, agarró mi erecta polla con una mano y empezó a acariciarla. Era genial, Vero y Mario miraban la escena perplejos y excitados, sin decir nada.

Ana entonces la agarró firmemente y la dirigió a su boca. Aquello fue maravilloso, la dejé que fuera ella quien marcara el ritmo. Lo hacía muy bien.

Entonces se me ocurrió otra idea. Le hice un gesto a mi mujer para que se acercara y mientras Ana continuaba con su mamada la coloqué a mi mujer de espaldas, frente a Mario. La fui desnudando lentamente quitándole las pocas prendas que le quedaban. Cuando le enseñe sus tetas a nuestro amigo éste no aguantó más y sacando su verga comenzó a masturbarse delante de nosotros.

Ana seguía chupando magistralmente. Vero que estaba muy excitada también se dejaba hacer.

Estaba a punto de correrme y decidí que era el momento de conocer un poco más la anatomía de Ana así que la hice ponerse de pie y le quité su falda. Al caerse al suelo me mostró su preciosa conchita y yo ya no daba más.

No quería dejar pasar el tiempo y la puse contra el sillón donde apoyó sus manos en uno de los lados. Me ofreció su nidito y se la metí de un solo empujón. Empezó a gemir y rompió el silencio. Vi como Mario dejó de prestar atención a Vero y miraba como yo me cogía a su mujer, así que decidí darle algo más a él también. Desnudé por completo a Vero y su maravillo cuerpo comenzó a atraerlo nuevamente. Completamente excitado se acercó a ella, quien se puso de rodillas delante suyo y empezó a mamársela como solo ella sabe hacerlo.

Mientras yo no me podía aguantar más y creo que Ana se había corrido ya, pero me daba igual y eyaculé dentro de su húmedo y empapado coñito y permanecí dentro moviéndome despacio y disfrutando del momento. Veía aquél culo que por fin era mío y no lo podía creer.

Entonces volví a la realidad. No me había fijado que Mario se estaba divirtiendo con Vero. Cuando lo vi detrás de ella clavándosela hasta el fondo me dieron ganas de agarrarla muy fuerte y ayudar a Mario en su dulce tarea, pero aquella imagen hizo que mi pija volviera a reaccionar y no lo dudé. La saqué del coñito de Ana y sin tiempo a dejarla reaccionar se la metí directamente en el culito, sin preámbulos.

Sin duda era virgen por aquel agujero y costó que entrara, pero entró y se abrió camino por aquel angosto canal hasta que sus gritos de dolor se convirtieron en gritos de placer.

Entonces empecé a darle azotes en el culo con la palma de mi mano y aquello pareció excitarla más. Empezó a decir groserías que solo conseguían que mi polla la penetrara más salvajemente, aunque sin duda era lo que ella estaba buscando.

Me olvidé por completo de Vero y Mario aunque por ratos podía ver como Vero gemía y suspiraba de placer y me dediqué a follarme de todas las maneras posibles a mi amiga Ana. Probamos todas las posturas que ella y yo conocíamos y terminamos en la cocina del dúplex con ella tumbada sobre la mesa y chorreando semen por el culo.

Aquella noche cuando nos despedimos prometimos cenar más seguido juntos, ya iré contando más de nuestras vidas, un beso a todos los lectores y no olviden comentar, muchas gracias.

Mi santurrona prima francesa

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Os voy a relatar una historia que me sucedió hace bastante años y que me dejó marcado de por vida.
En verano del 2000, contaba yo con 18 años recién cumplidos. Eran vacaciones  de verano y acordé con mis padres en pasar con ellos una semana y media en la torre que tenemos en la costa.
De pequeño, siempre me lo había pasado bien durante las semanas que pasaba allí, pero desde hacía dos o tres años, ya no me divertía tanto, pues algunos amigos de la urbanización o bien ya no iban por allí,  o directamente se habían vuelto gilipollas.
El caso es que quería quedarme las vacaciones en mi residencia habitual, pero al final claudiqué, y acompañé a mis padres durante aquella pesada semana y media.
Como ya no tenía con quien juntarme, decidí reservar esos diez malditos días a no hacer nada. Simplemente me dedicaría a comer, leer, dormir, y posiblemente, dar algún que otro paseo en solitario por la playa.

Ya andaba en mi tercer día de reposo, cuando mi padre me advirtió que vendrían a pasar unos días con nosotros unos familiares franceses, que para más inri, hacía mucho tiempo que no los veía.
Tenía algún vago recuerdo sobre aquellos extraños parientes. Creo que era una prima segunda por parte de madre, y sobretodo, recuerdo que eran algo beatillos, motivo por el cual, mi padre me recordó que no soltara ningún taco delante de ellos.

La prima de mi madre, estaba casada con un sacerdote anglicano (creo que se dice así), ya sabéis, de esos que pueden contraer matrimonio e incluso tener hijos.
En esta ocasión, se trataba de una hija, única, que tenía la misma edad que yo.
Este, en fin, era el único detalle que me mantenía en vilo de aquella inoportuna visita, por lo menos ver como había crecido aquella chica, que creía que iba para monja.
En apenas dos días, se presentaron allí aquellos familiares, yo les esperaba en el comedor. Primero le di la mano al cura, luego besé tres veces (como es la tradición en Francia) a la prima de mi madre, y por último, besé también tres veces a la hija.

La verdad es que la “primita” (permitidme que le llame así) me sorprendió bastante. Reunía todas las cualidades de las que se podía esperar de una francesa de 18 años.
Buen cuerpo, aunque no dejaba mucho a la imaginación, anchos labios, algo de pecas por los mofletes que daban un aspecto algo travieso a su conjunto facial. Todo eso mezclado con el sensual acento francés, Bonjour mon cousin..tout ça va…y cosas por el estilo, hacían de ella una chica muy, muy apetecible.

Sin embargo, yo ya sabía que no tendría nada que hacer con ella, pues durante la comida, los franceses se encargaron de ponernos al día en cuanto a su vida y obra.
Me interesé especialmente por ella, y pude deducir, que justamente esta año había dejado el internado de señoritas en el cual había estado recluida toda su niñez y adolescencia, y que el año que viene iría a la universidad a estudiar no se qué chorri-carrera.
Pongo esto en boca de sus padres, porque es la verdad, ella apenas hablaba, solamente para afirmar o para comentar algo en voz baja a su mama.

Una vez concluida la comida, me dirigí hacia la buhardilla ubicada en el tercer piso, al lado del solarium. Allí es donde de pequeño me solía masturbar, y decidí recuperar aquella vieja costumbre, pues los parientes lejanos se habían apropiado de mi habitación, y yo tendría que dormir durante los días de su visita en el sofá del comedor.
Como decía antes, me escabullí de la hora del café de los mayores y me dirigí a mi íntimo palacio, donde le dediqué una gloriosa masturbación con una buena corrida a mi prima lejana.

Por la tarde, prácticamente me obligaron a dar una vuelta con mis padres y los franceses. No exagero si os cuento que fue una de las tardes más aburridas que he pasado en mi vida.

La verdad, es que el curilla cada vez me caía peor, amen de la santurrona de su madre.

Por la mirada de la chica, yo diría que no era como ellos. Notaba cierto brillo en sus ojos que denotaban algo de amargura en su recluida vida, además de ciertos gestos faciales despectivos cuando tenía la palabra su padre.
Yo quería conocer más a aquella chica. Quería sacarle eso que tenía dentro, y ya no simplemente por tener alguna aventura sexual con ella, si no por el hecho de entretenerme con algo o con alguien.

Durante la cena y la noche, no pasó gran cosa, estuvimos en casa y charlamos algo hasta que poco a poco todos nos fuimos a la cama y yo al sofá. Los acontecimientos pasaron al día siguiente.

Aquella mañana me desperté pronto, pero no tenía ganas de hacer nada, así que me hice el dormido.
Sobre el mediodía, bajé a la cocina a desayunar y noté la ausencia de las dos mujeres de la casa, que habían salido a desayunar.
Busqué a la reina de la casa, pero no la vi, que extraño. De todas formas, decidí subir a la buhardilla a fumarme un cigarrillo a escondidas, y quien sabe, si a quitarme la excitación matinal.
El hecho, es que me dirigí hacia el solarium, y cual es mi sorpresa, cuando veo allí a la mademoiselle.

Estaba apoyada en la barandilla, contemplando el mar, se dio la vuelta, me sonrió y me dedicó un cariñoso y meloso bonjour que le respondí. Durante un instante hubo un silencio criminal, hasta que le pregunté algo (no me acuerdo, estaba algo nervioso), y comenzamos a entablar conversación, en francés, puesto que ella sabía poco de castellano, y yo, por suerte tenia nociones de la lengua gala gracias al colegio.

Durante unos cinco minutos, estuvimos charlando sobre temas banales. No me decidía a sacar mis cigarrillos, pues me daba algo de corte delante de ella, pero cual fue mi sorpresa cuando fue mi prima la que se adelantó y sacó de su bolsillo un paquete de cigarrillos.
Me ofreció uno, no obstante, lo rehusé y me encendí uno de los míos.
Ella adivinó por mis gestos que estaba sorprendido por el hecho de que ella fumara.
En pocas palabras, me vino a decir que llevaba fumando desde hace más de cinco años, y que…no era tan  beatona como a primera vista podía parecer.
Poco a poco, incluso llegamos a intimar y me confesó que estaba deseando comenzar este curso universitario para el siguiente año poder pedir plaza en una universidad de otro país y poder independizarse de sus beatos padres.
También, confirmó mis sospechas y reconoció secamente que sus padres la tenían secuestrada desde hacía bastantes años, que la obligaban a ir a aquel colegio de monjas…aunque no todo había sido tan malo en aquel internado.

Justo cuando se ponía mas interesante la conversación, apareció el aguafiestas de mi padre para decirnos que teníamos que bajar a comer.
Nos pilló fumando, aunque él ya sabia que yo fumaba, más que nada, me escondía de mi madre, pero mi padre se quedó al igual que yo, algo sorprendido por el hecho de que aquella supuesta santurrona fumara como un vulgar carretero.

Durante la comida, apenas sucedió nada interesante, pero por la tarde al igual que la anterior, me secuestraron para acompañar a toda la familia a ver unas ruinas romanas que se encuentran cerca de la urbanización.
Aproveché la oportunidad y entablé algo de conversación con ma jeune femme, hecho que noté que ella agradeció mucho, pues mas tarde me comentó que a ella las ruinas le importaban poco más que a mi.
Durante la visita, mi prima me golpeó con el codo para indicarme a escondidas algo. Era un graffiti de la época donde se podía apreciar un pene bastante grotesco de tamaño.
Más que nada, me gustó la cara de niña traviesa con que me miró cuando me señaló aquel enorme falo.
Yo había estudiado latín en el colegio y le comenté que los romanos tenían una vida sexual muy fructífera, a lo que ella me respondió con un insinuante…”ellos si que sabían vivir…”

Después de la cultural visita, nos dirigimos otra vez hacia casa a cenar y a pasar de forma aburrida y santurrona lo que quedaba de noche.

O eso es lo que me imaginaba.

Noté que mi mademoiselle me buscaba con la mirada, cuando la encontré, disimuladamente me hizo un gesto con los dedos como si estuviera fumando.
Capté el mensaje, esperé que ella se escabullera, (dijo que se iba arriba a leer). Poco tiempo más tarde, yo también puse otra excusa y me fugué, aun notando cierto gesto de suspicacia en el rostro de mi padre.

En la oscuridad del solarium, destacaba el punto anaranjado del cigarrillo de la femme fatale. Me ofreció uno, esta vez si que lo acepté.
Hablamos un buen rato, hasta que ella dijo que quería beber algo.
Ese algo, obviamente, denotaba algo alcohólico. Yo le dije que podríamos salir a la calle,  tomar algo en algún bar, pero me contestó que su padre le tenía prohibido salir fuera, y menos conmigo, pues no le gustaba ni un pelo mi pinta.

A propósito, me recordé del mueble-bar de abajo. Rápidamente, construimos un plan y convenimos en bajar y esperar que todos se fueran a dormir para subirnos aquí arriba con el alcohol.

El primer paso, era bajar y esperar a que los mayores se fueran a la cama, cosa que a juzgar por lo ameno de la conversación que tenían, deduje que acabarían pronto.
Y así fue, en apenas media hora la maman anunció que se encontraba algo cansada. Como era natural, su marido le secundó y, ambos, junto con su hija se marcharon a su dormitorio, no sin antes, esta última lanzarme un furtivo guiñó que interpreté como una confirmación de nuestro plan.

Un poco más tarde, mis padres también se fueron a descansar, yo me quedé en el comedor “a ver la tele”.
Cuando hubo transcurrido un tiempo prudencial, me marché otra vez hacia la terraza, punto de reunión.
La chica tardaba algo en subir. Para amenizar la espera, decidí hacerme un joint que lo fui consumiendo muy despacio… tan despacio, que hasta incluso me puse algo nervioso…vendría? Y si así es, ¿Qué haremos? ¿de que hablaremos? ¿Me la acabaría tirando?
A medida que se iba consumiendo mi cigarro, mis nervios iban en aumento. En mi momento cumbre de arrepentimiento, apareció ella.

Nos sentamos y en un instante ya teníamos servidos los dos un buen combinado.

En un principio, hablamos de banalidades, nada importante que destacar, hasta que comenzamos a hablar de nuestra reciente etapa escolar.

Como he dicho antes, mi prima estuvo interna durante gran parte de su adolescencia. Poco a poco, observé que todos los tópicos que yo venía pensando respecto a mi jeunne femme se iban cumpliendo.

En efecto, a medida que íbamos bebiendo, me explicó sus primeras aventuras homosexuales con otras internas. Me acuerdo especialmente, de una, donde por lo visto 6 o 7 chicas comenzaron jugando a inocentes juegos y terminaron en una exquisita bacanal.
A medida que ella explicaba esto, obviamente mi excitación iba en aumento, al igual que la de ella, que poco a poco se notaba en su manera de expresarse y dejar colgadas según que tipos de frases…

En verdad era una situación muy excitante, tal como revelaba el pequeño bañador que llevaba.
Ella se dio cuenta de ello y sonrió. Con la mano realizó un inequívoco gesto.
-quiero que te masturbes-… y así dijo mientras se levantaba la camiseta y dejaba sus magníficos pechos a mi vista.

Instintivamente, saqué mi miembro de la prisión y comencé a masturbarme delante de mi prima, mientras ella jugaba frotándose sus pechos y pellizcándose suavemente los divinos pezones.
Poco tardé yo en eyacular y no dudé en acercarme a ella y echárselo justo delante suyo. Esto pareció que la excitó sobremanera y comenzó a tocarse tímidamente por encima de su pantalón.

Yo quise llegar más lejos y empecé a tocarla, pero ella me rechazó. Me dio un largo beso en la boca y se despidió…Mañana más, me dijo.

Me folle a mis sobrinos brutalmente

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Siempre descreí de los límites que impone el comportamiento social, de los tabúes, de la cosa formal. Soy fundamentalmente una transgresora. Eso sí, nadie lo sabe, más allá de aquellos que comparten mi forma de ser. Tengo la habilidad para simular que soy recatada, sumisa y formal. De otro modo, mi vida sería un infierno. Por esta razón pude construir una familia normal, casada con un respetable ejecutivo y con un hijo de 19 años, Andrés. Que, por supuesto, no salió a mí. Es estructurado como su padre, serio, trabajador y excelente estudiante de Ingeniería. Y nos llevamos estupendamente. Claro, que si le contara mis fantasías, mis reales anhelos o mis aventuras, me odiaría. Igual que mi marido, Alberto. Bueno, en realidad creo que si Alberto conociera mi verdadero yo, nunca se hubiera casado conmigo. O nos hubiéramos divorciado muy rápidamente.

Por suerte, hoy tengo dos cómplices con los que compartir mis ansiedades, mis más íntimos secretos. Parece un sueño que a los treinta y ocho años me haya podido relacionar con ellos. Tienen veintiún años los dos. Matías, mi sobrino carnal, hijo de mi hermana Sandra y Nicolás, hijo del hermano de mi esposo. Son dos soles. Todo comenzó hace tiempo, unos seis años. Me dí cuenta de que me miraban de una forma distinta. No como se mira a una tía, o a alguien de la familia. Claro que a los dieciséis años, ellos se devoraban con los ojos a cualquier hembra que les pasara cerca. Y yo no podía ser la excepción. Mido un metro setenta y cinco, tengo buen cuerpo y, modestamente, llamo la atención, aún sin proponérmelo. Más aún cuando me lo propongo.

El caso es que me gustaba esta situación. En las reuniones de la familia, se las ingeniaban para sentarse frente a mí y bastaba un cruce de piernas para que sus ojos me exploraran toda. Brillantes, lujuriosos. Nadie se daba cuenta salvo yo. Y nunca dije nada, para no cohibirlos. Casi como un juego, comencé a buscar su proximidad, procuraba estar aparte con ellos, conversaba de todos los temas. Se aficionaron a venir a casa, a pesar de no ser precisamente amigos de Andrés. Yo sabía que venían por mí. Y eso me encantaba.

Conforme iba pasando el tiempo y la intimidad entre nosotros crecía, usaba ropa más atrevida cuando estábamos los tres solos. Escotes, faldas cortas, algún camisón insinuante en sus visitas mañaneras. Los tenía pendientes de mi cuerpo.

Recuerdo una mañana en que con la excusa de que les explicara francés, aparecieron en casa cuando Alberto estaba en el trabajo y Andrés en el colegio. Ellos habían faltado a clases a escondidas de sus padres, me confesaron después.

Era junio y hacía un frío de mil demonios. Estaba en la cama cuando sonó el timbre y por el portero eléctrico me dijeron :

– Tía Clara, somos nosotros, Nico y Matías.

– Suban – contesté. La calefacción del departamento es fuerte, y yo había hecho el amor con mi marido la noche anterior, por lo que estaba desnuda. Pensé en ponerme una bata, pero me decidí por la chaqueta del pijama de Alberto. Sería más excitante para ellos. Me llegaba a los comienzos de los muslos, descubriendo todas mis piernas. Les iba a fascinar. Y dejé los dos primeros botones desabrochados, para que pudieran ver algo de las tetas. Sé que les llaman mucho la atención. Tengo 105 de busto…

– ¡Hola! – saludó Nico cuando abrí la puerta, dándome un beso en la mejilla. Matías hizo lo mismo, pero me rozó los pechos ligeramente, como al pasar. Es más atrevido que el primo.

– ¡Que sorpresa! – dije.- ¿Qué hacen por aquí? – aunque ya sabía la verdadera razón.

– Necesitamos que nos expliques francés – la carita inocente de Nico ocultaba sus verdaderas intenciones. Sabía disimular muy bien.

– ¿Desayunaron? – pregunté, sin poder evitar una sonrisa.

– No…- mientras contestaba Matías, los dos se sentaron estratégicamente en el sofá frente a la mesa ratona, con lo cual yo me tendría que sentar en el sillón frente a ellos. Parecían haber estudiado la táctica. Me divertía el juego. Me encaminé a la cocina sintiendo sus miradas sobre mí. Procuré mover las caderas y que los pechos se balancearan al andar. De reojo, vi brillar dos pares de ojos.

– ¿Trajeron los libros? – me incliné delante de ellos al servirles café. Sus ojos se perdían en mi escote. Me entretuve para que pudieran disfrutar del panorama, y luego me senté. Mantuve las rodillas juntas por algún tiempo mientras sorbían el café. Cuando terminaron y me mostraban el libro con las supuestas dudas, fui separándolas lentamente, mientras les aclaraba las dudas. No les pregunté nada sobre el texto, pues estaba segura de que no prestaban atención a eso. Las miradas fijas entre mis dos piernas. Fingí acomodarme y las abrí más aún. Ya debían poder ver los pelitos de mi conchita. Estaban ruborizados, inquietos. Durante más de dos horas les dí un espectáculo que sería inolvidable. El culo, las tetas, la concha, no se perdieron un detalle. Me causaba gracia ver como trataban de disimular los bultos en sus pantalones al levantarse. Finalmente partieron. Yo estaba realmente divertida. Y algo excitada, debo reconocerlo.

Al crecer, se transformaron sus cuerpos a causa de los deportes; los antes flacos y desgarbados adolescentes se convirtieron en dos hermosos hombres, altos y fibrosos, lindos como pocos. Se parecían entre sí. Ambos de cabello oscuro, Matías los ojos claros y Nico pardos, miradas rectas, francas, penetrantes. Piel morena por el sol de todo el año, inclusive en invierno. Pasé a ser yo la que se babeaba mirándolos .

Nuestra relación se fue haciendo más íntima y desinhibida. Tácitamente parecían entender que la cosa quedaba entre los tres, y evitaban todo comentario o situación que pudiera comprometer nuestro secreto. Eso era evidente. Delante de la familia o en las reuniones sociales, los diálogos eran convencionales, normales. Pero cuando estábamos solos la cosa cambiaba, los temas se fueron haciendo más comprometidos, el juego de miradas era explícitamente erótico y no ocultábamos la atracción que ellos sentían por mí ni la que yo experimentaba por ellos.

– Clarita, cada día estás mejor – me susurraba bajito Nicolás, una tarde en la confitería del Club Náutico. Estábamos en el bar. Para variar, Andrés estaba en casa de la novia y Alberto jugaba al tenis con su hermano y mi otro cuñado. Sandra y la madre de Nico estaban en la pileta. – Si no fueras mi tía…

– Sí, ya sé … – dije riendo, mientras los ojos de mis sobrinos se perdían por la abertura del pareo con que cubría mi bikini – …y si ustedes no fueran mis sobrinos, ni te cuento – me encantaba alentar sus fantasías para conmigo –Pero soy su tía, de modo que basta de mirarme las tetas, se van a atragantar…

– Algún día, te podrías apiadar de tus sobrinos y dejarnos verlas…- la mirada pícara de Matías era toda una invitación. No pude resistir la tentación de jugar con sus sentidos.

– Claro, yo caliento el agua, y después las chicas se toman el té…- procuré ponerle a mi sonrisa toda una carga de insinuación.

– Bueno, si te lo tomás vos, mejor…- no pensé que Nico se insinuara tan abiertamente. Era la primera vez. Ya no se trataba sólo de miradas…

Terminamos los cafés y nos reunimos con las mujeres en la piscina. Traté de conversar con ellas, pero no podía concentrarme. Mis sobrinos, además de mirarme, querían cojerme. Eso me tuvo agitada todo el resto de la tarde. Sentía la conchita húmeda y las mejillas ruborizadas. ¡Qué sensación! Esa noche, en la cama con Alberto, la lujuria me desbordaba. Pero por más que él respondió muy bien a mis impulsos, no podía quitarme de la cabeza a mis sobrinos. Imaginaba que me cojían. Los dos, primero por turnos y luego juntos. ¡Por favor! Tuve como cuatro orgasmos seguidos.

Al día siguiente, domingo, salimos todos a navegar en el velero. Mis sobrinos habían completado el curso de náutica y guiaban la nave por solitarios ríos del Delta. Los miraba ir y venir y mi sangre se revolucionaba.

– ¡Lindos sobrinos tengo! – les espeté cuando volvimos, mientras los demás se cambiaban en los vestuarios del club – ¡Seguro que salen a navegar con las chicas y a la tía no la invitaron nunca! – dije, en tono de fingido reproche.

– ¡Cuando quieras, salimos! – se defendió Nico.

– ¡Seguro, no te invitamos antes porque pensamos que no te divertirías! – aseguró Matías.

– ¡O piensan que se aburrirían con una vieja! – seguí el lamento – ¡Claro, seguro las chicas están mejor que yo! – procuraba parecer realmente ofendida.

– No te pongas celosa, Clarita – Nico apelaba a toda su dulzura – Sabés que para nosotros no hay otra diosa como vos…

– ¿Te gustaría salir el martes? – propuso Matías. Ya los tenía donde yo quería. El lunes estaba como loca. Me depilé toda. Hacía algún tiempo que había escuchado un comentario entre ellos donde decían que les gustaba ver las fotos de Internet donde las modelos se rasuraban totalmente la conchita. Les daría la sorpresa. Parada frente al espejo, miraba mis tetas. Las aureolas de los pezones, grandes, unos 8 centímetros de diámetro, y oscuras. La conchita y el culo depilados. Definitivamente, se iban a morir…

En algún momento, reparé en que, decididamente, estaba pensando en desnudarme delante de ellos. Esa certeza me excitó totalmente. Separé las piernas y me acaricié el pubis, que estaba empapado. El olor de mi flujo fue el detonante. Me masturbé deliciosamente hasta que sobrevino un orgasmo estremecedor. El martes por la mañana, Alberto se fue a trabajar temprano. Andrés estaba en la quinta de unos amigos de la novia. Tenía que encontrarme con mis sobrinos a las nueve en el club, de modo que me preparé y salí después de desayunar, vistiendo una túnica hindú y unas sandalias. La ropa interior, la puse en el bolso, junto con el bikini, la toalla, crema bronceadora y otras menudencias. Estacioné en un lugar apartado para no llamar la atención de los empleados del club y me dirigí al embarcadero, donde me esperaban ellos.

– Quitate las sandalias – me dijo Matías luego de los saludos – Para no resbalar en el barco…

– ¿Me ayudás? – dije, levantando un pie. La túnica corta desnudaba mis piernas. Al inclinarse para hacerlo, los ojos de mi sobrino se abrieron desmesuradamente, pero no comentó nada.

– ¿Lista para disfrutar? – me preguntaba Nico.

– Totalmente – respondí, mientras al caminar me movía de manera que se balancearan mis pechos libres del sujetador. Ellos debieron notarlo. ¡Como me gustaba sentirme deseada de esa manera! Navegamos por espacio de una hora. En un momento, una cuerda cayó sobre la cubierta de la nave y me pidieron que la levantara. Corrí hasta allí y al juntarla, mi túnica se levantó por la brisa, desnudando completamente mi culo. Debió ser todo un espectáculo para ellos, porque cuando me volví, sus ojos brillaban. Pensé en bajar al camarote a ponerme el bikini, pero deseché la idea. Quería excitarlos un poco más. En cambio, les ofrecí café, que aceptaron. Mientras lo bebíamos, sentados en nuestras sillitas, maniobraron el barco hasta detenerlo en un solitario recodo del río. Era un pequeño paraíso.

– ¿Nos vamos a quedar aquí? – pregunté, asomándome por la barandilla para observar el remanso.

– ¿Te gusta este lugar? – me dijo Matías – Podemos nadar y tomar sol…

– No hay nadie…- comenté, mirando a mis sobrinos, que me habían rodeado con sus brazos, uno a cada lado.

– Ningún mirón…- Nico tenía los ojos encendidos.

– Salvo ustedes… – reí y ellos festejaron la broma.

– Pero con nosotros, ya estás acostumbrada – reía Matías con picardía. Sabía que me gustaba que me miraran. Me volví hacia ellos, sonriendo.

– ¿No estarán pensando que me voy a desnudar? – quería ver sus reacciones.

– Y…- ahora era Nico el que ponía cara traviesa -…ya estás casi desnuda…

– Y no se va a enterar nadie – recalcó Matías – Entre nosotros hay confianza…

– Me parece que ustedes tienen muchas ganas de verme en bolas…- sonreí, levantando los brazos. Sentí la túnica abrirse por delante, mostrando algo de mis pechos. –Pero…¿qué me van a hacer si me desnudo? – me fascinaba exacerbar sus morbos, agitar su imaginación. Mi conchita ya se humedecía. Pensé que realmente soy muy puta.

– Nada …- Nico trataba de que no retrocediera

– ¡Ah, entonces no! – reí, viendo las caras de sorpresa de ambos ante mi descaro. Al hacerlo, me apoyé contra ellos, que me abrazaron inmediatamente.

– Bueno, te hacemos lo que vos quieras…- susurró Matías en mi oído. Sentí su aliento tibio sobre mi cuello y su mano acariciar mi espalda. Mis pezones se endurecieron, marcándose sobre la fina tela de la tunica. Separé mis pies, sintiendo la brisa de la mañana acariciar mis partes más íntimas.

– ¿Lo que yo quiera? – pregunté, insinuante, mi boca entreabierta cerca de la de Nico era una tentación que él no pudo resistir. Me besó profundamente, jugando con su lengua mío. Me sentí penetrada y me descontrolé. Basta de juegos. Quería que me cojieran en ese momento. Los dos. La mano de Matías se deslizó por debajo de la túnica y me acariciaba la conchita. Sabiamente. Separaba los labios vaginales y jugaba con el clítoris, provocándome un sin fin de sensaciones, cada cual más placentera. Noté que introducía un dedo y abrí más las piernas para darle lugar, mientras Nico había abandonado mi boca y chupaba mis pezones erectos por encima de la túnica. Ni una palabra. Todo estaba sobreentendido. Desde hacía mucho tiempo, los tres sabíamos que terminarían cojiéndome.

Como pude, me quité la túnica y me recosté sobre la baranda, las piernas abiertas exponiendo la concha rasurada. Me miraron maravillados.

– ¡Clarita, tenés toda la conchita depilada! – La voz de Matías sonaba ronca mientras descendía con su lengua por mi vientre hasta llegar al pubis. Acaricié sus cabellos, guiando su boca hasta donde él y yo queríamos que llegara. Sentí su lengua recorrer todo mi sexo y penetrar en mí, mientras la de Nico hacía estragos con mis pezones. Me llegó el primer orgasmo. Intenso e inesperado. Grité mi placer en la soleada mañana.

– ¡Que puta sos, Clara! – Nico se colocaba detrás de mí, sus manos acariciaban con violencia mis tetas mientras una de las mías buscaba su verga por debajo del pantaloncito. Al llegar, traté de asirla. ¡Era enorme! Mi mano a duras penas abarcaba su contorno.

– Mmmm…nene…- suspiré -¡Qué pija tenés! – al imaginar semejante miembro dentro mío, mi conchita se contrajo en un nuevo orgasmo. Matías levantó su cara, empapada por mis jugos. Irguiéndose, me besó salvajemente en la boca y pude percibir el gusto de mi propio flujo. Agradable.

– Me parece que a vos te gustan mucho las pijas – me susurraba con voz grave, y yo introduje mi otra mano por dentro de su pantaloncito, buscando la de él. También era interesante. Algo más chica que la de Nico, pero mucho mayor que la de Alberto. Sentí que me volvía loca con aquellos trozos en mis manos.

– Me quieren cojer …- murmuré – Quieren cojerse a su tía…

– Y vos te morís de ganas de que te cojamos, putita – Nico adivinaba mis pensamientos y ya no tenía secretos para ellos.

– Siii…- me entregué, tirando de su short hacia abajo, sentí su pija dura entre mis nalgas y sus vellos rozar mi piel -..sii, soy muy puta, quiero que me cojan toda, quiero sentirlos dentro mío…- estaba desbocada, tirando del short de Matías hasta dejarlo desnudo y él comenzó a frotar su verga contra mi conchita, entre mis piernas abiertas, volviéndome loca hasta casi perder el conocimiento.

Nunca me había sentido de esa forma. Tan caliente. Esa es la definición perfecta. La sangre corría desaforadamente por mis venas, mi corazón golpeaba en el pecho, el sudor en mi piel, la saliva de mis sobrinos. Todo era un fuego. Mi espalda contra el pecho de Nico, que apoyado en la baranda del velero, amasaba mis tetas sin piedad, causándome una mezcla morbosa de dolor y placer, y mordía mis hombros y mi cuello. La verga de Matías frotándose contra mi concha hasta quedar totalmente empapada por mi flujo; levantó mis piernas, dejándome suspendida en el aire, sostenida únicamente por los brazos de los dos primos.

– Sentíla entrar – me dijo y me preparé para que me penetrara. En cambio, me empujaba hacia su primo y fue la pija de Nico, tremenda vergota, la que se abrió camino entre mis piernas totalmente abiertas hasta la entrada de mi vagina. Noté la presión y aquel falo enorme adueñarse de mis sentidos. Centímetro a centímetro me la fue metiendo entre mis gritos de placer y mares de flujo que salían de mi vagina.

– ¡Ay Nico, qué tremenda poronga! – me escuché a mi misma bramar de lujuria – ¡Me vuelve loca, me vas a destrozar la conchita!

– ¡Ya la tenés toda adentro! – me susurraba bajito, dulcemente – ¡Gózala, que te gusta! – apenas un movimiento de vaiven y sentía todo su miembro dentro mío, hasta el estómago. Se retiró dejandome con ganas de más, al tiempo que Matías se recostaba sobre una toalla y me invitaba a cabalgar sobre él. Sin dudarlo, abrí las piernas y descendí sobre su pija, que entró en mí con una increíble facilidad. El miembro descomunal de Nico quedó a la altura de mi cara, y alargué una mano con la intención de llevármelo a la boca. Quería chuparlo todo. Estaba resbaloso, totalmente lubricado.

– No seas golosa…- la sonrisa de Matías era totalmente zafada, mientras su primo se colocaba detrás de mí, empujándome sobre su pecho. Los dedos de Nico acariciaban mi ano depilado, humedeciéndolo y entrando y saliendo. Adiviné sus intenciones.

– ¡Noo! – me espanté – ¡Nico, me vas a romper todo el culo!

– Tranquila….- Matías, adivinando mi temor, comenzó a dar más ritmo a su bombeo dentro mío, sobándome y chupándome las tetas, de modo que mi atención volvió a concentrarse en él y disfrutar de las caricias de su primo en mi culo. Otro orgasmo me hizo olvidar totalmente mis temores.

– ¿Querés sentirla en el culito? – Me susurró Nico meloso, advirtiendo que por el placer que sentía aceptaría cualquier cosa que me propusiera.

– Sí…-accedí – …despacito, hacéme gozar…

Sabiamente, como un experto, apoyó la cabeza de su enorme verga en mi ano, que se comenzó a dilatar. Sentí un calor que me invadía, clavé mis uñas en los brazos de Matías que no paraba de chupar mis tetas. Sentí aquel monstruo penetrar dentro mío lentamente. Me vi penetrada doblemente por mis dos sobrinos y aquella imagen me puso de tal manera que estallé una vez más.

– ¡Clara, acabaste como cuatro veces ya! – Matías estaba maravillado de cómo gozaba yo con ellos dos. – ¡Sos una máquina!

– ¡Ponémela toda! – grité, totalmente zafada – ¡Rómpeme bien el culo, la quiero toda!

– Despacio, disfrútala – la voz calma de Nico me hizo enervar aún más, ya sentía mis intestinos invadidos – Falta la mitad…

Me desaté totalmente. Si con media pija dentro sentía todo aquello, cuando entrara toda, sería la gloria. Comencé a agitar mis caderas, sintiendo el roce de los testículos de Matías hasta que los vellos de Nico se apoyaron en mis nalgas. Sus dos vergas se encontraron dentro mío.

-¡Ya está! – Nico inició un movimiento de entrar y salir de mi cuerpo al igual que su primo. Los sentía vibrar dentro de mis orificios, experimentando múltiples orgasmos. Quería que acabaran dentro mío.

– Quiero que me llenen toda – murmuraba – quiero la lechita de los bebés….

– ¡Voy a acabar! – avisó Matías y un segundo más tarde las contracciones de su verga derramaban chorros de semen tibio en mi vientre. Eso pareció acelerar a Nico que también estalló en mi intestino con gruñidos de placer. Por suerte, yo había acabado tantas veces que pude estar despabilada para sentir sus eyaculaciones y gozarlas plenamente.

Durante un tiempo más me abrazaban y besaban tiernamente, mientras sus pijas iban perdiendo volumen dentro de mi cuerpo. Me sentía maravillosamente mimada y suspiraba enternecida por las atenciones de mis sobrinos. Se retiraron de mí y me desparramé sobre la cubierta del velero, saciada y feliz. Mmmm… – susurré, cerrando los ojos, sintiendo el sol que acariciaba mi cuerpo desnudo – ¡Qué bien me cojieron, bebés! – haciendo caso omiso el dolorcillo que experimentaba en el culo, los miré.

– ¡Hace tiempo que te teníamos ganas! – sonreía Matías relajado a mi lado – Pero no sabíamos como empezar…

– Yo también los quería tener adentro – bromeé – Pero tenía miedo de que se asustaran…

– Y….esas tetas meten miedo – la broma de Nico provocó nuestras carcajadas. Descendimos la escalerilla del barco y nos zambullimos en el río. Durante un rato retozamos en el agua, disfrutando nuestra desnudez. Cuando volvimos a cubierta, Matías se colocó detrás de mí y levantó mis pechos con sus manos. Sentí su pelvis pegada a mis nalgas y me agité.

– ¡Qué tetas, Clarita! – me susurraba – ¡Me tienen fascinado!

– Ya sé que te fascinan, goloso…- con mi mano acariciaba su verga que comenzaba a pararse nuevamente. Frente a mí, Nico se acariciaba y pude ver como aquel juguete que tenía entre las piernas volvía a adquirir ese tamaño descomunal. Sin poder resistir la tentación, me acuclillé entre ellos y abrí la boca. Primero la pija de Matías. Le di un par de repasadas con la lengua y me dediqué al monstruo de Nico. Tuve que abrir al máximo la boca y a duras penas logré que entrara la cabezota. Estuve jugando con aquellas maravillas un tiempo hasta que estallaron bañándome prácticamente en semen. Cuando levanté la vista, ellos me miraban sonriendo.

– Te diste un bañito de leche…- Nico esparcía el tibio fluido por mis tetas y mi vientre. Mis pezones me dolían de tan erectos que estaban. Se los ofrecí y no dudaron ni un segundo.

Me chupaban las tetas mojadas con la leche de ellos y mis entrañas volvieron a pedir acción. Mi conchita estaba nuevamente empapada y mi ano se dilató espontáneamente cuando Matías apoyó la cabeza de su verga a medio pararse sobre él. Estuvo jugando con mi culito por un rato hasta que separó mis nalgas y empujó hasta enterrarme todo su miembro. Abrí la boca al gemir y Nico me levantó del piso. Separé las piernas y al colocarlas alrededor de su cintura, me enterró la pija violentamente, salvajemente. Mordí su hombro gritando de dolor.

– ¡Bestia, me vas a destrozar! – mi cuerpo subía y bajaba al ritmo de los empujones de ellos, mis tetas bailaban al sol y el dolor dio paso a una sensación de placer indescriptible. – ¡Hijos de puta, me tienen toda clavada! – gritaba, arañándolos mientras Matías apretaba mis tetas sin compasión. Las manos de Nico me sostenían en el aire, separando mis nalgas y los testículos de los dos rozaban mi piel. Los tenía totalmente dentro de mi vientre, que parecía a punto de reventar.

– ¡No te quejes que te gusta, viciosa! – la sonrisa burlona de Nico me terminó de desquiciar. Lo mordí con todas mis fuerzas hasta sangrarlo y apreté mis piernas alrededor de su cintura mientras experimentaba el orgasmo más profundo que recuerdo. Como si fuera un detonador, ellos estallaron dentro mío inundando nuevamente mi vientre de semen.

– ¡Me mató! – reía Nico mientras recuperaba el aliento, los tres desnudos tirados sobre la cubierta – ¡Es más peligroso cojerte a vos que ir a la guerra! – me miraba con picardía.

– ¡Sos peor que una gata! – me decía Matías. Habían despertado en mí una fiera. Nunca me había sucedido. Y nunca me había sentido tan bien cojida. – ¡Nos vas a mandar al hospital!

– Ah…- me reí -…si me quieren cojer, tienen que ser muy machitos… Esto marcó el estilo de nuestra relación, hace ya más de un año. Cada vez que me cojen parece una batalla. Es una cariñosa violencia que me tiene atrapada. Nos mordemos, nos pateamos, jalamos nuestros cabellos, en fin, parece que quisiéramos destrozarnos, para finalizar con una maravillosa ternura que no tiene igual. Vuelvo a casa molida pero feliz, dolorida pero satisfecha. Curiosamente, frente a los demás, me cuidan muchísimo. Una vez, hace como dos meses, trajeron a dos amigos y me cojieron entre los cuatro. Pura suavidad. Nada de violencia. Como si la reservaran para nosotros solos. Otro día les cuento.

FIN

Con el cubano…!

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Estaba algo nerviosa, no le agradaba la idea de subirse al carro de un desconocido. Aunque lo conocía apenas por fotos y cuatro llamadas, cuya voz daba  cuenta de un tipo grande, de contextura gruesa y un timbre bien varonil, no estaba del todo segura de lo que iba a hacer.  El claxon y la aproximación del vehículo descrito en los sms no le dieron tiempo de arrepentirse, simplemente se subió y saludó al tipo con un escueto ¡Hola!. Chica, pero que hermosa eres, mucho mejor que en las fotos, uhm! exclamó el tipo con acento cubano al tiempo que enfilaba por la avenida con rumbo incierto. Bueno y para donde nos dirigimos, -preguntó mientras palmoteaba su  muslo bien torneado, por encima de su falda color azul de tela jeans. Ella respondió, dale por aquí..! guiando al conductor señalando con la mano la dirección. El tipo llevaba la conversación profiriendo frases de cariño como mi vida pero que rica estás mami, te voy a singar toda, mira lo que se pierde tu marido! etc…, mientras ella callaba, imaginando lo que iba a  acontecer…  iba a serle infiel nuevamente a su esposo. Observó al tipo que conducía, vio que era bigotudo, alto y grueso pero algo tosco, tenía manos grandes y se le dibujaba un bulto enorme en la entrepierna.

Para tomar tamaña decisión de salir con este grandulón se lo había pensado y repensado algunas veces. Había pasado apenas un mes de su última infidelidad y ya su cuerpo le pedía estar con otro hombre diferente a su marido. Le había llamado la atención del tipo  a su lado que era extranjero, maduro y fuerte, pero no le agradaba mucho su lenguaje un poco vulgar y su tosquedad que se apreciaba por su rudeza evidente.

Entraron al motel, ella se sentó en la cama queriendo calmarse y aceptar lo que venía, el hombre se despojó de la camisa y la gorra y la acercó levantándola y abrazándola mientras hundió su lengua en su garganta al tiempo que le agarraba las nalgas duras, apetitosas, redondeadas y recorriendo con la yema de los dedos la silueta de la espalda, sus manos apretaron sus pechos grandes y generosos, girando  los pezones erectos, con la punta de los dedos,  dibujados por encima de la blusa turquesa,  oliendo su rizado cabello, disfrutando la esencia de la mujer que tenía allí dispuesta a entregarse a él, siendo un total desconocido, que más podía pedir, se preguntó ensimismado.

Ella sintió como se mojaba al sentir otra lengua hurgando sus amígdalas, uhmm que rico besas mami.. susurró el cubano y ella dijo, mi amor tú también besas ricos uhmm… me encantan tus besos y lo decía mientras mordisqueaba y lamía las tetillas del que iba a poseerla, hicieron una pausa para desnudarse totalmente y al verla así, prácticamente la volcó sobre la cama y en una vorágine interminable la besó por todo el cuerpo, mordió sus tetas, las chupeteó, mientras ensalivaba esos pezones prietos pero erectos hasta colocarse mutuamente en un sesentinueve.

Eso terminó por encenderla, buscó como perra en celo la verga del tipo, la lamió toda, le chupaba la cabezota brillante y voluminosa de la tranca, le lengüeteaba las bolas peludas, estaba extasiada ante el tamaño de ese pene que le empezó a coger gusto y lo mamaba metiéndose toda esa manguera en su boca hasta producirle  arqueadas al chocar el glande con su epiglotis quien finalmente cedió y dio paso a esa cosa  hasta el fondo de su faringe ahogándola con su propia saliva y la deliciosa obstrucción que estaba sintiendo. La verga gruesa, bien gruesa, le hacía abrir más de lo normal su boca  húmeda, se depositó  entera en su garganta tropezando la pelvis de él con sus labios en un incesante golpeteo. Prácticamente estaba poseyéndola por la boca, ella tragaba y tragaba y halaba al cuerpo del hombre hacia sí con sus manos agarradas de las caderas masculinas.

El tipo estaba enardecido al sentir como su verga se perdía en la boca de la hembrita casada que se estaba festinando, así estuvieron por espacio de una media hora en un cimbreante sesenta y nueve ambos comiéndose el sexo del otro, ella tragando hasta las bolas del tipo y el hundiendo su lengua en la vagina peluda que le regalaba sus jugos agridulces toda empapada y arrecha como estaba, se alternaba entre el clítoris y el ano lamiendo como paleta de caramelo toda la extensión de la vagina hasta el ano y viceversa, su lengua abría ambos hoyos, ¿te gusta cómo te lo hago perra?, repitió la palabra perra elevando el tono de voz. Ella casi gimiendo dijo: qué rico me lames, chúpame asi, así, sigue chucha, comete esa chepa arrecha, que rico  me la mamas, sigue no pares..! con la boca llena de la pujante verga de más de 18 cms se escuchaba en toda la habitación los gorgojeos húmedos de su boca ensalivada que tragaba y tragaba la verga del tipo que le estaba arrancando lágrimas con cada tragada, pero que rica que está esta verga, -pensaba para sus adentros- y se ondulaba como queriendo meterse en sus entrañas esa lengua del macho que le comía, mordía y chupaba su sexo ávido de ser consentido por este tipo que la estaba subiendo a la cima del cielo.

No podía más, tenía ganas de ser sometida y le pidió al tipo con una voz gimoteada, sollozante: métela por favor, clávame la verga mi amor, al tiempo que se subió encima de él y se hundió esa barra turgente dentro de su vagina y empezó a cabalgar… primero lo hizo despacio, movía sus nalgas y caderas en un vaivén cadencioso constante y rotativo subiendo la velocidad y lanzando lamentos y quejidos con los ojos entrecerrados,  sentía que estaba llegando al clímax, sus  pechos y pezones eran martirizados por las manos ásperas del tipo pero ese era su punto débil, que le agarren las tetas y se las amasen. Le pidió suplicando, ¡mámame las tetas! mientras las agarraba y se las ofrecía sin dejar de mover sus caderas ni  su trabajo de subida y bajada de esa verga que la sentía riquísima. Le preguntaba, ¿mi vida, te gusta esta hembra?, ¿te gusta cómo me muevo?, ¿dime, cómo lo hago? Las respuestas jadeantes de él la incentivaban y la atizaban como brasa ardiendo moviendo más y más sus caderas en un frenético sube y baja acompasado, incesante.

El tipo empezó a bombearla cogiéndole el ritmo de arriba abajo, le metía la verga hasta el fondo y ella le correspondía recibiendo y aflojando el vaivén apoyando sus manos en el pecho velludo del hombre montando con velocidad como si estuviera encima de un caballo. Toma perra le gritó el tipo mientras eyaculaba todo su ser dentro de ella y ella se retorcía de gusto recibiendo toda esa leche caliente que empezaba a desbordarse por sus labios arrugados, mojando las bolas que la golpeaban, lamiendo sus labios besó la boca bigotuda del hombre maduro que la había hecho tener un interminable orgasmo que le hacía temblar hasta la voz. Se arrellanó en el pecho del tipo abrazándolo y diciéndole papito me has hecho rico el amor, quiero que me lo sigas, haciendo yo te voy a llamar cuando quiera que vengas nuevamente, el tipo sonrió y pensó, esta puta está falta de verga, me la voy a singar las veces que quiera, la tomó de la mano y se metieron a la ducha, habían pasado casado casi dos horas.

Al sentir el agua fría, ella se acordó de su esposo y le vino una llamarada de arrepentimiento, pero el que la acompañaba en la ducha se había portado a la altura, anuló el pensamiento, al fin de cuentas estaba lejos y no se iba a dar cuenta del desliz cometido, ya le estaba cogiendo el gusto a la infidelidad, el siguiente debe ser un policía se prometió..!


Mi primera infidelidad, mi comienzo

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Sus pasos se apresuraron al reconocer el auto blanco estacionado a dos cuadras de su posición, justo en el punto acordado. Su mente inconscientemente empezó a volar, en realidad su imaginación había echado a andar desde que habló con él. Su voz firme y bien timbrada, cuando la llamó para decirle donde la esperaría la hizo estremecer y su cuerpo reaccionó de manera progresiva, sus pezones prietos y pequeños se erectaron   y la vagina sufrió una oleada de líquidos que mojaron su hilo negro de fino algodón, sintió como el clítoris se le endurecía mientras se pasaba la lengua por los labios de manera involuntaria.

Los mensajes de texto que habían intercambiado,  posteriormente a la llamada, daban cuenta de lo que iba a pasar entre ella y su amante. Usó ropa casual, vistió su sexo con un hilo negro, mientras se sobajeaba las nalgas pequeñas pero firmes y observó su cuerpo ante el espejo de su habitación mientras se ajustaba el brassier negro que hacía ver más grandes sus pechos voluptuosos y generosos. Se puso un jeans algo desteñido y una blusa negra holgada  y unas sandalias que dejaban ver sus pies bien arreglados.  Salió al encuentro  mientras respondía a los continuos  sms que le escribía el tipo que iba a disfrutar su cuerpo de mujer casada, de hembra en celo, hambrienta de ser tomada y sometida,  ávida de sexo, quería probar una nueva verga y la de Daniel era muy llamativa en su opinión. Este le había enviado dos videos donde mostraba su cuerpo atlético y sobretodo esa verga que se veía gruesa, grande y bien formada. Te la voy a hacer tragar toda hasta las bolas le había prometido él.

Aunque sentía un líquido frío que le recorría la columna vertebral, en todo este tiempo ni se acordaba de su esposo, su mente embriagada en lo que iba acontecer estaba concentrada en saborear a ese hombre que la había impactado y motivado a ser infiel nuevamente. Se subió al carro y algo nerviosa le estampó un beso en la mejilla al hombre que la iba a poseer quien sabe de qué maneras mientras este arrancó el vehículo, sin observarla, enfiló para el motel donde iban a dar rienda suelta de su lujuria desenfrenada.

Entraron a la habitación y tras cerrar la puerta y poner una botella de vino y un vaso en la mesita ubicada entre unos muebles rojos de cuerina,   la tomó de la cintura, la atrajo para sí y la besó apasionadamente, hundieron sus lenguas hasta  sus gargantas, sus salivas se mezclaron mientras sus manos exploraban mutuamente sus cuerpos, ella lo abrazó por el cuello como  diciendo, al fin eres mío. El cogió el rostro de ella con sus manos y la hizo chuparle la lengua tal como lo haría con su garrote macizo de carne de 28 cms de longitud. La tenía super dura al mismo tiempo que ella le buscó la bragueta para bajarle el cierre y obtener el premio deseado, quería sentir entre sus manos ese aparato que se pintaba como algo fuera de serie y al tomarlo pudo percatarse que sus dedos no cubrían la circunferencia del pene y ambas manos juntas masturbándolo no agarraban toda su longitud, era mucho más grande de lo que se imaginó y eso logró que chorros de líquido empaparan su chepa. La hizo arrodillar mientras la tomaba del cabello negro rizado y le puso la verga en la boca y ella empezó a besar el glande cabezón, lo lamió desde la cabeza hasta los huevos, parecía desesperada, lo tragó poco a poco, era demasiado grande y su boca se engullía como podía ese pene, sus tetas se salieron al ser despojadas de su prisión y la blusa ya reposaba en el suelo, estaba desnuda de la cintura para arriba, de rodillas, chupando una verga que no era la de su marido. Sus húmedos gorgojeos excitaban aún más a Daniel quien estaba fascinado con esa tremenda hembra casada que tenía a sus pies. El desnudo de pie frente a la dama con la que tenía meses chateando y que por fin ese día la tenía allí lamiendo sus bolas y su verga erecta que era literalmente tragada por la boca húmeda y hambrienta de ella, quien ya lograba meter hasta su garganta casi la mitad de su extensión produciéndole arqueadas y mucha saliva, que rica verga tienes mi amor, le espetó, es más grande de lo que me imaginaba, mira como me la trago, uhm.. que ricaaa, uhm… que cabeza tan gruesaaaaa, no me entra toda!. Su lengua subía y bajaba del glande hasta las bolas y se detenía en el orificio de orinar al que le pasaba e introducía la puntita de la lengua. Asi estuvo un largo rato hasta que él la cogió del cabello y comenzó a bombearle la garganta haciéndola casi vomitar y arrancarle lágrimas que desteñían el rimmel de sus ojos dejándole estelas negras por sus mejillas.

La hizo poner boca abajo, ella dócil se aprestó a recibir ese mástil pulsante por su vagina, pero se estremeció cuando el se colocó  a la entrada de su orificio anal a lo que ella preguntó asustada pero sin moverse, me las vas a meter por allí? Por  favor, la tienes muy grande, me vas a a hacer daño, soy estrecha, te ruego por allí no, mejor adelante, no por favor rogó, papi me lo vas a dañar, tienes una verga descomunal, me vas a partir en dos por favor, no no!. El ignoró las súplicas y ruegos, no esperó más y la penetró por el culo, éste ofreció resistencia pero su arremetida era sin pausa, lentamente, sin detenerse, le preguntó, putita te duele o te gusta, ella resignada pero más ardiente que nunca respondió: ambasssss, pero no te detengas, dale métela pero hazlo despacioo, ya borracha de lujuria. Sus ojos se blanquearon cuando sintió que el pene de él se abría camino entre sus entrañas acomodándose a su diámetro, sus esfínter le dolía como partiéndose pero la arrechera era mayor.  Haaaazme tuya, gritó, méteme toda la verga en el culo, quiero ser tu puta!, dame verga papi! seré tuya cuando quieras! le prometió. Su pelvis chocaba con las nalgas de ella abriéndole y penetrándole más y más el ano dilatado que ya adaptado al grosor y longitud de la tranca de Daniel se abría en un boquete ancho y maltrecho en la casi una hora de embestidas profundas, ella con sus ojos entrecerrados disfrutaba, hasta la saliva se le salía por la comisura de los labios, ebria de tanta verga, su ano estaba tan abierto que le sacaba pedos por el aire que se le metía con cada arremetida.

Ella estaba disfrutando, iba a explotar en un orgasmo que le desgarraba palabras que nunca había dicho, así chucha, culéate a tu zorra, me has castigado el culo, tómalo y no pares, culéame toda la noche, quiero que acabes dentro de mis entrañas, quiero que sigas haciéndolo, amo esa verga, la tienes muy rica papi, amor me has culeado como un caballo, sigue méteme esa verga sigue, sigue y el jadeando le increpaba, ¿te gusta mi verga?, ¿eres mía putita? Si chucha soy tuya para siempre, nunca dejes de darme verga, quiero tenerte siempre, ayyy asi sigue sigue, me moría de ganas, no sabes cuánto he deseado meterme tu veerga, uhhmmm, su voz jadeante repetía y expresaba libertinamente sus ansias de comerse la verga de Daniel mientras este la bombeaba sin piedad, con cada embiste arrancaba gritos y gemidos incesantes, la hizo acostar boca arriba y abrir la piernas de par en par y agarrándole los tobillos, la volvió  a penetrar sin misericordia, se escuchaba el entrar y salir burbujeante de la herramienta en su ano. Sus sollozos y lloriqueos inflamaban  el acto, ella sentía que la estaban sometiendo de una manera inimaginable, la verga del tipo le llegaba hasta el fondo y sentía su ano dilatado, el dolor se había ido dando paso al gusto, no quería desprenderse de ese palo grueso que la bombeaba brutal pero encantadoramente. Quiso subirse encima de él para cabalgarlo, quería mirarlo a la cara y besarlo mientras era sodomizada y ultrajada a gusto. Así se mantuvo largo rato en el rítmico sube y baja, sintiendo la embestida frenética del  yermo ardiente de Daniel,  el agarraba y cacheteaba las tetas oscilantes mientras le decía de todo: verdad que eres putita, estás bien arrecha, así me gusta,  a ella le agradaba escuchar eso y la puso a punto hasta que explotó entre espasmos y temblores,  exhalando un grito sórdido, profundo al tiempo que balbuceaba la felicidad que sentía, con voz palpitante con sus ojos entrecerrados, su boca abierta como queriendo tragar aire clavando las uñas en las piernas de su corneador quien a su vez incentivado derramó toda su leche por segunda vez en las entrañas de la puta que se estaba espoleando,  ella sintió el caliente líquido inundarle los intestinos y su ano empezó a hacer arqueadas expulsando el material lechoso pero tenuemente amarillo. Al separarse ambos cuerpos, ella agradecida se incorporó y comenzó a mamar y lamerle el glande con los restos interinos y la esperma liquida que aún brotaba del huequito de orinar de la verga de Daniel, ella lamia y lamia para no dejar perder nada mientras tragaba y chupaba la cabeza como absorbiendo lo poquito que salía.

Se  metieron al baño, el agua tibia comenzó a rodar por sus cuerpos sudorosos mientras se besaban apasionadamente enroscando sus lenguas ella le prometió  que se iban a volver a encontrar pronto y ella le aseguró que sí.

Al bajarse del carro, cerca de su casa, las piernas le temblaban y el ano le ardía, aun llevaba en su mente las escenas vividas y ahora venía el remordimiento, aunque se había bañado, sentía que adentro de sus entresijos llevaba restos de la leche de su infidelidad, debía defecar y expulsar toda la evidencia, eran las 12 de la noche y debía llamar a su esposo, encendió su celular y al ver algunos msj de su marido se dispuso a entrar  a la casa para asearse y descansar, al día siguiente debía continuar su vida normal, viajar hasta su pueblo y dedicarse a su hogar.

De copas con el jefe

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De Copas
Me acabo de despertar,me visto,desayuno y salgo de mi piso.
Bajo del ascensor veo al portero,lo saludo y me voy.No se porque cada vez que paso por ahi se comporta de manera diferente.

Cuando llego al trabajo me doy cuenta de que me deje el informe que debia entregar hoy en casa.Joder,todo me pasa a mi.
Voy a decirle al jefe que no he traido el informe,entro sin llamar y me lo encuentro viendo VideosXXX.
Estoy asqueada y a la vez preocupada,entre que no he traido el informe y eso,estoy despedida.

Me dice que me siente y yo lo hago.Me espero lo peor cuando me dice que sabe lo del informe y que no pasa nada.Solo tengo que acompañarle a un negocio que debe cerrar esta noche.Genial,habia quedado con mi novio para ir a tomar algo.
En fin,al menos no estoy despedida.

1

Estoy duchandome cuando oigo abrir la puerta.¿Quien tiene llaves de mi casa?Mi madre,mi novio y el portero.

Entra quien menos me espero,el portero.
Entra y abre la puerta del baño sin llamar.Ahora solo hay una cortina roja entre el y mi cuerpo desnudo.
Aparta la cortina y me apunta con una navaja.
Me dice que salga y me tumbe en la cama y que si no lo hago,moriré.
Me tumbo en la cama desnuda preparandome para lo peor cuando,de repente,me pone una aguja sobre el brazo e intruduce su contenido en el.Ahora soy suya.

Me despierto en la misma habitacion en la que estaba,pero,esta vez,en vez de estar sola con el portero,hay 2 hombres mas.Son de raza negra y el doble de altos que el portero.

Me miran y el portero les dice que pueden empezar.
Cierro los ojos y siento como dos pollas duras entran en mi boca y mi coño.

2

Cuando los vuelvo a abrir el portero se esta acercando a mi y pone su polla de unos 12cm en mis tetas y empieza a follar mis tetas rapidamente.Al cabo de unos minutos siento la polla que estaba en mi boca sale y su lugar entra
el semen caliente del portero.No tengo fuerzas para escupirlo,asi que me lo trago.

Se van y miro la hora:las 21:30.A las 22:00 deberia estar con mi jefe cerrando un negocio,en vez de estar tirada en mi cama violada.
Me vuelvo a duchar rapidamente y cuando salgo de casa son las 21:45.El portero no esta.

Llego con el tiempo justo y entro al local.
Es un bar de copas de lujo,donde mas que beber se cierran acuerdos.
Recuerdo haber estado alli antes,si no recuerdo mal fue en el cumpleaños de una amiga.
Mi jefe y otro hombre de unos 60 años empiezan a conversar,al cabo de unos 20 minutos el hombre va a la barra a pedir mas bebida y mi jefe aprovecha para decirme que las negociaciones van mal y que si podria hacer algo.
3

Me dice que si hago algo “especial” y cierro el trato me duplicara el sueldo.
Me lo pienso y decido que necesito el dinero,asi que acepto y me acerco a la barra.
Le digo que venga conmigo,llama a un taxi y vamos a su casa.
Es una casa muy grande,cuando llego me sorprende que su sirvienta no comente nada sobre mi.
Vamos a un gran salon con un sofa muy grande en el que le digo que se siente y empiezo a chuparsela.
Le mide unos 15cm y la tiene depilada.
Cuando veo que se va a correr paro y me pongo en cuatro.
Le digo que me la meta y empieza,dura muy poco,como unos 3 minutos,le dejo que se corra en mis tetas y empiezo a hacerle una cubana.
Se vuelve a correr a los 5 minutos,esta vez en mi boca y me lo trago todo.
Espero un poco,y le digo que me folle por el coño,llama a su sirvienta y le dice que traiga un condon.Le digo que si quiere,no lo utilize.Le dice a su sirvienta que se lo lleve.
Empieza a follarme y me gusta mucho,asi que gimo de placer y le pido mas hasta que se corre dentro de mi.
4

Al terminar me dice que no va a aceptar el contrato,pero que me pagara el triple que en mi empresa si trabajo para el.Le digo que si.
Me pongo de pie,me lavo,me visto y me voy,no sin antes darle mi telefono.

Si les ha gustado,puede que haga una 2a parte.

miriamvazquez19val@gmail.com

Por fin me cogi a la hermana de mi esposa

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Hola este relato que les voy a contar es totalmente cierto y para ser sincero lo espere pero no pense que cumpliria. Todo empezo cuando en la ciudad donde vivo hubo un concierto al cual planeaba ir, a mi esposa no le gustaba ese tipo de musica asi que decidi ir solo. Con unos amigos quedamos en asistir al evento pero mi sorpresa fue que mi cuñada tambien deseaba ir, y bueno como es la hermana de mi esposa le dije que nos acompañara. Al llegar al sitio la pasamos muy bien bailamos, cantamos, disfrutamos todo lo que pudimos. Durante todo el concierto bebiamos canelas algo suave pero muy cogedor y al terminar el concierto cada uno para sus casas, yo debia irme con mi cuñada ya que ella estaba sola, aunque quise irme con mis amigos para rematarme. Bien no fue asi. En el camino ibamos charlando, me hablaba de su esposo y lo aburrido que era yo le dije q si queria nos podiamos ir a un karaoke o una discoteca. Al principio no quiso pero despues la convenci. Ya en el lugar cantamos algunos temas y al momento de bailar al menos yo lo hice como si fuera mi mujer, me acercaba a su cuello, le susurraba algunas cosas. Queria darle un beso, ella y yo estabamos tomados. Cuando sin darnos cuenta lo estabamos haciendo yo no queria apartarme de su boca y creo que ella tampoco de la mia. Continuamos y le dije que queria decirle que me gustaba desde hace mucho pero no habia tenido el valor para decirselo. Ella me beso y salimos del local nos dirijimos al auto. El auto era suyo y sin mas palabras comenzamos a besarnos mi cuerpo temblaba porque esto es algo q estaba buscando hace mucho, mi cuñada es mayor para mi, ella tiene 29 y yo 23. Su cuerpo aunque no es tan bueno tiene su culito y lo que mas me gusta son sus enormes tetas que ya estaba loco por chuparlas. Comence a sacarle la ropa e igual yo.al verla desnuda se me paro mas mi verga. Y continue a metersela no queria perder tiempo. Ella me habia conversado que tenia relaciones con su esposo a los 6 meses. Y me di cuenta que era verdad porque lo unico que me decia era que no pare y no acabe nunca, yo pensaba lo mismo seguia metiendosela hasta el fondo ella gemia y me pedia mas y mas. Se la mande por el culito. Era virgen por ahí se quejaba mas y mas no aguantaba ver el cuerpo de mi cuñada encima de mi y me corri al igual que ella nos quedamos viendo nos besamos y dijimos que esto nuncq volveria a suceder. Aunque a veces cuando la veo recuerdo ese momento y se que ella tambien porque me mira y sonrie como pidiendome que lo volvamos hacer.. Espero les haya gustado.. AKI GORDO2

Me tire a mi prima Keivis

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Hola amigos la historia q le voy a contar ea 100%real la empezo de esta manera.

Pero primero les describire a mi prima , ella mide aproximadamente 1.68 es de piel morena peli risado negro de ojos castaño claro. Y puea yo soy un joven de 19 años de piel blanca , ojos azules y de cuerpo atletico ya que asisto al gym desde hacw tiempo.

Pss todo comenzo el dia despues de fin de clase cuando empezo mi travesia, ese mismo dia planie un viaje al pueblo natal de mi madre por cierto soy de colombia y mi viaje lo hice para sincelejo.

Despues de unas largas 4 horas de viaje por tierra llego a mi destino osea la casa de mi tio, y desde ese dia todo concluye normal pss saludo a mis familiares q entre ellos se encuentra mi prima keivis y al   momento que la vi tuve una ereccion descomunal al ver tremenda hembra de grande trasero pechos grandesitos ni muy pequeños ni ta gramdes de tamaño normal, pss llego y la saludo como si nada ya que como llevaba un jean no se notaba tanto la ereccion, la saludo y pss paso a saludar a los demas y todo el rollo, para no alargarle más la historia me ire directo al grano.

Dias después de haber llegado empezo todo, un de esos llegan unos amigos y me invitan a salir le dije a mi prima que me acompañará para que no se quedara sola en casa bueno llego la noche y pss salimos  todos,  llegamoa de la disco , y en si la pase muy aburrido porque me sentia apartado del resto ya que no tratamos mucho, llegamos ala casa tipo 2 am y la encontramos totalmente sola

Entramos como si nada la misma actitud de primos pss entramos y empezamos a hablar de que como le ha ido con sus novios  y cosas asi despues una larga conversación llegamos al tema del sexo y me contó que no le iba muy bien , ya que tenia mas de un año sin tener novio y psss le pregunte que porque

Y la muy perra dice que son una porquería que todos son iguales bla bla bla

Alo cual le respondi que yo era diferente

Entonces ella dice q como me iba a mi en el sexo

Le dije q no muy bien ya que tenia maa de dos meses sin nada de nada, y es cuando noto que se le veía los pezones puntudos ya excitados y sin preanbulos me lanzo a ella a besarla y tokarla lo cual me sorprendió que no me rechazará lo cual segui tocandole esos hermosos pechos morenos y tremendo trasero y poco a poco le fui quitando la blusa y toda su ropita tam sexi por cierto llevaba puesto un legins blanco el cual le marcaba ese chocho espléndido y una blusa roja de tirante,

La maravillosa historia sexual de mi hermana y yo

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Mi nombre es Luis tengo 23 años actualmente, mi hermana (hermanastra en realidad xq somos de diferente padre pro de la misma madre) tiene 17 años, osea q nos llevamos 6 años. Todo comenzo desde que heramos muy pequeños…mi madre soltera trabajaba la mayor parte del dia como cajera de supermercado luego trabajo en una escuela como administrativa, mi madre tiene 41 años ahora y es una mujer muy bonita mas de una vez tuve fantacias con ella pro nunca paso nada. Volviendo al tema, como mi madre trabajaba todo el dia nos dejaba con una niñera y yo tamb ayudaba con lo que podia. Cuando ya tuve una edad donde era mas responsable a eso de los 12 o 13 años ya nos dejaban solos y yo me hacia cargo de mi hermana, entonces ella tenia unos 5 o 6 años, a esa edad obviamente no me fijaba en mi hermana porque era muy pequeña pro era una muy linda niña, pero nos acostumbramos a estar siempre juntos y hacer todo juntos. A veces hasta tenia q bañarla y vestirla, para nosotros era algo normal. A a medida q creciamos disminuian las veces en las q la ayudaba en la ducha o con su ropa, ademas xq a mi me daba un poco de pudor, pero x otro lado me daba un poco de morbo xq mi hermana se estaba desarrollando y tenia un muy lindo cuerpo, a sus 10 años tenia una colita muy bonita y unos pechos muy pequeños pro lindos tamb. Como es normal a esa edad las niñas empiezan a descubrir su cuerpo y a preguntarse x los niños y qerer saber cosas. En una ocacion me llamo desde la ducha para pedirme que le lavara la espalda, yo entre y ella estaba de espaldas, no pude evitar mirar su colita pues era muy redondita y paradita, pero me hice el tonto y empece a lavar su espalda con mucho jabon, lentamente mientras la lavaba fui bajando x su espalda hasta llegar a su colita, como ella no dijo nada continue y enjabone su rico culito metiendo mi mano entre sus piernas, y sin querer dejo salir un gemido, yo me detuve y le dije q se quitara el jabon, ella se dio vuelta y me pido sin podia lavarle el resto del cuerpo, yo sin dudarlo hice lo q me pedia y la enjabone toda…desde su cuello pasando x sus lindos pechos, su pansita, hasta llegar a su vagina, disimuladamente cn el jabon y mis dedos la fui tocando y note q cerraba los ojos de a ratos y se mordia los labios. pro decidi dejarlo ahi y salir del baño. Al otro dia estando solos en ksa me entre a bañar yo, mientras mi hermana miraba television, mientras me bañaba recordaba todas las partes de mi hermanita y la exitacion invadio mi cabeza y mi cuerpo, y decidi llamar a mi hermana con la escusa de q me lavara la espalada. La llame y entro sin ningun problema, me empezo a lavar y me pidio si podia quitarse la remera para no mojarse y le dije q si, siguio lavando mi espalda y no pude evitar tocarme disimuladamente, pro obviamente se dio cuenta de lo q estaba haciendo y me pregunto, a lo q le conteste q solo me estaba lavando mi pene y me dijo “puedo lavarlo yo” yo le dije “claro si vs qeres”, ella se enjabono las manos y tomo mi pene con las dos manos y empezo a enjabonarlo todo, le dije q tomara mi pene con una mano y con la otra lavara mis testiculos a lo q ella accedio sin ninguna queja. le dije “xq no te quitas toda la ropa y te metes a la ducha conmigo asi no te mojas” ella sin decir nada se quito todo y se metio. parecia incosente pro sabia exactamente lo q hacia y siguio lavando mi pene, yo no podia evitar gemir y mi pene estaba totalmente erecto y ella continuaba frotandolo cada vez mas y mas fuerte hasta q no lo pude contener mas y eyacule toda mi leche sobre su cara, ella solo sonrio se lavo y salio de la ducha……continuara…..si les gusto dejen su comentario y les seguire contando….gracias

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